La herida de injusticia: qué es y cómo hacer para sanarla - Instituto Ángeles Wolder

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La herida de la injusticia es una de las 5 heridas de la infancia más profundas que deja una marca duradera en la vida adulta. Detrás de esta herida suele haber control, rigidez, perfección y necesidad de salvación.

En este artículo, exploraremos en detalle la herida de injusticia, examinando sus comportamientos asociados en la edad adulta con un ejemplo real y ofreciendo pautas para el cambio y la transformación. 

¿Qué es la herida de injusticia? 

La herida de la injusticia describe el impacto emocional y psicológico que experimenta una persona como resultado de haber sido tratada de manera injusta o haber presenciado injusticias en sus primeros años de vida.

Esta herida se origina en un entorno donde el niño ha experimentado la frialdad y el autoritarismo por parte de una figura de autoridad, generalmente el padre del mismo sexo.

En este contexto, el niño puede sentirse desfavorecido por la imposición de expectativas excesivas y poco realistas. La invalidación de sus opiniones y sentimientos hace que se sienta constantemente presionado y sin voz propia.

Esta constante sensación de injusticia puede dejar una marca profunda en su psique, afectando su autoestima y confianza en sí mismo, además de su percepción del mundo que lo rodea.

A medida que la persona crece, la herida de la injusticia puede manifestarse de diversas formas, como el resentimiento hacia figuras de autoridad o la dificultad para establecer relaciones saludables basadas en la confianza y el respeto mutuo, además de una sensación persistente de indignación ante situaciones percibidas como injustas.

Personas con herida de injusticia: ¿cuáles son sus comportamientos?

Las personas que han vivido una herida de injusticia suelen presentar dificultades y malestar a la hora de recibir normas, especialmente si son impuestas de una manera autoritaria. 

Les cuesta aceptar los límites y suelen enfrentarse con la “autoridad”; por ejemplo, las normas que impone un jefe en el trabajo.

Estas son las frases que suele repetir una persona con una herida de injusticia:

  • Esto no puede ser así. Si yo me encargara, esto no pasaría.
  • ¿Cómo es posible que nadie haga nada?
  • Siempre me tengo que hacer cargo yo, porque si no, no hay quién lo solucione.
  • Me cuesta confiar porque sé que solo yo puedo conseguir el resultado óptimo.
  • Mi jefe siempre toma malas decisiones. No pienso hacerle caso.

En la vida adulta, cuando esta herida se activa, las personas desarrollan comportamientos para protegerse. Estas defensas pueden incluir:

  • Rigidez emocional: Dificultad para reconocer y expresar las propias emociones, asociando la sensibilidad con la vulnerabilidad.
  • Actitud optimista aparente: Aunque en realidad puedan sentirse agotadas, tienden a mostrar una imagen de vitalidad y dinamismo.
  • Necesidad de control y perfección: Priorizan la perfección y la justicia en todas las situaciones, incluso a costa de ser injustos con los demás.
  • Resistencia a la ayuda y reconocimiento de limitaciones: Les cuesta aceptar ayuda o reconocer sus propias debilidades, prefiriendo cargar con el peso solos.
  • Dureza consigo mismos y con su cuerpo: Niegan enfermedades o debilidades, mostrándose implacables consigo mismos y su bienestar físico.
  • Exigencia de justicia exagerada: Son sensibles ante cualquier situación que perciban como injusta, a menudo exagerando la importancia de ciertos eventos.
  • Actitud tajante y sarcástica: Cuando se sienten desafiados o injustamente tratados, pueden mostrarse tajantes, sarcásticos o testarudos.

Un caso real: la herida de injusticia de Luis

Para comprender mejor cómo se manifiesta esta herida en la vida adulta, te voy a explicar la historia de Luis, con quién trabajé la herida de injusticia en consulta.

Luis, desde temprana edad, presenció el sufrimiento de su madre ante los constantes ataques de su padre (maltrato psicológico, infidelidades, humillaciones, etc.).

Durante toda su infancia se sintió impotente para protegerla y defenderla. En la adolescencia, cuando empezó a enfrentarse a su padre, la relación con él se deterioró y, al poco tiempo, su madre se separó.

Él se siente orgulloso de haber conseguido que sus padres se separaran porque siente que se hizo justicia. 

Esta herida o trauma lo llevó a adoptar el papel de salvador en la edad adulta, buscando siempre ayudar a los más débiles y sintiendo una profunda indignación ante cualquier situación que percibiera como injusta.

Sin embargo, esta actitud también lo llevó a cargar con un peso emocional abrumador y a adoptar una visión sesgada de la debilidad en los demás.

¿Cómo afecta la herida de injusticia a su vida?

Actualmente, Luis tiene un conflicto muy grave con su jefe en el trabajo. Le han amonestado un par de veces y sabe que no puede estirar más la cuerda, porque le acabarán echando.

Pero siente una gran ira cada vez que habla de su situación y de lo injusto que es no poder decir lo que siente.

¿Cómo abordamos en consulta la herida de Luis?

Por un lado, abordamos la relación con su padre y la autoridad, un trabajo que acompañamos con Constelaciones Familiares.

Por otro lado, trabajamos el rol de salvador, puesto que sentía que solo él puede hacerse cargo del otro. En este caso, trabajamos también con Constelaciones Familiares la relación con su madre para ver la fuerza en el otro y no sólo la debilidad y, así, poder respetar las decisiones de cada uno.

Tras estas sesiones, Luis dijo que el ambiente en el trabajo cambió y que pudo hablar con su jefe sin reproches ni ataques. Se sintió escuchado.

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Cómo sanar la herida de injusticia

Para sanar la herida de injusticia, es crucial:

  • Revisar la herida primaria: Explorar las experiencias pasadas que contribuyeron a la formación de esta herida de injusticia, habitualmente con las figuras de autoridad.
  • Reconocer el valor propio: Reconectar con la propia valía y reconocer que las opiniones y necesidades son válidas.
  • Resignificar la historia vivida: Cambiar la percepción de las experiencias pasadas, encontrando lecciones de crecimiento y empoderamiento.
  • Transitar el cambio a través del movimiento y la acción: Poner en práctica respuestas diferentes desde una posición de igualdad y fortaleza.

Al abordar estas áreas, se puede comenzar el proceso de transformación y liberación del peso emocional del pasado, permitiendo a la persona vivir una vida más plena y auténtica. 

Te acompañamos a sanar tus heridas o traumas

Si te has identificado con algunos de los comportamientos descritos, crees que puedes tener una herida de injusticia o sientes que necesitas acompañamiento para soltar los traumas que te impiden explorar todo tu potencial, te animo a reflexionar sobre tu historia personal y a buscar apoyo terapéutico si lo necesitas; podemos acompañarte: agenda tu consulta aquí

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