Cuando cambiar la identidad visual corporativa de un despacho

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¡Alerta! ¿Cuándo debería apostar un despacho de abogados por un rebranding de su identidad visual corporativa?

Como ya hemos comentado en anteriores posts, la identidad visual corporativa de todo despacho de abogados es un elemento fundamental de su imagen corporativa. Con identidad visual nos referimos al conjunto de elementos que constituyen y representan la marca de la citada firma y que son utilizados para comunicar su personalidad, valores y diferenciales (algo imprescindible para destacar en un mercado tan competitivo como el legal). Es decir, proyecta unos atributos de marca que, bien trabajados, pueden erigirse en una ventaja competitiva más.

Así, entre los elementos característicos de la identidad visual corporativa podemos destacar algunos tan icónicos como el logotipo del despacho, sus colores corporativos y tipografía, el diseño de los diferentes materiales corporativos, y cómo no, uno de sus máximos exponentes: la página web.

Por tanto, cuando hablamos de identidad visual, nos referimos a mucho más que simplemente contar con un logo bonito o una paleta de colores atractiva. Es un sistema coherente de elementos visuales que, de forma coordinada, aspiran a transmitir la esencia de una marca –de un despacho de abogados, en este caso– y crear una impresión positiva y duradera en la mente de los clientes.

Identidad visual corporativa: las piezas de un complejo puzzle

El logo es, sin duda, el elemento más reconocible de la identidad visual de un negocio. Es la piedra angular sobre la cual se construye todo el sistema visual. Un buen logo no solo debe ser estéticamente agradable, sino también memorable, versátil y representativo de la marca. En definitiva, es la firma visual que identifica al despacho en todos sus materiales y comunicaciones.

Por su parte, los colores corporativos son otro aspecto crucial de la identidad visual. Los colores no solo tienen un impacto emocional en las personas, sino que también pueden ayudar a diferenciar una marca de sus competidores. De este modo, la elección de los colores debe reflejar la personalidad de la misma e impactar en su audiencia.

La tipografía es otro componente importante de la identidad visual. La elección de la fuente tipográfica puede transmitir una variedad de mensajes, desde la seriedad hasta la creatividad. Por ello, es esencial seleccionar una tipografía que sea legible y coherente con la personalidad de la marca.

Además del logo, los colores y la tipografía, la identidad visual también puede incluir otros elementos como ilustraciones, fotografías, e incluso, el diseño de los materiales impresos y digitales del despacho, como tarjetas de presentación, dosieres, perfiles en redes sociales, firmas digitales y, cómo no, su página web, el gran escaparate de todo negocio en la actualidad.

Cuándo es necesario el rediseño de la identidad visual corporativa de una firma legal

El rediseño de la identidad visual de un despacho de abogados puede ser necesario debido a una amplia variedad de motivos. Entre los más obvios, la necesidad de actualizar la imagen de la marca para que sea más relevante en un mercado en constante cambio. Si bien el sector legal no es muy proclive a llevar a cabo este tipo de transformaciones, lo cierto es que las tendencias de diseño evolucionan irremediablemente con el tiempo, y lo que era moderno y fresco hace unos años puede parecer obsoleto hoy en día. Por tanto, si no queremos que nuestra marca refleje que se ha quedado estancada -lo que los stakeholders suelen leer también en clave interna de la propia firma- un rediseño puede ayudar a mantener la marca actualizada y competitiva.

Otra razón de peso que puede obligarnos a emprender un rebranding puede darse en aquellos casos en los que el negocio está experimentando un cambio significativo en su enfoque, público objetivo, productos o servicios. En estas situaciones, la identidad visual existente puede no reflejar adecuadamente la nueva proyección del despacho, siendo necesario, por tanto, crear una nueva identidad que se alinee mejor con los objetivos y valores actuales de la marca. Por ejemplo, si nos especializamos en criptoactivos, una marca muy tradicional puede no empatizar con su target, perdiendo tracción frente a sus competidores.

También, si la identidad visual actual de una firma no está cumpliendo con sus objetivos de marketing y comunicación, puede ser el momento de considerar un rediseño. Estos problemas de percepción se dan cuando la identidad visual no está transmitiendo adecuadamente los valores, la calidad o la personalidad de la firma y no contribuye, por tanto, a que sea reconocida o impacte en su público objetivo.

Otro de los factores que está impulsando a las firmas legales a apostar por un rebranding de su marca es el aumento constante de operaciones de fusiones, adquisiciones o expansiones a nuevos mercados que  están llevando a cabo cada vez más despachos de abogados. En estos casos, este rebranding puede ser necesario para unificar o adaptar la identidad visual a la nueva realidad de la firma, así como para diferenciarse aún más de la competencia.

En resumen…

Un rediseño de la identidad visual de un despacho de abogados es necesario cuando la identidad actual ya no cumple con los objetivos estratégicos, comunicativos o de percepción de marca de la firma, o cuando hay cambios significativos en el entorno competitivo que requieren de una actualización. Además, es importante tener en cuenta que un rediseño de la identidad visual no se limita solo a cambiar el logo o los colores de la marca, sino que es un proceso complejo que, como norma general, requiere comprender a fondo la marca, su audiencia y su posición en el mercado. Solo así nos aseguraremos de que el nuevo diseño es efectivo y cumple con los objetivos deseados.

Andrés Miguel Castillo,

Consultor Senior de Marketing y Comunicación en Diferencia Legal.

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