Resumen
Cada 14 de marzo, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Endometriosis, una enfermedad crónica y dolorosa, que afecta a millones de mujeres en edad reproductiva en todo el mundo, y que puede causar síntomas debilitantes que afectan significativamente la calidad de vida.
Este día no solo busca aumentar la conciencia sobre esta afección, sino también fomentar la comprensión, el diagnóstico temprano, y la búsqueda de tratamientos efectivos.
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una enfermedad ginecológica crónica. Para comprender la endometriosis, primero debemos conocer cuál es el tejido involucrado: el endometrio. Esta es la capa de tejido que recubre el útero y que se prepara mensualmente para recibir al óvulo fertilizado. En condiciones normales, este tejido se desprende cada mes durante la menstruación.
Durante la endometriosis, este tejido similar al que se encuentra en el revestimiento del útero, el endometrio, crece fuera del útero, generalmente en la cavidad pélvica, y puede adherirse a otros órganos, como los ovarios, las trompas de Falopio, los ligamentos que sostienen el útero, e incluso órganos como los intestinos y la vejiga.
El endometrio ubicado externamente también responde al ciclo hormonal mensual de la mujer, y se comporta de manera similar al que recubre el interior del útero: se engrosa, se separa y genera un sangrado en cada ciclo menstrual. Sin embargo, a diferencia del endometrio que se encuentra ubicado correctamente dentro del útero y que se elimina durante el ciclo menstrual, el tejido endometrial fuera del útero, creciendo en lugares donde no debería estar, no puede ser expulsado del cuerpo, lo que conduce a la inflamación, el dolor y la formación de tejido cicatricial. Además, el tejido circundante también puede irritarse y formar adherencias, que son bandas de tejido fibroso, que pueden causar que los tejidos pélvicos se adhieran a los órganos.
Cuando la endometriosis afecta a los ovarios, pueden formarse quistes benignos llamados endometriomas, que son más dífiles para controlar que los quistes ováricos de otro origen. El endometrioma también se conoce como quiste de chocolate, debido a la apariencia marrón oscura de la sangre coagulada en su interior.
Figura 1. Endometriosis
Síntomas de la endometriosis
Los síntomas de la endometriosis pueden variar significativamente entre las mujeres. Algunas pacientes pueden experimentar síntomas graves, mientras que otras pueden tener la enfermedad sin manifestar ningún síntoma evidente.
Los síntomas pueden estar influenciados por la ubicación, el tamaño y la extensión del tejido endometrial fuera del útero. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Dolor pélvico: el dolor pélvico es uno de los síntomas más característicos de la endometriosis y puede manifestarse como dolor menstrual intenso (dismenorrea), dolor durante o después de las relaciones sexuales (dispareunia), dolor pélvico crónico y dolor al orinar o defecar durante la menstruación. El dolor pélvico, a menudo, está relacionado con los períodos menstruales, y si bien las pacientes con endometriosis suelen describir un dolor menstrual más intenso de lo habitual, este síntoma no suele ser motivo de alarma en las mujeres.
Sangrado anormal: algunas mujeres con endometriosis pueden experimentar sangrado menstrual abundante o irregular, así como manchado entre períodos.
Infertilidad: la endometriosis puede afectar la fertilidad al causar obstrucción de las trompas de Falopio, formación de adherencias que afectan la función ovárica y la calidad del óvulo, y cambios en el ambiente uterino que dificultan la implantación del embrión. En algunos casos, la endometriosis se descubre durante los estudios de infertilidad.
Otros síntomas: puede que tengas fatiga, diarrea, estreñimiento, hinchazón o náuseas. Estos síntomas son más frecuentes antes o durante los períodos menstruales.
Diagnóstico
El diagnóstico de la endometriosis puede resultar desafiante y suele fundamentarse en diversos aspectos, tales como la historia clínica detallada de la paciente, los síntomas que ella reporta y los hallazgos obtenidos durante el examen físico. Ocasionalmente, para complementar este proceso diagnóstico, se recurre a pruebas de imagen como la resonancia magnética o la ecografía transvaginal.
No obstante, la única manera definitiva de confirmar el diagnóstico de endometriosis es a través de un procedimiento quirúrgico conocido como laparoscopia. Este procedimiento consiste en la inserción de un pequeño telescopio a través de una pequeña incisión en el abdomen para examinar directamente los órganos pélvicos
Las principales opciones de diagnóstico incluyen:
Examen pélvico: durante este examen, el médico realiza una exploración física de la pelvis con el objetivo de identificar posibles anomalías. Mediante la palpación de la zona pélvica con guantes, se buscan cambios inusuales que podrían indicar la presencia de endometriosis, tales como quistes en los órganos reproductores, puntos de dolor, proliferaciones irregulares, o nódulos y cicatrices detrás del útero. En ocasiones, áreas pequeñas de endometriosis pueden no ser detectadas a menos que se hayan formado quistes.
Ecografía: la ecografía es una técnica que emplea ondas sonoras para generar imágenes del interior del cuerpo. Mediante una ecografía transvaginal, se introduce un dispositivo, llamado transductor, en la vagina. Aunque la ecografía tradicional no permite confirmar la presencia de endometriosis, puede mostrar la presencia de endometriomas.
Resonancia magnética: este examen utiliza un campo magnético y ondas de radio para obtener imágenes detalladas de los órganos y tejidos dentro del cuerpo. La resonancia magnética proporciona información precisa sobre la ubicación y extensión de la endometriosis, y en algunos casos, puede ayudar en la planificación de la cirugía.
Laparoscopia: en situaciones donde se requiere una evaluación más exhaustiva, se puede indicar una laparoscopia. Durante este procedimiento, se realiza una pequeña incisión cerca del ombligo para introducir un instrumento delgado conocido como laparoscopio, que permite explorar el abdomen en busca de signos de endometriosis y de tejido endometrial ectópico, lo cual permite corroborar el diagnóstico de manera precisa. La laparoscopia proporciona información detallada sobre la ubicación, extensión y tamaño de la endometriosis, e incluso, en algunos casos, el cirujano puede tratar la endometriosis durante el procedimiento si es necesario.
Figura 2. Laparoscopia.
Causas de la endometriosis
La endometriosis es una condición que despierta un interés particular debido a su complejidad y la diversidad de sus manifestaciones clínicas. A pesar de los avances en la comprensión de esta enfermedad, las causas subyacentes siguen siendo objeto de debate y estudio continuo.
Teoría de la menstruación retrógrada: una de las teorías más aceptadas sobre las causas de la endometriosis es la de la menstruación retrógrada. Según esta teoría, durante la menstruación, el tejido endometrial se desprende del revestimiento del útero y se desplaza hacia atrás, a través de las trompas de Falopio, hacia la cavidad pélvica, en lugar de ser expulsado del cuerpo.
Teoría de la diseminación linfática o vascular: otra teoría propuesta es la diseminación linfática o vascular de las células endometriales. Según esta teoría, las células endometriales pueden migrar a través del sistema linfático o sanguíneo, y establecerse en diversos tejidos y órganos fuera del útero.
Teoría del origen embriológico: otra perspectiva interesante es la teoría del origen embriológico de la endometriosis. Según esta teoría, las células embrionarias, con potencial para convertirse en tejido endometrial, pueden permanecer latentes en áreas fuera del útero y luego activarse en la edad adulta, dando lugar al desarrollo de lesiones endometriósicas.
Teoría inmunológica: la disfunción del sistema inmunológico también ha sido implicada en el desarrollo de la endometriosis. Se ha observado que las mujeres con endometriosis tienen alteraciones en la respuesta inmune local y sistémica, lo que puede predisponerlas a la implantación y crecimiento de células endometriales ectópicas.
Factores genéticos y hormonales: los factores genéticos y hormonales también desempeñan un papel importante en la etiología de la endometriosis. Se ha observado que las mujeres con antecedentes familiares de la enfermedad tienen un mayor riesgo de desarrollarla, lo que sugiere una predisposición genética. Además, se sabe que los niveles elevados de estrógeno promueven el crecimiento del tejido endometrial, y se ha demostrado que las mujeres con endometriosis tienen niveles hormonales alterados.
En resumen, la endometriosis es una enfermedad compleja y multifactorial cuyas causas exactas aún no se comprenden completamente. La interacción entre factores genéticos, hormonales, inmunológicos y ambientales probablemente contribuya al desarrollo y progresión de la enfermedad. Es importante tener en cuenta que la endometriosis es una condición heterogénea que puede manifestarse de manera diferente en cada paciente, lo que destaca la importancia de un enfoque individualizado en su diagnóstico y manejo.
Tratamiento y manejo
El tratamiento de la endometriosis se basa en el alivio de los síntomas, la prevención de la progresión de la enfermedad y la mejora de la calidad de vida de la paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
Medicamentos: los medicamentos como los analgésicos, antiinflamatorios no esteroides (AINE), anticonceptivos hormonales y los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), pueden ayudar a controlar el dolor y reducir el crecimiento del tejido endometrial.
Terapia hormonal: la terapia hormonal, como los anticonceptivos orales, los dispositivos intrauterinos (DIU) con progesterona, los implantes hormonales y los agonistas de la GnRH, puede ayudar a regular el ciclo menstrual y reducir los síntomas de la endometriosis.
Cirugía: en casos más graves o cuando los síntomas no responden al tratamiento médico, la cirugía puede ser necesaria para extirpar el tejido endometrial ectópico, las adherencias y los quistes ováricos asociados con la endometriosis. En algunos casos seleccionados, la histerectomía puede ser una opción.
Manejo del Dolor: además de los tratamientos médicos y quirúrgicos, el manejo del dolor juega un papel crucial en el cuidado de las paciente