Justicia Alimentaria denuncia la voracidad exportadora de la naranja -

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Justicia Alimentaria denuncia la voracidad exportadora de la naranja

Foto: Denny Gruner

Tras denunciar los cultivos de mango en la Axarquía malagueña, la venta de dátiles de Israel en los supermercados españoles, la presencia de derivados del petróleo en alimentos infantiles, el ecopostureo de Endesa con la comercialización de la miel solar o los pesticidas de las ensaladas en bolsa de los productos envasados por Florette y Mercadona, llega el sexto informe del Observatorio de Corporaciones Alimentarias (OCA) de Justicia Alimentaria focalizado en la voracidad exportadora de dos megaempresas de la naranja con sede en la Comunitat Valenciana mientras la agricultura familiar valenciana sufre las consecuencias

LA PROBLEMÁTICA

En España la recolección de naranjas comienza en noviembre. Ha sido llegar a mediados de mes y se ha viralizado el vídeo de un agricultor valenciano, Nando Durá, denunciando la venda de naranjas procedentes de Sudáfrica en grandes cadenas de supermercados y almacenes valencianos. En la coyuntura actual, cuando se precisa de manera urgente comercializar la naranja de circuito corto para favorecer la recuperación de la agricultura familiar después de la DANA en la Comunitat Valenciana, el malestar popular se agudiza ante la desprotección generalizada que ha sentido y siente el sector primario valenciano en el momento preciso del año en el que se solapa la ventana del periodo final de importación de la naranja de países como Sudáfrica y el inicio de la comercialización de la naranja local generando un debate entre lo local y lo internacional.

Más allá de la lógica de la queja, que por cierto es recurrente, ya que anualmente alguna persona consumidora se lamenta en las redes recibiendo siempre la misma respuesta por parte de grandes corporaciones alimentarias como Mercadona: “Solo importamos de mediados de agosto hasta el mes de noviembre una vez se ha agotado el volumen de producción de la campaña nacional”, lo cierto es que el problema es de mayor calado en tanto que tiene que ver con el Acuerdo de Asociación de Libre Comercio, con fondos de inversión muy agresivos, con la concentración de megaempresas citrícolas y con un modelo de agroexportación intensivo, con la naranja en el epicentro, para que sea posible consumirla los 365 días del año en cualquier parte del mundo.

EL DATO

Uno de los monocultivos de exportación que pasa más desapercibido es el de los cítricos en la Comunitat Valenciana, a pesar de que es la principal región exportadora de cítricos del mundo, muy por delante de Sudáfrica, Turquía, China o Estados Unidos (Observatory of Economic Complexity, 2020).

Es decir, con los datos del Ministerio de Agricultura en la mano, se puede decir sin temor al equivoco que la Comunidad Valenciana exporta el 70% de todo lo que exporta el Estado español. Dicho de otra forma: por cada cítrico que España importa, exportamos 10. Para la Comunitat Valenciana, de cada medio (0,5) cítrico que importan, exportan 10.

LA DENUNCIA

La queja de los pequeños productores de naranja de la Comunitat Valenciana no está señalando a todos los culpables del desaguisado. Quienes controlan el mercado de la naranja valenciana son grandes holdings con participación a menudo de fondos de inversión, que funcionan con la lógica import-export. Es decir, no son pequeñas empresas locales fruto de la atomización del mercado, sino conglomerados empresariales altamente capitalizados y feroces.

El quid de la cuestión no debe focalizarse en una pelea territorial de una nación contra otra, sino en el conflicto que subyace en apostarlo todo a un modelo oligopólico de exportación de cítricos. Porque aquí el eslabón más débil siempre acaba siendo el mismo: los pequeños agricultores, que quedan desconectados y sufren las consecuencias. Centrar la ira en Sudáfrica es un error de bulto porque dos grandes empresas valencianas también cultivan naranjas en ese país. Por eso, la queja principal del campesinado debe centrarse en el poder que los Acuerdos de Libre Comercio han otorgado a las grandes empresas citrícolas que empobrece la agricultura propia, y no tanto la irrupción anual por las mismas fechas de la naranja de Sudáfrica.

LAS DOS MEGAEMPRESAS DE LA NARANJA

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PETICIONES

A la persona consumidora…

  • Justicia Alimentaria aconseja comprar directamente la naranja al productor local valenciano de circuito corto y descartar la compra de naranjas de grandes empresas de la naranja controladas por fondos de inversión
  • Hasta que no se demuestre lo contrario, la naranja no te da alas, te aporta vitamina
    C. Así que la solución pasa por cortar las alas a la naranja y llenar de cuidados a la agricultura familiar valenciana.

Al gobierno de Estado español…

  • Priorizar la compra pública de naranjas locales procedentes de explotaciones familiares.· Abandonar el modelo agroexportador cítrico valenciano por razones sociales, ambientales, laborales y elaborar un plan de transición hacia modelos agrícolas diversificados y orientados a los mercados de proximidad.
  • Impulsar políticas públicas de resiliencia territorial a través de un plan de transición
    agrícola justo, verde y de proximidad.
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