Calendario de Adviento 2024. Día 23: lo nuevo - Noelia Jiménez

Compatibilidad
Ahorrar(0)
Compartir

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías (3,1-4.23-24):

Esto dice el Señor Dios:

«Voy a enviar a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como el fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño. Mirad, os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la tierra».

Salmo Sal 24,4-5ab.8-9.10.14

R/. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

V/. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.

V/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que lo temen, y les da a conocer su alianza. R/.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:

«¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron:

«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:

«Pues ¿qué será este niño?»

Porque la mano del Señor estaba con él.

***

Juan llegó rompiendo moldes. Primero, naciendo de una señora ya entradita en años, que se consideraba estéril por no haber engendrado en la edad que se consideraba adecuada para ser madre. Después, por su nombre: nada de llamarle igual que su padre, su abuelo o alguna otra rama de su árbol genealógico. 

Su madre lo tenía claro: «¡No! Se va a llamar Juan».

Como escribe hoy en Ciudad Redonda Fernando Torres, «el nombre “Juan” viene del hebreo y se podría traducir por “Dios es misericordioso” o “Dios es bueno” pero también por “aquel que está lleno de la gracia de Dios”. En cualquier caso, la bendición de Dios está con aquel al que van a llamar Juan».

Lo que me llama la atención de esta lectura, primero, es el convencimiento de Isabel a la hora de seguir la voluntad de Dios. Me encanta cómo tanto ella como María se muestran firmes en su convicción y en su fe. Más incluso que los hombres. A través de ellas Dios puede cumplir su promesa. Y para ninguna de las dos –especialmente para María, claro– debió de ser fácil decir que sí.

Hoy Isabel me hace reflexionar sobre la importancia de no temer a lo nuevo. Sobre la valentía que se requiere para romper con ciertas tradiciones cuando el Jefe nos invita a conducirnos por otros caminos –y ya se sabe: sus invitaciones son algo más que cortesía, son un auténtico reto que, de aceptarlo, nos lleva a vivir una vida con sentido–.

Lo nuevo puede llegar, por ejemplo, en las formas de evangelizar. Las redes sociales. Los podcast. La creación multidisciplinar. ¿Por qué temer herramientas que nos pueden ayudar a llegar a más corazones?

Lo nuevo puede llegar también con formas de actuar, con valores que no son estrictamente religiosos y que tampoco es que sean precisamente nuevos, pero no forman parte de la tradición católica. Hablo concretamente del cuidado del planeta, sobre el que ya reflexiona el papa Francisco en su encíclica Laudato Si’.

Para cada persona hay algo nuevo que le puede acercar más al Jefe. Aunque suponga cierta ruptura con las tradiciones. Aunque nos haga salir de nuestra zona de confort o nos reporte alguna que otra crítica.

Nuestra misión está por encima.

Y la voz del Jefe siempre es nueva.

Obra: Tríptico de la Adoración de los Magos, El Bosco (h. 1494), ©Museo Nacional del Prado, Madrid

Asesoramiento artístico: Conchy González-Pecellín

Detalles de contacto
Noelia Jiménez