8 Consejos para una Correcta Gestión de las Emociones

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La gestión de las emociones nos permite identificar, aceptar y regular las emociones que sentimos. Aun siendo una tarea difícil que requiere de autoconocimiento, la gestión emocional en tiempos de coronavirus puede ser de gran ayuda para cuidar nuestra salud mental. Si tú también eres un apasionado de este ámbito, no pierdas nuestros cursos online de psicología y bienestar y sigue leyendo. Te damos 8 consejos para que puedas gestionar mejor tus emociones. ¿Nos acompañas?

¿Qué es gestión emocional?

La gestión emocional es la habilidad de reconocer, comprender y manejar nuestras emociones de manera efectiva. No se trata de reprimir o ignorar lo que sentimos, sino de aprender a canalizar nuestras emociones de forma adecuada, de manera que no nos controlen, sino que podamos manejarlas para tomar decisiones más conscientes y mejorar nuestro bienestar.

Este proceso implica tanto la conciencia emocional como la regulación emocional. La conciencia emocional se refiere a la capacidad de identificar y comprender nuestras emociones en el momento en que surgen, mientras que la regulación emocional implica manejar esas emociones de forma que no interfieran negativamente en nuestras relaciones, actividades o salud mental.

Síntomas de no saber gestionar las emociones

Cuando no sabemos gestionar nuestras emociones, pueden aparecer diversos síntomas que afectan tanto a nuestra vida personal como profesional. Algunos síntomas de no saber gestionar las emociones más comunes son:

  • Reacciones impulsivas. Las personas que no gestionan bien sus emociones suelen actuar de manera impulsiva, sin reflexionar sobre las consecuencias de sus acciones. Esto puede llevar a conflictos innecesarios o decisiones erróneas.
  • Estrés y ansiedad. La incapacidad de manejar las emociones puede generar niveles elevados de estrés y ansiedad. Las emociones no procesadas adecuadamente pueden acumularse, provocando una sensación de agobio o malestar constante.
  • Problemas de relación. Las emociones mal gestionadas pueden afectar nuestras interacciones con los demás. La irritabilidad, la agresividad o el aislamiento emocional pueden crear tensiones en las relaciones personales y profesionales.
  • Depresión. La acumulación de emociones negativas no expresadas adecuadamente puede afectar la salud mental y emocional.
  • Dificultad para tomar decisiones. Las emociones intensas o mal gestionadas pueden nublar el juicio y dificultar la toma de decisiones racionales.
  • Fatiga emocional. Se traduce en agotamiento emocional, una sensación de estar abrumado o incapaz de lidiar con las demandas diarias.

¿En qué consiste la gestión de las emociones?

Crisis económica, crisis sanitaria, una nueva enfermedad acechándonos y cambios que no dejan de sucederse. En una época durante le que hemos visto día sí día malas noticias, experimentar cambios emocionales bruscos es de lo más normal. Y es que afrontar una época como la que estamos viviendo no es moco de pavo y todos y cada uno de nosotros lo hemos hecho a nuestra manera.

Sin embargo, la pandemia ha puesto de relieve la importancia de la gestión de las emociones y nos ha dejado delante de una oportunidad única para aprender más sobre nosotros mismos. La autorregulación de las emociones es posible y te puede ayudar en estos tiempos de incertidumbre, cansancio o ansiedad. Por ello, a continuación te damos algunos consejos para que puedas aprender más sobre la gestión de las emociones.

Cuídate

Es un tópico, pero mantener unos hábitos saludables es de vital importancia para que tus emociones no se descontrolen. Mantener siempre tus hábitos de sueño, alimentación, actividad y ocio te ayudará a controlar tus sentimientos y emociones. Dedícale al sueño unas 7-8 horas mínimo y sigue una alimentación equilibrada y saludable. Además, practica al menos 30 minutos de ejercicio y relájate de vez en cuando.

Rutina personal

Es probable que este año te hayas visto obligado a cambiar tu rutina diaria y que cuando lo pienses te invada cierto sentimiento de vacío. Lo cierto es que en este aspecto es imprescindible la gestión de las emociones. Recuerda que aunque haya cambiado tu rutina, tienes una nueva hoja en blanco delante de ti para escribir una nueva rutina personal, desde cero y adaptada a ti, ahora sí.

No somos héroes

Y no estamos diseñados para serlo. Es normal que experimentemos altibajos en nuestro día a día. Aprender a gestionar las emociones es reconocer que somos seres vulnerables y deberemos dejar de lado los prejuicios. Normalizar que tenemos sentimientos y emociones te ayudará a reconocerlas e identificarlas.

Identifica y acepta

La base de la gestión de las emociones es la identificación de las mismas. En un momento en el que es normal que nos sintamos desorientados, aparecen emociones como el miedo, la tristeza o el desbordamiento. No es insano ni motivo de vergüenza sentirse así. Aprender a identificar estas emociones y aceptarlas como tal te ayudará a no retenerlas y acumularlas. Hay muchas emociones, pero si quieres empezar por lo más básico, las cuatro principales emociones que deberás aprender a identificar son la alegría, el miedo, la tristeza y el enfado.

Gestionar las emociones y despedirlas

Si estás trabajando en la gestión de las emociones, deberás aprender a “soltarlas”. O lo que es lo mismo, cuando identifiques una emoción negativa, no te aferres a ella. Tendemos a hacer lo contrario, pero debes etiquetar la emoción y dejarla ir, como si se tratara de una nube de humo que se desintegra. Si al principio te cuesta desprenderte de ellas, imagina que son nubes y que se van alejando. O incluso decirle adiós con la mano como si de una persona se tratara.

Impacto corporal

Si eres incapaz de detectar qué emoción estás sintiendo mentalmente, deberás descubrir qué efectos físicos tienen en tu cuerpo estas emociones. Así, por ejemplo, si aprietas la mandíbula ante el miedo o la ansiedad, o notas calor en la nuca, tu cuerpo te enviará señales para la gestión de las emociones negativas.

No des la espalda

Dar la espalda a nuestras emociones nunca es buena idea. Aunque somos muchas las personas que, a lo largo de nuestra vida hemos construido una “coraza” que nos permite esconder nuestro estado de ánimo, esto es lo contrario a lo que debemos hacer para la gestión de las emociones. Busca un confidente que pueda entenderte y, si no te sientes cómodo, prueba al principio reflectando esas sensaciones en un diario emocional personal. Escribe cada día qué sientes y por qué crees que lo sientes. Así poco a poco te abrirás a la idea de la gestión emocional y aprenderás sobre ti mismo.

Técnicas de relajación

Yoga, respiración consciente, mindfulness o atención plena son disciplinas que pueden ayudarte en la gestión de las emociones. Practícalas de manera periódica y regular y trata de seguir una sesión de meditación guiada antes de ir a la cama. Todas las herramientas relacionadas con la relajación y el autoconocimiento te permitirán tener una gestión de las emociones más eficaz y provechosa.

Ejercicios para gestionar las emociones

Algunos de los ejercicios de gestión emocional más recomendados son los de mindfulness, las técnicas de respiración y la meditación, pero existen otros que puedes aplicar a tu rutina para estabilizar tus emociones:

  • Diario emocional. Escribir un diario emocional puede ser una excelente manera de procesar nuestras emociones. Cada día, dedica unos minutos a escribir sobre lo que has sentido, lo que te ha causado y cómo has respondido. Este ejercicio puede ayudarnos a identificar patrones emocionales y a encontrar formas más saludables de manejarlos.
  • Reestructuración cognitiva. Cuestiona tus pensamientos automáticos. Cuando sientas una emoción intensa, detente y pregúntate si es una emoción proporcional a la situación o si estás interpretando una situación de manera negativa. Reemplázalos con pensamientos más realistas para ayudar a reducir la intensidad emocional.
  • Ejercicio físico. Ya sea correr, practicar yoga o simplemente caminar, el movimiento físico ayuda a reducir el estrés y mejora el estado de ánimo al liberar endorfinas, las hormonas del bienestar.
  • Técnicas de visualización. Consiste en imaginar un lugar o situación que te haga sentir tranquilo y relajado. Cierra los ojos, respira profundamente y visualiza un entorno que te brinda paz. Esto puede ayudarte a desconectar de emociones intensas y recuperar la calma.

Es importante poner en práctica estos ejercicios para prevenir la fatiga emocional y el malestar. Además, incorporarlos a la rutina y el día a día contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo y la salud mental.

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