Ectomicorrizas y endomicorrizas, ¿en qué se diferencian?

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Las micorrizas son uno de los tipos de simbiosis más abundantes de la biosfera, de gran interés para la agricultura porque contribuyen a mejorar la absorción de agua y nutrientes por parte de los cultivos. Del griego mycos (hongo) y rhizos (raíz), se trata de una cooperación beneficiosa entre un hongo y una planta, con ventajas para ambas partes.

Se han llegado a clasificar hasta siete tipos de simbiosis micorrícicas, pero a efectos prácticos se distinguen principalmente dos grandes tipos: ectomicorrizas y endomicorrizas. ¿Cuáles son sus diferencias? Y, sobre todo, ¿cuáles son sus ventajas para su uso en agricultura?

Una invasión de las raíces para mejorar los cultivos

En el caso de las ectomicorrizas, los hongos forman una red de hifas alrededor de las raíces de las plantas, creando lo que se conoce como “manto micorrícico”, sin llegar a penetrar en las células de la planta. Los hongos ectomicorrícicos establecen una asociación particularmente estrecha con árboles y arbustos en entornos forestales.

Las endomicorrizas, en cambio, son mucho más frecuentes que las ectomicorrizas ya que pueden presentarse en la inmensa mayoría de las plantas. En este caso, el micelio fúngico sí penetra en las células del córtex de la raíz, siendo el contacto, por tanto, más estrecho. Tras ello, forman unas estructuras denominadas arbúsculos y, en algunos casos, también vesículas.

Los arbúsculos aumentan significativamente la superficie de absorción de nutrientes, mejorando la eficiencia y el intercambio de alimentos con la planta, mientras que las vesículas son empleadas principalmente como órganos de reserva.

En estos hongos micorrícicos arbusculares, el micelio incrementa el área de absorción de la raíz de la planta hasta en 100 veces con carácter general, accediendo así a más nutrientes, pero existen casos excepcionales como el del hongo endomicorrícico Glomus iranicum var. tenuihypharum capaz de ampliar la red 4 veces más, como luego veremos.

Si resumimos los principales efectos beneficiosos de las simbiosis de endomicorrizas, debemos destacar:

  • Mayor absorción de agua y nutrientes, especialmente de elementos poco móviles como Fósforo, Cobre y Zinc.
  • Permiten al cultivo tolerar mejor estreses como la sequía y la salinidad.
  • Contribución a la formación de la estructura del suelo.

Por tanto, estamos ante una simbiosis de tipo mutualista donde las dos partes se benefician al intercambiar diferentes sustancias. El hongo se encargará de aportar agua y nutrientes minerales a la planta, mientras que esta suministra al hongo nutrientes orgánicos elaborados, principalmente carbohidratos. Una relación que será vital para muchas plantas en sus primeras etapas de crecimiento.

Micorrizas arbusculares: más fertilización y control de enfermedades

Una de las principales ventajas es que las plantas micorrizadas logran un uso más eficiente de los nutrientes del suelo. Esto permite al agricultor aprovechar mejor los fertilizantes y, a la vez, mitigar los problemas de contaminación que conlleva el uso excesivo de este tipo de fertilizantes.

Pero, además, las plantas micorrizadas también son capaces de aprovechar mejor los fertilizantes orgánicos, bien sea debido a la producción de fosfatasas por parte de los hongos o bien, gracias a la asociación existente entre las hifas de las micorrizas arbusculares y los microorganismos que participan en la mineralización de la materia orgánica.

Aplicación directa: el caso de Glomus iranicum var. tenuihypharum

Estas asociaciones micorrícicas no solo son fascinantes desde un punto de vista biológico, sino que también tienen aplicaciones prácticas para lograr una producción agrícola más sostenible. Uno de los ejemplos más notables es el hongo endomicorrícico Glomus iranicum var. tenuihypharum.

Este hongo formador de micorrizas exclusivo de Symborg ha demostrado ser altamente beneficioso para los cultivos agrícolas al mejorar la disponibilidad de nutrientes en el suelo y fortalecer la resistencia de las plantas al estrés abiótico. A través de sus hifas que penetran en las células de las raíces, Glomus iranicum var. tenuihypharum forma arbúsculos que aumentan la eficiencia en la absorción de nutrientes esenciales como fósforo y nitrógeno. Puede producir hasta 4 veces más de micelio extramático que otros hongos formadores de micorrizas. En otras palabras, Glomus iranicum var. tenuihypharum es capaz de proporcionar a los cultivos una mayor cantidad de agua y nutrientes, lo que le confiere una gran ventaja competitiva frente a otros hongos micorrízicos.

Y es que hablamos de un hongo formador de micorrizas único, ya que otra de sus características es que sus esporas son muy pequeñas (diámetro de 5-30 micras) y realiza la esporulación en el exterior de los pelos absorbentes, por lo que ni obturan ni los rompen por acumulación como ocurre con otros hongos micorrícicos, que al final obligan a la planta a gastar energía en formar nuevos pelos absorbentes.

La aplicación en la agricultura de hongos micorrícicos como Glomus iranicum var. tenuihypharum contribuye a la sostenibilidad del sistema agrícola y a la conservación del medio ambiente sin renunciar a la rentabilidad. Al mejorar la salud de las plantas y la calidad del suelo, estos hongos micorrícicos contribuyen a aumentar los rendimientos de los cultivos y a la producción de alimentos más saludables.

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Alicia Pravia