Casi el 40 % de los cereales de las papillas Nestlé proceden de agricultura regenerativa

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Cerca del 40 % de los cereales utilizados en las papillas para bebés de la compañía Nestlé proviene de sistemas de agricultura regenerativa realizados en campos de Castilla y León, según ha compartido la multinacional alimenticia en un comunicado.

En línea con su objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, Nestlé ha asegurado que el 100 % de los cereales locales utilizados para las papillas son cultivados en campos de Castilla y León de forma sostenible y, en dos años, ha conseguido que el 40 % proceda de agricultura regenerativa.

En concreto, el trigo con el que se elabora la mayor parte de las papillas procede de 80 agricultores locales que cultivan de forma sostenible y, de estos, una veintena utiliza prácticas de agricultura regenerativa.

Agricultura regenerativa en Castilla y León

En estos campos, con una extensión de 4.000 hectáreas, los agricultores alternan el cultivo del cereal con el de las legumbres para aprovechar los nutrientes de la tierra. Además, la multinacional ha anunciado que aspira a “triplicar las toneladas” de cereal procedente de agricultura regenerativa este 2024.

“Queremos que la elaboración de nuestros cereales infantiles tenga un impacto positivo en el ecosistema local y este compromiso empieza desde el origen”, ha afirmado el director de Nutrición Infantil de Nestlé Iberia, Luis Pinto, en el comunicado.

Cerca del 40 % de los cereales utilizados en las papillas para bebés de la compañía Nestlé proviene de sistemas de agricultura regenerativa realizados en campos de Castilla y León. EFE/NESTLÉ

También, en aras de reducir las emisiones a lo largo de toda la cadena de elaboración, la compañía ha asegurado que la mayoría de la materia prima de los cereales para bebés se cultiva a menos de 50 kilómetros de distancia del molino en el que se obtiene la harina de cereal.

Objetivo medioambiental

Desde hace dos años, Nestlé y la Fundación Global Nature, una organización privada dedicada a la protección de la naturaleza, desarrollan un proyecto para impulsar un nuevo modelo de agricultura, una práctica responsable de casi dos tercios de las emisiones de efecto invernadero.

“El objetivo es la regeneración del suelo, es decir, mejorar su salud, en cuanto a fertilidad y resiliencia, para ayudar a mejorar su rendimiento y, al mismo tiempo, reducir la huella de carbono”, ha destacado el agrónomo y coordinador del proyecto, Agustín Fuentes. Así, ha asegurado que una mejor gestión del suelo es “fundamental” porque permitirá absorber y almacenar carbono de forma sostenible y reducir la cantidad de CO2 a la atmósfera.

Por su parte, el coordinador de proyectos de la Fundación Global Nature ha puesto en valor las alianzas en el sector agroalimentario, contando con los intereses de los agentes de la cadena de suministro, a fin de conseguir cambios en el modelo de negocio. EFE

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