Dr. J. L. Rodrigo: “Creo que el futuro son las células, y no los hierros o las prótesis”

Compatibilità
Salva(0)
Condividi

Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia

El doctor José Luis Rodrigo nació en Valencia en 1958, aunque pasó toda su infancia y juventud en Gandía. De esa época destaca la ventana de libertad que suponía la llegada de turistas todos los veranos. Su padre, ATS en la Cruz Roja, fue la gran motivación que le empujó a estudiar Medicina. Lo hizo en la UV, en la promoción de 1975-1981, la más numerosa de la historia. Durante su etapa de estudios en el Hospital General se enamoró doblemente: de la Traumatología, y de su actual mujer, la también doctora Mercedes Chanza.

– ¿Por qué decidió estudiar Medicina?

Mi padre era ATS y trabajaba con el Dr. López Trigo. Mi padre siempre me habló de él con gran admiración, sobre su humildad, su capacidad de reparar todo tipo de fracturas. Me llamó la atención que mi padre admirara tanto a este doctor, e impactó muchísimo para que yo luego estudiara Medicina.

En la carrera éramos tres grupos de 1.000, y las clases sólo se podían dar en el Aula Magna. Había carreras para coger sitio y no tener que sentarse en el suelo. Los primeros años fueron difíciles, muchas protestas, huelgas de profesores… Fue una etapa apasionante. Descubrí Valencia y el jazz en el Barrio del Carmen. Fui feliz.

– ¿Cuál fue el motivo que le decantó por la especialidad?

Allí conocí al Dr. López Trigo, y pude trabajar con él. En el Hospital General había excelentes cirujanos. La especialidad me pareció muy práctica, estaba muy claro cómo poder ayudar a alguien, los protocolos de diagnóstico y actuación eran muy adecuados. Enseguida tuve claro que quería hacer esta especialidad.

– Es, además, una especialidad muy amplia que requiere centrarse en algún campo concreto. ¿Qué opciones hay ahora mismo?

Acabé la especialidad en 1988. Tuve la suerte de poder hacer el primer máster de la historia de la universidad española, en la UPV. Y mi tesis doctoral se centró en el hombro. Desde entonces, mi carrera se ha dedicado a la cirugía del hombro.

– Al ser una especialidad eminentemente quirúrgica, ¿qué capacidades diferentes debe tener un traumatólogo y cirujano ortopédico?

La cirugía ortopédica no es un oficio, es una ciencia. No sólo basta con ser habilidoso, hay que ser científico, hay que saber por qué se producen las cosas, y saber cómo resolverlas. La habilidad técnica y manual es precisa. Pero hay que estar al día, y no podemos permitirnos el lujo de dejar de leer y formarnos. Sigo estudiando todas las semanas desde hace 4 décadas.

– ¿De dónde se saca la motivación para estar 40 años estudiando cada semana?

De la vocación. Nos gusta lo que hacemos, y salimos del hospital cansados, pero nunca enfadados. Es difícil explicar esta motivación sin la vocación, y hay que ser capaz de contagiarlo. Tengo la suerte de trabajar con gente muy buena, un equipo excelente.

– ¿El envejecimiento de la población cómo influye en las patologías que atiende su especialidad?

La cirugía ortopédica se encarga de realizar intervenciones quirúrgicas que mejoren la vida de los pacientes por procesos degenerativos, fundamentalmente artrosis, que va ligada a la edad. Todos los implantes que tenemos en el mercado (Cadera, hombro, rodilla, muñeca…) están diseñados para mejorar la calidad de vida del paciente. Nosotros no salvamos tantas vidas como el cardiólogo o el intensivista, pero mejoramos muchísimo la calidad de vida de nuestros pacientes.

En la traumatología vemos todas las fracturas por fragilidad, asociadas al envejecimiento, sobre todo la fractura de cadera, que es la más frecuente.

– ¿Cómo ha avanzado tecnológicamente su especialidad, y hacia dónde se dirige?

Lo que más va a cambiar en el futuro es la medicina regenerativa. Creo que el futuro son las células, y no los hierros o las prótesis.

 – En marzo la ciudad de Valencia acogió el XVII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía de Hombro y Codo. Usted fue presidente de esta reunión.

Era la tercera vez que Valencia acogía esta reunión, y somos la ciudad de toda España que más veces lo ha hecho. Además, la Sociedad cumplía 30 años desde su fundación, toda una generación. Y coincidió que tanto la Sociedad Europea como la Sociedad Americana están presididas por españoles. Decíamos en el congreso que, a nivel internacional, la cirugía de hombro se habla en español. Ha sido el congreso que más afluencia ha registrado.

– ¿Por qué recomendaría su especialidad a los jóvenes médicos?

Las clases teóricas de Traumatología son un rollo, pero cuando vienen aquí los estudiantes, se lo pasan bien. Les animo a que no se desanimen por ello. Es una especialidad muy dinámica, con gente muy joven, y en la que aparecen innovaciones en todos los campos constantemente. Además, la especialidad se está feminizando, y eso ayuda a que seamos mejores. El futuro está garantizado.

Recapiti
Rafael Muñoz García