Elecciones presidenciales en Venezuela. ¿Qué se puede esperar? - Instituto Juan de Mariana

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El 28 de julio de este año se esperan nuevas elecciones presidenciales en Venezuela. A pesar de su importancia, este evento político está ampliamente asociado a la decepción, la rabia, la frustración y la reconsideración de la migración. Este fenómeno solemos llamarlo desesperanza aprendida, sin embargo, en el fondo hay siempre un poco de esperanza, por eso dolería mucho la reconfirmación de que no habrá un cambio.

En los últimos meses la candidata inhabilitada María Corina Machado y su partido han hecho un esfuerzo admirable por incentivar la participación activa, es decir, que los ciudadanos voten y cuiden el voto para evitar fraudes. Además, ha hecho campaña política alrededor del país logrando movilizar al electorado, sin embargo, es evidente que la población espera, por experiencias previas o por preservación psíquica, que el chavismo[1] ejecute cualquier maniobra de último momento para mantener su poder.

¿Los venezolanos estamos sesgados al pesimismo?

En estos casos es muy difícil saber si estamos haciendo un análisis político relativamente «objetivo» o si estamos «leyendo entre líneas» como el tío Vasili [2]. La oposición cumple su trabajo de transmitir optimismo a sus votantes, pero esa conducta no nos da información clara porque todos los candidatos y partidos del mundo lo hacen antes de una elección. Nadie va a hacer una carrera política para transmitir a su electorado que no tienen oportunidad de ganar.

Recientemente, «Solo Fonseca» subió un análisis bien elaborado sobre la situación en la que se encuentra Maduro y por qué es muy probable que esté interesado en abandonar el poder. Los venezolanos que vemos su video sentimos un optimismo que nos resulta muy ajeno, lo que nos lleva a pensar: ¿será que somos nosotros quienes estamos muy sesgados hacia el escenario negativo?

En su análisis, Fonseca no toma en cuenta la posición y motivaciones de otros actores relevantes dentro del chavismo. Es posible que Maduro y Cilia estén más dispuestos a dejar el poder que Jorge Rodríguez o Diosdado Cabello. Jorge y Delcy Rodríguez son hijos de un guerrillero urbano con aspiraciones políticas que se atribuyó la dirección del secuestro de un empleado importante de una empresa norteamericana, por lo que luego fue capturado y torturado hasta la muerte por los servicios de inteligencia venezolanos. Sus hijos, actualmente altos cargos dentro del chavismo, parecieran tener como meta de vida evitar que quienes asesinaron a su padre (la «derecha venezolana») vuelvan a gobernar.

¿En qué posición se encuentra Maduro?

La tesis central de Fonseca es que Maduro no tiene apoyo interno ni externo, su mala gestión le ha generado deudas y ha reducido su presupuesto. Esto lo pone en una situación muy vulnerable en la que resulta más conveniente salirse cuando aún tiene capacidad de negociación y puede escribir su propio final. En el caso contrario, Maduro estaría apostando a que la situación no le estalle, pierda el control y el poder, de forma que quede completamente vulnerable ante enemigos externos, internos de su partido o actores delictivos.

Es cierto que Maduro se encuentra en una posición ideal para abandonar el poder, su situación de vulnerabilidad debería permitirle ver que se avecinan más problemas con los que no ha podido dar con una solución, pero su vulnerabilidad actual no es tan alta aún como para que no pueda negociar su propia salida. El caso está en que él sopese hasta qué punto se sigue arriesgando.

Maduro, a diferencia de Chávez

Chávez fue un político extremadamente carismático, popular y adinerado que monopolizaba el poder y marcaba la dirección del país. En contraste, Maduro es un político impopular que ha enfrentado importantes crisis económicas y no monopoliza el poder dentro del chavismo.

A diferencia de Chávez, Maduro ha intentado solucionar los problemas del país, aunque de manera socialista y equivocada, pero ha buscado políticas alternativas para obtener otros resultados. Para entender esta afirmación controversial, hay que considerar que Chávez disponía de muchos más recursos, lo que le permitió robar, permitir el robo, derrochar y regalar mucho dinero, al tiempo que proponía las políticas públicas más descabelladas. Estas políticas, tan erróneas, no durarían ni un mes en países donde el gobierno depende de la recaudación fiscal y, por ende, de la ciudadanía y el mercado para sostenerse.

En resumen, con Chávez se vivieron mejores tiempos bajo peores políticas. Por esta razón, Maduro no ha podido mantener el mismo ritmo de errores y ha tenido que buscar algunas alternativas. Aunque los intentos de Maduro han sido mediocres, limitados e igualmente equivocados, se puede asumir que él considera que ha intentado solucionar los problemas, aunque sin obtener resultados significativamente mejores.

Con cada intento de salir del gobierno se quema una tanda nueva de políticos de oposición

La oposición venezolana es uno de los menores problemas para el gobierno, una realidad dura porque siempre han podido y podrán ponerle fin cuando lo deseen. Aunque se proclamó, el gobierno no necesitaba la controversial ley antifascismo para silenciar a la oposición. El gobierno ha reducido su margen de acción al mínimo: la oposición no puede participar en la asamblea, debatir con el gobierno, ni expresarse en los medios nacionales de comunicación. Sin embargo, Maduro no la ha eliminado por completo, en buena medida porque no le hace falta. Mantenerla debilitada le ofrece cierta legitimidad y, lo más importante, puede usarla cuando la necesite.

En Venezuela, la oposición ha perdido todas sus batallas anteriores. Los actores políticos de hoy no son los mismos que hace unos años; figuras como Henrique Capriles, Leopoldo López o Juan Guaido ya no tienen relevancia en la política venezolana. A diferencia de, por ejemplo, Pedro Sánchez, el gobierno venezolano no ha eliminado a los actores políticos de manera diplomática y estratégica, sino que ha recurrido a la intimidación, amenazas directas y encarcelamiento. El resultado ha sido el mismo: los errores de los actores de la oposición, sumados a casos de corrupción, falso oposicionismo y la falta de resultados políticos reales, han hecho que quienes alcanzaron cierta influencia y popularidad eventualmente la perdieran y fueran asociados con la cobardía, el desinterés y el oportunismo.

Este ciclo de popularidad, esperanza, derrota y desprecio de los políticos de oposición en Venezuela nos lleva a pensar que, si María Corina no logra la salida del chavismo en las próximas elecciones, el gobierno logrará sacarla del escenario político para siempre. Todo esto a pesar de que María Corina podría ser la mejor candidata que hemos tenido.

Inhabilitación de María Corina: Si vas a robar la victoria ¿por qué te importa contra quien compites?

  1. Pretendes ganar limpiamente: Por eso has buscado dividir a la oposición y hacer indistinguible a la oposición falsa de la real. Este escenario es improbable porque se estima que Maduro cuenta con solo el 20% de los votos y es muy osado asumir que el electorado «ni-ni» no apoyará estratégicamente al candidato con más probabilidades de sacar al chavismo.
  2. Quieres robar la victoria a un candidato menos atractivo: No deseas que haya demasiado optimismo en las calles ni que la gente tenga un candidato por el cual estén dispuestos a protestar.
  3. No es tan fácil robarte la victoria: Prefieres tener un candidato menos oposicionista con quien puedas negociar en caso de perder.
  4. Estás dispuesto a perder en una elección libre: Quieres tener como contraparte de la negociación una oposición suavizada o fragmentada.
  5. Estás forzando un escenario de gobierno de transición: Quieres un gobierno de transición que no te sea tan desfavorable.

Pudiendo ser todas o ninguna de estas razones, el chavismo decidió limitar a María Corina. Ya no es la candidata oficial y, aunque la oposición ganara, ella continuaría teniendo que enfrentarse a la mayoría socialdemócrata que compone la oposición durante el mandato de Edmundo González y en futuras elecciones.

¿Cuán liberal es María Corina?

En muchos aspectos, María Corina parece genuinamente liberal. Su discurso enfatiza dejar atrás el socialismo para siempre, defendiendo la libre competencia empresarial, la libertad de elección del centro educativo a través de la política de vales escolares, la elección libre por parte del trabajador del fondo de pensiones por capitalización privada, el seguro privado como principal mecanismo para cubrir la demanda sanitaria y la privatización de empresas públicas, incluyendo aquellas en sectores tradicionalmente intocables como combustible y energía.

Al igual que Milei, María Corina se ha ido haciendo liberal a medida que los liberales en Venezuela y el mundo han influido en sus ideas. Ambos tienen tintes conservadores y no abordan temas como la liberalización de las drogas. Y ambos sufren por la escases de liberales en la política, por lo que son más liberales que la mayoría de sus aliados. Milei es más firme en materia monetaria y bancaria, donde es experto; en cambio, María Corina se deja asesorar en estos asuntos por economistas defensores del sistema fallido de Banca Central independiente que actúa como prestamista de última instancia y garante de la estabilidad monetaria con objetivos de inflación en rangos limitados.

La libertad educativa

Producto de la heterogeneidad entre sus asesores, en materia educativa, el programa de María Corina, ‘’Venezuela Tierra de Gracia’’, presenta contradicciones. Apuesta simultáneamente por la educación privada y libre, a elección de los padres con apoyo de un programa de vales educativos, y por la educación pública, con instalaciones financiadas por el Estado y un marco curricular nacional.

Recientemente, el chavismo ha buscado infundir el miedo a la privatización de la educación. Esto no implica necesariamente que exista un temor generalizado en la población hacia la privatización, pero sí ha revelado los desacuerdos y el miedo y escepticismo entre los asesores y miembros del partido sobre las consecuencias de la libertad de elección. Pero ¿cómo puede una sociedad aprender a elegir si no se le permite hacerlo?

Por mucho que las escuelas privadas de bajo costo en Venezuela sean un éxito académico y un emprendimiento atractivo para las mujeres del país, entre los políticos, académicos y asesores persiste la resistencia hacia un modelo educativo de abajo hacia arriba. Sin embargo, en el largo plazo, una mayor liberalización de la educación fortalecerá este modelo, facilitando la superación de la educación estatal y centralizada, que, por el simple hecho de existir, mantiene en funcionamiento la principal vía de adoctrinamiento político. De implementarse, el programa de María Corina sería un paso enorme hacia el liberalismo, insuficiente pero alentador.

¿Cuán liberal puede ser el primer gobierno post-chavismo?

A pesar de estar inhabilitada, el énfasis en María Corina en este artículo se debe a su rol en la dirección y promoción del movimiento político actual, respaldando la candidatura de Edmundo González, un político de bajo perfil cuya fortaleza reside en el establecimiento de redes sociales y cuyos objetivos giran alrededor de la conciliación.

Edmundo no es un ideólogo, se considera «centrista» y ha expresado varias veces su apoyo a la educación pública. Los políticos de larga data en Venezuela son en su mayoría socialcristianos o socialdemócratas, por lo que, si sus ideas son las que se imponen, no debemos esperar grandes avances en materia de libertades, pero sí una mejor gestión gubernamental.

De ganar la oposición, no se espera que los grandes cambios ocurran en los próximos 3 o 6 años. La expectativa es que Edmundo González gobierne en la transición hasta conseguir unas elecciones libres, donde seguramente María Corina enfrentará candidatos tanto de la actual oposición como del nuevo chavismo.

Notas

[1] Por chavismo no me refiero a un cuerpo político más o menos amplio y abstracto. Por chavismo y gobierno me refiero lo que se conoce como «El Régimen», 4 agentes específicos que son los únicos que pueden impactar sobre el devenir político de Venezuela: Maduro y Cilia Flores (presidente y primera dama), Diosdado Cabello (vicepresidente del PSUV), los hermanos Rodríguez (cabezas de la asamblea nacional y las negociaciones) y Vladimir Padrino López (ministro de defensa).

[2] Personaje de la novela ´´Los que vivimos´´ de Ayn Rand. Al inicio de la novela, el tío de la protagonista cuenta que no pierde la esperanza de que los países de Europa intervengan para poner fin a la Rusia Soviética, por lo que afirma que si uno «lee entre líneas» en las noticias de los periódicos verá señales claras de una posible intervención que restaurará el orden y le permitirá recuperar su antiguo negocio expropiado.

Ver también

Venezuela: ¿hasta dónde se puede retroceder? (Venezolano anónimo).

Venezuela: Diosdado, el terror bolivariano. (Venezolano anónimo).

Venezuela: fascismo del siglo XXI. (Venezolano anónimo).

Recapiti
Miguél Solís