En Camas y San Juan de Aznalfarache, Farmamundi impulsa un proyecto para combatir la soledad no deseada entre personas mayores, visibilizando una problemática silenciosa y ofreciendo soluciones centradas en la escucha y el acompañamiento intergeneracional.
«La soledad es lo más malo del mundo», afirma Joaquín, de 74 años, vecino de San Juan de Aznalfarache. «Hoy me he levantado, me he duchado, he fregado la casa, y aquí estoy, en el Centro de Participación Activa. Nadie sabe que estoy aquí. No le he dicho ni buenos días a nadie».
En este municipio sevillano, al igual que en Camas, Farmamundi ha impulsado el proyecto ‘Acompañando-nos’, una iniciativa que pone el foco en la soledad no deseada entre las personas mayores. Financiado por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, el proyecto busca visibilizar esta problemática, fomentar el acompañamiento y proponer mejoras que garanticen una vida digna para quienes nos conectan con nuestras raíces.
Un diagnóstico que invita a la acción
La primera fase del proyecto consistió en diagnosticar la situación de la soledad no deseada en ambos municipios. «Nos preguntamos si las personas mayores reconocían este sentimiento y qué impacto tenía en sus vidas», explica Manuel López, técnico de educación de Farmamundi. En colaboración con el CEPER Tartéside en Camas y el Centro de Participación Activa en San Juan de Aznalfarache, se formaron grupos focales para escuchar, compartir y reflexionar.
Los testimonios recogidos retratan una realidad compleja. Aurora, participante de San Juan de Aznalfarache, lamenta la pérdida de espacios que fomentaban el bienestar emocional: «Antes teníamos risoterapia, pero ya no. Me gustaría que volviera y que hubiera conversatorios sobre distintos temas». Por su parte, Rosa María propone soluciones: «Un psicólogo podría ayudar. Hace falta alguien que escuche, no solo que haga la casa».
Datos que hablan de urgencia
Según el I Plan Estratégico Integral para Personas Mayores en Andalucía 2020-2023, casi la mitad de las personas mayores de 55 años en la comunidad experimenta soledad no deseada. Este sentimiento afecta más a las mujeres y se intensifica con la edad. A partir de los 80 años, las cifras son alarmantes. La soledad, además de ser un sufrimiento emocional, tiene un impacto directo en la salud y el bienestar, convirtiéndola en un reto social y económico para las administraciones.
La respuesta comunitaria
En una segunda fase, el proyecto llevó las conclusiones de los grupos focales a las aulas de dos ciclos formativos de Atención a Personas en Situación de Dependencia en los IES Tartessos y Sotero Hernández. Estudiantes y personas mayores compartieron experiencias y diseñaron actividades conjuntas. Esta colaboración intergeneracional no solo enriqueció la formación de los futuros profesionales, sino que también promovió el intercambio de saberes.
Manuel López destaca la importancia de estas actividades: «Todas las personas participantes coincidieron en que había sido una alegría formar parte del proyecto. Se sintieron escuchadas, algo que, según cuentan, falta mucho en su día a día».
Propuestas para un futuro mejor
El proyecto concluyó con la elaboración de un audiovisual que recoge demandas y recomendaciones. Entre ellas, crear más espacios de intercambio, fomentar talleres lúdicos y formativos, y garantizar un mejor acompañamiento institucional. «Es necesario que el Sistema Andaluz de Salud mejore su atención a las personas mayores», subraya Concepción, otra participante del grupo focal. «Si vamos a Urgencias con dolor, no deberíamos esperar horas».
Un compromiso de todas las generaciones
‘Acompañando-nos’ es un recordatorio de la responsabilidad colectiva hacia quienes han cuidado y guiado a nuestra sociedad. Como apunta López, escuchar, acompañar y atender a las personas mayores no es solo un deber institucional, sino una tarea que compete a todas las generaciones. En palabras de Joaquín: «Lo más importante es que nos escuchen y que sepan que estamos aquí».