Después de Gaza, Israel lleva la guerra al Líbano

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La comunidad internacional hace la vista gorda ante las muertes de civiles.

  • Las campañas de bombardeos israelíes en Beirut, la Bekaa y el sur del Líbano han causado cientos de víctimas civiles y el desplazamiento de casi medio millón de personas. La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), su organización miembro en Líbano, el Centro Libanés de Derechos Humanos (CLDH) y la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REM) condenan todos los ataques contra civiles a ambos lados de la frontera entre Israel y Líbano.
  • Se hace un llamamiento a todas las partes beligerantes para que apliquen un alto el fuego inmediato de conformidad con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2006. Debe establecerse asimismo un alto el fuego duradero en Gaza, inseparable del contexto libanés.
  • La FIDH, el CLDH y el EMR hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que imponga sanciones políticas y materiales a Israel, como un embargo de armas, por sus graves y continuas violaciones del derecho internacional.

Beirut, Bruselas, París, 2 de octubre de 2024. La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), el Centro Libanés de Derechos Humanos (CLDH) y la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REM) condenan sin ambages la actual agresión militar israelí en Líbano. Las tropas israelíes deben abandonar de inmediato el territorio libanés. Deben cesar todos los ataques contra civiles, tanto por parte de Israel como de Hezbolá.

Hasta la fecha, los ataques aéreos israelíes en el Líbano, que se han intensificado desde el lunes 23 de septiembre, han causado más de 1 640 víctimas mortales, entre ellas al menos 104 niños y niñas y 194 mujeres, así como personal de rescate, según el Ministerio de Sanidad libanés. El ministro libanés de Asuntos Exteriores informa de que casi medio millón de personas se han desplazado en busca de refugio. Esta cifra aumenta sin cesar, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas de inmediato para detener esta escalada de violencia. Con los informes de incursiones militares “limitadas” en el sur del país, ya está claro que Israel ha comenzado su guerra contra el Líbano. El aumento de tropas israelíes está despertando el temor a una invasión terrestre de mayor envergadura, y recuerda las traumáticas experiencias de 1978, 1982, 1993, 1996 y 2006.

En esta escalada, Israel afirma actuar en virtud del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que establece el derecho de legítima defensa individual o colectiva en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas. Sin embargo, según la Carta, dicho ataque debe ser necesario y proporcionado al ataque inicial. Si la respuesta es excesiva, innecesaria o no constituye un acto legítimo de autodefensa, entonces constituye una agresión, un crimen según el derecho internacional. Dada la magnitud de los ataques israelíes contra zonas civiles densamente pobladas, ciertamente se pueden considerar una violación flagrante del artículo 51 y constituir un crimen de agresión en virtud del capítulo VII de la Carta de la ONU, lo requiere la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU.

Además, los amplios daños colaterales causados por los ataques israelíes en el Líbano son contrarios a los principios fundamentales del derecho internacional humanitario, en particular a la Cuarta Convención de Ginebra, que prevé la protección de la población civil durante los conflictos armados. El hecho de no distinguir entre combatientes y civiles, así como de infligir daños desproporcionados a la población civil, constituyen una violación de los principios de distinción y proporcionalidad, que son constitutivos de crímenes de guerra según el derecho internacional.

Israel debe cesar su escalada de violencia en el Líbano.

Las organizaciones firmantes consideran extremadamente preocupante la continua deshumanización de la población civil libanesa. El apoyo tácito o expreso de varios gobiernos occidentales a esta escalada y a las explosiones indiscriminadas de buscas y walkie-talkies de los días 17 y 18 de septiembre –que causaron la muerte al menos a 37 personas, entre ellas dos niños/as, e hirieron a otras 2 931, entre ellas niños/as y personal sanitario– es inaceptable. El asesinato mediante bombardeo y la destrucción total de edificios residenciales no se pueden definir en modo alguno como una “medida de justicia”, tal como refiere el presidente estadounidense Joe Biden, ya que supone una legitimación de una visión de las relaciones internacionales que sustituye totalmente la ley por la violencia.

Las autoridades internacionales tienen la responsabilidad de mostrar moderación y equidad en una situación en la que cada escalada provoca la muerte de civiles y un inmenso sufrimiento. Pedimos a los gobiernos que impongan sanciones a Israel, como un embargo de armas, por sus flagrantes violaciones del derecho internacional. Es necesario adoptar urgentemente un alto el fuego en el Líbano –de acuerdo con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2006– y un alto el fuego en Gaza. Ninguna de las repetidas invasiones y bombardeos del Líbano durante las últimas décadas ha logrado una tregua política duradera o una reconciliación en la región. La comunidad internacional debe actuar para poner fin a esta escalada de violencia y hacer que rindan cuentas todas y cada una de las personas responsables de estos crímenes.

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Recapiti
Carlos Lancho