El pasado jueves, 6 de febrero, el Grupo Español para el Crecimiento Verde organizó el evento ‘La transición ecológica europea ante el nuevo quinquenio’, en la sede de la Representación de la Comisión Europea en España. La sesión trató de arrojar luz sobre la nueva legislatura europea tras la ratificación de la propuesta de Comisarios de la presidenta von der Leyen; comentando las perspectivas de la transición ecológica en la UE en este nuevo contexto, y las condiciones necesarias para que esta pueda repercutir en el progreso industrial de la Unión y contribuir a algunos de los objetivos geopolíticos, incluyendo la seguridad energética.
En lo referido a la transición ecológica, las elecciones europeas vinieron acompañadas de dudas sobre su posible continuidad, ante el esperado avance de los grupos políticos más “eco-escépticos”. Sin embargo, durante el proceso electoral y la confirmación de la nueva Comisión se ha evidenciado que el compromiso con el “Green New Deal” se mantiene. En todo caso, subsisten preocupaciones sobre el ritmo de avance del proceso en un entorno político y geopolítico menos favorable, y también dudas sobre cómo se podrá engarzar este objetivo con otros de gran relevancia como el desarrollo industrial (particularmente el de industria Net-Zero).
La jornada contó con una intervención de apertura de la CE por parte de Paula Ceballos, Press Officer & Political Reporting, y Cristina Lobillo, directora general adjunta, en la Dirección General de Energía de la Comisión Europea. Tras ella, tuvo lugar una mesa formada por Pedro Fresco, director general de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (AVAESEN); Cristina Rivero, directora del Departamento de Energía, Medio Ambiente y Clima de CEOE; Elena Pita, directora de la Oficina Española de Cambio Climático (MITECO); Luis Martí, vicepresidente del Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV); y Alicia Torrego, directora de la Fundación Conama como moderadora. Gonzalo Sáenz de Miera, presidente del GECV, se encargó de las conclusiones y el cierre del evento.
Cristina Lobillo introdujo la sesión haciendo referencia a que “Es un momento clave para hablar de transición energética”, aludiendo al enfoque de la nueva Comisión: “Von der Leyen habla de competitividad y prosperidad. Esto puede resultar muy teórico, pero en la Comisión se ha empezado a traducir en propuestas muy concretas. La primera es la brújula de la competitividad. La Unión Europea tiene unos objetivos climáticos y vamos a cumplirlos, con ese marco a 2030. Lo que cambia es cómo lo vamos a hacer, y ahí entra en juego ese giro hacia la competitividad, garantizar precios asequibles para los ciudadanos y efectuar una transición justa”.
Posteriormente, a cargo de la moderación de la mesa, Alicia Torrego comenzó preguntando por la visión actual del contexto europeo, una vez pasadas las elecciones y la Comisión formada. Luis Martí tomó la palabra en primer lugar para indicar que “hubo grandes temores antes de las elecciones, en parte justificados por las señales, y al final no ha sido para tanto, el foco de la transición ecológica no se ha perdido y eso es importante”. Cristina Rivero, por su parte, quiso destacar los principales ejes que el nuevo ejecutivo comunitario va a abanderar: “Simplificación, competitividad y financiación”, añadiendo también que “los riesgos cada vez son más complejos y no se pueden perder esos focos. El tema de la unidad está complicado, ya que en Bruselas sigue habiendo discrepancias entre países, pero a la vez, viendo lo que sucede aquí en España, por ejemplo, hay motivos para el optimismo”.
En su primera intervención, Pedro Fresco quiso ver la “cara oscura”: “Es cierto que se ha salvado un match ball con la conformación de la nueva Comisión, pero hay dos cuestiones que traen riesgos adicionales: la primera es la propia composición del Parlamento, donde hay fuerzas escépticas de la transición energética, que además gobiernan algunos países o pueden formar mayorías en los próximos años. La segunda viene del otro lado del Atlántico, la nueva presidencia americana, que también es escéptica en estos parámetros y que también tiene un ascendente político muy importante dentro de esos grupos escépticos en Europa. Eso va a poner en riesgo el desarrollo del Green Deal. No quiere decir que no se vaya a hacer, sino que, en vez de tomar una posición reactiva es plantear cuál es la situación y cómo fortalecemos la dialéctica dentro de estas circunstancias”. Por su parte, Elena Pita, apuntó que “inevitablemente esta conversación tiende al pesimismo, pero también hay cimientos muy sólidos. Tenemos que ver cuáles son los elementos positivos, porque lo que está claro es que no es el momento de parar. La brújula de la competitividad de la UE nos da señales interesantes para ser positivos, como esa apuesta por la innovación. Ante este contexto, lo importante es no parar”.
El contexto internacional que mencionó Pedro es ahora mismo uno de los principales interrogantes a nivel mundial, y que marcará las líneas de actuación políticas a corto plazo. A ese respecto, Luis Martí apuntaba que “es una piedra en el camino de la transición, pero lo importante es no perder el norte. EE.UU ha tomado una decisión soberana, y nosotros tenemos que perseverar en el camino. Más allá de esto, hay otra cuestión que es ver cómo se redefine la relación de la UE con China en este nuevo contexto, complicada pero que hay que abordar. La transición ecológica ya es parte del establishment, EE.UU ha dicho que no la quiere y eso abre el interrogante de qué sustituye a esa transición, en el que nadie ha incidido aún. Estas convulsiones a corto plazo pueden ser buenas a medio plazo para la transición: una evidencia de que la transición ecológica es más madura en el mundo de lo que pensábamos. Y EE.UU se dará cuenta de que no es el camino”.
Cristina Rivero señalaba a este respecto que “el mayor daño que va a hacer la salida de Trump a nivel de negociaciones internacionales es la pérdida de financiación, porque la participación de países en desarrollo se va a ver comprometida y eso sí que es un elemento complicado” y añadía que “si de verdad nos pensamos que esto va de grandes empresas, no va a salir bien. Realmente, o nos creemos como país, desde los ciudadanos hasta las grandes empresas, que este es el camino, o no lo vamos a conseguir”. En este punto de la necesidad de “hacer país”, Pedro Fresco quiso destacar que “el problema real de la presidencia de Trump sobre Europa es que no es solo el presidente de la principal potencia del mundo, es el líder político de una serie de movimientos a lo largo del mundo, también en Europa y su parlamento. Viene con ganas de derribar las puertas y los partidos que forman parte de este movimiento en los distintos países van a alinearse de forma absoluta con los aires que vengan de EE.UU. Soy incapaz de saber si estamos en los albores de una guerra comercial, lo que sí que sé es que la confianza en las relaciones internacionales se ha hundido. Se están orientando hacia la desconfianza. La independencia energética cobra mayor importancia en este nuevo mundo, y eso debe contribuir a fortalecer el Green Deal como pacto en Europa, hay que construir ese relato, y creo que los ciudadanos lo van a comprar: proteger las fuentes de energía soberanas es una buena idea”.
Por último, Elena Pita hizo hincapié en la importancia de las alianzas para fortalecer ese pacto: “La respuesta a esta amenaza al modelo que defendemos pasa mucho por mantener ese liderazgo y esa ambición en lo verde y la agenda de oportunidades que conlleva. No reconocer que el cambio climático está teniendo lugar supone un coste, no ya económico, sino también de vidas humanas. Ahí son fundamentales las alianzas con el resto de países que también están comprometidos. Hay que intentar responder a los objetivos de financiación, ser eficientes y seguir trabajando en dar repuesta a los problemas. En EE.UU también hay universidades, alcaldes e incluso filantropías que están comprometidos y quieren seguir aportando”.
En el segundo tramo de la sesión, se abordaron las problemáticas más concretas que aborda Europa en materia de transición ecológica. Pedro Fresco indicó que “la UE no es ni EE.UU ni China, está compuesta por muchos países con muchos gobiernos y tensiones internas diferentes. El Clean Industrial Deal tiene que llevar a Europa a pensar como bloque, a lo grande, con inversión suficiente, para grandísimas transformaciones, o se la van a comer por los dos lados”, cuestión con la que coincidió Cristina Rivero: “el diagnóstico lo tenemos claro, hay que fortalecer el mercado único interior”.
Luis Martí incidió en la electrificación de la industria como otro de los ejes fundamentales para su descarbonización: “Es un aspecto imprescindible, añadiéndole la dimensión de competitividad. El incentivo ha venido ahora por el mercado de derechos de emisión, y eso ha metido a la UE en un mundo para el que no está suficientemente preparada, que es el del proteccionismo. Es necesario ahora mismo, pero nos introduce en una situación complicada y un camino difícil. Otra derivada es la industria Net-Zero europea, fundamental en términos económicos y de aceptación social, porque si al final la transición se hace solo con producto extranjero y no tiene retornos ni económicos ni de empleo, pues el apoyo social va a desaparecer”. Por su parte, Cristina Rivero destacó que todavía existe mucho que hacer en materia de regulación, sobre todo a la hora de ser más claros: “La regulación debe ser de calidad y no tanto de cantidad. Se nos ha ido un poco la mano con las vueltas de tuerca. Hay regulaciones que son imposibles de llevar a cabo en muchos sectores. El reto es mejorar en la calidad y ver la foto entera de lo que tenemos encima de la mesa”.
Por último, Elena Pita puso el foco en la adaptación al cambio climático: “La percepción del cambio climático en la sociedad, al menos en España, es buena, la gente sigue creyendo en la ciencia y en que existen soluciones. La importancia de la adaptación se ha puesto de relieve tras la DANA, y es importante aprovechar esta coyuntura donde la sociedad escucha. Otro tema importante es la integración entre medio ambiente y biodiversidad, que en temas de adaptación es importante porque tiene mucho que ver con las soluciones basadas en la naturaleza y los servicios ecosistémicos que son necesarios para dar respuesta a los efectos del cambio climático”.
Al término del debate, Gonzalo Sáenz de Miera clausuró el evento reafirmando los argumentos lanzados durante la sesión y apuntando que “estamos en un momento clave. Lo que defina la Comisión en las próximas semanas va a determinar el futuro de la economía europea para las próximas décadas. Europa tiene que ponerse las pilas, porque hay una competencia global por aprovechar estas oportunidades. Hemos de ir todos juntos porque el proceso es muy complejo, pero tenemos todos los mimbres para liderar esta carrera, aquí en España y en todo el continente”.