¿Qué ocurrió con sus trabajos tras el fin de la guerra?
Cuando finalizó la II Guerra Mundial, algunas de las integrantes del grupo Top Secret Rosies siguieron trabajando en el ENIAC. Otras cambiaron de proyectos informáticos y se incorporaron en los grupos de trabajo de otras universidades y organizaciones. Pero poco a poco, la mayoría fue sintiendo el peso de la falta de apoyo para las mujeres en áreas STEM y eso les llevó a ir dejando estos trabajos para dedicarse a sus familias.
Conoce a cada integrante de las Top Secret Rosies
Kathleen McNulty
Kathleen, también conocida como Kay, era originaria de Irlanda y emigró a los Estados Unidos con su familia cuando era niña. Se licenció en matemáticas en el año 1942 y fue de las primeras mujeres seleccionadas para convertirse en una Top Secret Rosie y entrar en el proyecto ENIAC. Su labor en la programación de esta máquina pionera la convirtió en una figura clave en la historia de la computación y su pasión y excelencia la llevaron a seguir trabajando en este campo.
Betty Snyder Holberton
Otra Rosie que también estudió matemáticas fue Betty, ella lo hizo en la Universidad de Pensilvania. Como una de las primeras programadoras del ENIAC, desarrolló técnicas fundamentales de programación y participó en la creación de los primeros lenguajes de programación de alto nivel. Tuvo una carrera distinguida en la computación, contribuyendo al desarrollo del lenguaje COBOL, que revolucionó la informática en su momento.
Betty Jean Jennings Bartik
Originaria de Misuri, obtuvo su licenciatura en matemáticas en 1945. Además del ENIAC, trabajó en la programación del primer simulador de vuelo computarizado y su carrera en la computación incluyó trabajos en los proyectos BINAC y UNIVAC.
Marlyn Wescoff Meltzer
Estudió en la Universidad Temple y contribuyó a realizar los cálculos balísticos necesarios para la artillería militar. Sin embargo, después de la guerra y sus grandes aportes al mundo de la tecnología, decidió dejar la computación para dedicarse a su familia.
Ruth Lichterman Teitelbaum
Fue otra matemática y egresó del Hunter College de Nueva York. Su trabajo en la configuración y programación de la máquina ENIAC fue crucial y continuó en el campo de la computación después de la guerra. Su trabajo y dedicación la llevaron a convertirse en una defensora del reconocimiento de las mujeres en el sector tecnológico.
Frances Bilas Spence.
También nacida en Filadelfia y también graduada en matemáticas, hizo aportes significativos en el desarrollo de esta máquina revolucionaria. Al igual que Marlyn Meltzer, Frances dejó la computación tras la guerra para centrarse en su familia.
Gloria Ruth Gordon,
Educada en la Universidad de Pensilvania, realizó cálculos balísticos cruciales y ayudó a configurar y programar el ENIAC, contribuyendo significativamente al esfuerzo bélico y al desarrollo de la tecnología informática. Aunque su carrera posterior no está ampliamente documentada, su trabajo pionero sentó las bases para futuros avances en computación y destacó la vital contribución de las mujeres en la ciencia y la tecnología
¿Por qué son importantes las Top Secret Rosies?
Además de por sus grandes logros informáticos, el grupo que formaban las Top Secret Rosies es un modelo a seguir para las nuevas generaciones de mujeres interesadas en desarrollar su carrera profesional en el sector tecnológico.
En un tiempo en el que los trabajos STEM estaban relegados a los hombres, ellas superaron todos los obstáculos, se enfrentaron a las normas establecidas y desafiaron las barreras sociales para alcanzar sus metas.
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