En el verano, el padre John Connor, L.C., director general de los Legionarios de Cristo, viajó a Venezuela y Ecuador para visitar y compartir con los legionarios, con los miembros del Regnum Christi y amigos del movimiento, además de acompañar la labor apostólica y social que en esos países se desarrolla desde lo pastoral y educativo.
«La visita del padre John ha sido una bendición para todos los legionarios que trabajamos apostólicamente en Venezuela. Vimos la cercanía de un padre que quiso estar personalmente y, a través de él, sentimos la presencia de toda la Legión». Estas palabras del padre Francisco Javier Villaroig, L.C., superior de la comunidad de Caracas (Venezuela), resumen las sensaciones que ha dejado la visita del padre John Connor, L.C., director general de los Legionarios de Cristo, a Venezuela y Ecuador.
El padre John con algunos de los legionarios de la comunidad de Caracas, quienes adelantan labores pastorales y sociales en diferentes lugares de Caracas como colegios y zonas vulnerables.
En su estadía se vivió un ambiente de familia por la cercanía del padre John, su amabilidad con todos y las orientaciones que ha dado para fortalecer la misión legionaria, en comunión con el Regnum Chirsti y así formar una gran familia apostólica. Según el padre José Gutstein, superior de la comunidad de Barquisimeto (Venezuela), «hemos podido ver la cercanía del padre y los consejos que nos ha dado para nuestra misión y así formar una familia apostólica para tener unos resultados maravillosos».
El padre John recibe un retablo de la virgen de Coromoto Peregrina de manos de la señora María García de Fleury, una de las primeras personas del Regnum Christi en Venezuela y gran promotora social en ese país. Los acompañan los padres Samuel Than, Javier Villaroig y Carlos Ortiz (director territorial de Colombia – Venezuela), LL.CC.
En las diferentes reuniones, encuentros y conversaciones que tuvo a su paso, el padre John hizo énfasis en la identidad legionaria y el deseo de ser fieles y buscar la santidad de vida para dar siempre testimonio a todos. Según el P. Juan Carlos Quintero, L.C., superior de la comunidad de Quito (Ecuador), «nos ayudó a escuchar de parte suya la importancia del trabajo en esta identidad religiosa y sacerdotal de modo personal, profundizando en nuestro camino de unión y entrega a Dios, identidad que también se trabaja en comunidad centrados en la eucaristía y en la vida fraterna sincera y verdadera, buscando vivir como familia y con una vocación común como sacerdotes». Además, recalcó, instió en el cuidado de esta identidad (legionaria) de cara a la misión con los laicos, «pues todos ellos nos reconocen como instrumentos de Dios y junto con ellos buscamos extender el reino de Dios por medio del movimiento y las obras que tenemos en esta ciudad». Finalmente, animó a no perder el foco que en definitiva es la identificación de la identidad legionaria con Dios.
El padre John con algunos legionarios de las comunidades de Caracas y Barquisimeto. A todos ellos les recordó la importancia de la labor apostólica como parte de la misión.
Tanto en Venezuela como en Ecuador, el P. John tuvo la opoertunidad de visitar los proyectos sociales, colegios y las instituciones Mano Amiga, en donde evidenció la labora evangelizadora, pastoral y social que adelante la Legión y el Regnum Christi. «Vi mucho amor a Cristo y a pasión por la Misión que es lo más esencial (…) hay mucho que agradecer a Dios por lo que ha hecho por el Regnum Christi, en los colegios y los apostolados que se ha desarrollado durante los últimos treinta años. Esto trae una gran responsabilidad de seguir respondiendo al Espíritu Santo con generosidad, multiplicando los frutos por Cristo y su Iglesia», manifestó.
En sus recorridos por los diferentes colegios que el Regnum Christi promueve tanto en Venezuela como en Ecuador, includios los colegios Mano Amiga, quienes ofrecen educación de calidad a los sectores más vulnerables de la población, el padre John recordó la gran responsabilidad de seguir respondiendo al Espíritu Santo con generosidad, multiplicando los frutos por Cristo y su Iglesia.
A lo largo de su viaje, el director general pudo convivir con las comunidades, hablar con colaboradores de las obras apostólicas, compartir con alumnos y sus familias, en un ambiente en donde reinó el Espiritu Santo, la amistad y el amor para instaurar en esas bellas tierras el Reino de Dios.
