Barcelona, la joya de Cataluña, es una ciudad que enamora no solo por su impresionante arquitectura y sus calles vibrantes, sino también por su exquisita gastronomía. Con influencias mediterráneas, catalanas e internacionales, la oferta culinaria de Barcelona es tan diversa como deliciosa. Desde los platillos tradicionales hasta los modernos y creativos, la ciudad ofrece un viaje gastronómico único. Si visitas Barcelona, aquí te presentamos una lista de lo que no puedes dejar de comer. ¡Prepara tu paladar!
1. Pa amb tomàquet
Empezamos con un clásico catalán que es tan simple como sabroso: el pa amb tomàquet. Este plato, a pesar de su sencillez, es uno de los mayores orgullos de la cocina catalana. Se trata de una rebanada de pan, preferentemente de tipo rústico o de payés, sobre la cual se frota tomate maduro, se le añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal.
Aunque parezca una preparación modesta, el secreto está en la calidad de los ingredientes. El pan debe ser crujiente por fuera y suave por dentro, el tomate jugoso y fresco, y el aceite de oliva debe ser de la mejor calidad posible. Este plato suele acompañar a embutidos, quesos o simplemente se sirve como entrante en muchos restaurantes.
2. La Escalivada
La escalivada es un plato tradicional de Cataluña que destaca por su sencillez y la intensidad de sus sabores. Se trata de verduras asadas, generalmente pimientos rojos, berenjenas, cebollas y a veces tomates, que se sirven frías o tibias con un toque de aceite de oliva virgen extra y sal.
La escalivada suele servirse como tapa o como acompañamiento de carnes y pescados. Es un plato muy saludable y lleno de sabor que refleja a la perfección la cocina mediterránea. En muchos restaurantes de Barcelona la encontrarás también servida con anchoas o en tostadas de pan crujiente, ofreciendo una combinación de texturas y sabores irresistibles.
3. Fideuá
Si bien la paella es el plato estrella de la cocina española, en Barcelona no puedes dejar de probar la fideuá, que es una versión similar pero que utiliza fideos en lugar de arroz. Este plato tradicionalmente lleva mariscos como calamares, gambas y mejillones, y se cocina en una paellera, el mismo utensilio que se utiliza para hacer paella.
La fideuá es particularmente popular en la costa catalana, y muchas veces se sirve con un toque de allioli (una salsa de ajo y aceite) que potencia sus sabores. Aunque nació en la Comunidad Valenciana, la fideuá se ha convertido en un plato típico de muchos restaurantes de Barcelona. Si eres amante de los mariscos, no puedes dejar de probar este manjar.
4. Butifarra con mongetes
La butifarra es uno de los embutidos más tradicionales de Cataluña. En Barcelona, la forma más clásica de disfrutarla es con mongetes, que son unas alubias blancas típicas de la región. Este plato rústico combina la jugosa y especiada butifarra con la suavidad y cremosidad de las judías cocidas, creando una combinación simple pero increíblemente sabrosa.
Es un plato perfecto para aquellos que buscan una comida contundente y reconfortante. A menudo, la butifarra se cocina a la parrilla, lo que le añade un delicioso sabor ahumado, y se acompaña con un chorrito de aceite de oliva. En muchos restaurantes tradicionales de Barcelona podrás encontrar este plato como parte de su menú diario.
5. Calçots con salsa romesco
Si tienes la suerte de visitar Barcelona entre los meses de enero y marzo, estarás en plena temporada de calçots, unas cebollas tiernas que son protagonistas de una de las celebraciones gastronómicas más importantes de Cataluña: la calçotada. Los calçots se asan sobre fuego vivo hasta que su piel se quema, se pelan y se sumergen en una deliciosa salsa romesco, hecha a base de tomates, almendras, avellanas, ajo y pimientos.
Comer calçots es toda una experiencia. Los calçots se sirven en largas bandejas y, para evitar ensuciarse, es común que los comensales se coloquen baberos. Este plato es ideal para compartir con amigos o familiares en un entorno festivo. Muchos restaurantes en las afueras de Barcelona, especialmente en la comarca del Penedès, ofrecen calçotadas durante la temporada.
6. Canelones
Puede que te sorprenda encontrar canelones en una lista de comida típica de Barcelona, pero estos suculentos rollos de pasta rellena han sido adoptados con pasión por los catalanes. Tradicionalmente, los canelons de Sant Esteve son un plato que se sirve después de Navidad, y suelen estar rellenos de carne de los restos del festín navideño, bechamel y gratinados con queso.
Este plato tiene sus raíces en la influencia italiana, pero ha evolucionado para convertirse en un clásico de la cocina catalana. En muchos hogares de Barcelona, los canelones son parte esencial de la cocina casera y también se pueden encontrar en muchos restaurantes tradicionales.
7. Crema catalana
Ninguna visita a Barcelona estaría completa sin probar un postre típico. La crema catalana es una de las más icónicas de la región. Similar a la crème brûlée francesa, pero con diferencias sutiles, la crema catalana es una crema de yemas de huevo, leche, azúcar y limón, cubierta con una capa de azúcar caramelizado.
Este postre tiene una textura suave y cremosa que contrasta con el crujido del azúcar tostado, lo que lo hace absolutamente irresistible. Es el final perfecto para cualquier comida en Barcelona y lo encontrarás en prácticamente cualquier restaurante de la ciudad.
8. Bombas
Para quienes buscan algo más informal, una visita al barrio de la Barceloneta no está completa sin probar las famosas bombas. Se trata de croquetas de gran tamaño hechas de puré de patata y rellenas con carne, normalmente picada. Se fríen hasta que están doradas y crujientes y se sirven con dos salsas: una de tomate picante y otra de allioli.
Las bombas fueron inventadas en la Barceloneta, por lo que no hay mejor lugar para probarlas. Son un clásico de las tapas en los bares de la ciudad y una opción ideal si te apetece algo sabroso y contundente mientras disfrutas de una cerveza o un vermut.
9. Churros con chocolate
Para los golosos, los churros con chocolate son un imprescindible. Aunque este dulce es típico en muchas partes de España, en Barcelona se ha convertido en un clásico, especialmente en las granjas, que son pequeñas cafeterías tradicionales donde puedes disfrutar de este delicioso postre. Los churros, una masa frita en forma de bastón, se sirven con una taza de espeso chocolate caliente en el que se sumergen antes de ser devorados.
Durante los meses más fríos, este manjar es perfecto para calentar el cuerpo, y en muchas churrerías de Barcelona podrás disfrutarlos durante todo el año.
10. Tapas y vermut
Finalmente, un viaje gastronómico a Barcelona no estaría completo sin una auténtica experiencia de tapas acompañadas de un buen vermut. Las tapas son pequeñas porciones de comida que van desde las clásicas patatas bravas y las croquetas hasta platos más elaborados como el pulpo a la gallega o los pimientos de padrón. El vermut, una bebida aromatizada, es el acompañante perfecto para disfrutar de una tarde relajada en una terraza.
Barcelona está llena de bares de tapas, cada uno con su propio estilo y especialidades. El vermut de grifo es una tradición que ha resurgido en la ciudad, y no puedes perder la oportunidad de sentarte en una taberna tradicional para disfrutarlo como lo hacen los locales.
11. Jamón
No se puede hablar de gastronomía española sin mencionar uno de sus mayores tesoros: el jamón. En Barcelona, al lado de Sagrada familia, podrás hacer una cata de jamon ibérico recomendada al 100%.El jamón ocupa un lugar privilegiado en las mesas de los mejores restaurantes y hogares. El jamón ibérico, en especial, es el rey indiscutible, con su textura suave y su sabor profundo y complejo.
El proceso de curación del jamón ibérico puede durar hasta varios años, lo que le otorga su característico sabor salado y umami. Cada loncha de jamón se corta finamente, casi como una obra de arte, para que se derrita en la boca. A menudo se sirve solo, acompañado de un poco de pan con tomate, pero también puede formar parte de una tabla de embutidos o aparecer en recetas más elaboradas.
Barcelona es un paraíso para los amantes de la buena comida. Desde los platos más tradicionales hasta las tapas más innovadoras, la ciudad ofrece algo para todos los paladares. ¡No te vayas de Barcelona sin probar estos manjares que representan lo mejor de la gastronomía catalana!
