Un día en la vida de... Entrevista a Emilio Puig, Head of Legal Iberia & Croatia de Uber

Hoy conocemos más en profundidad a Emilio Puig, Head of Legal, Iberia & Croatia de Uber

En nuestra sección ‘Un día en la vida de…’, llega el turno de Emilio Puig, Head of Legal, Iberia & Croatia de Uber.

Hoy compartimos sus respuestas en una nueva entrega de «Un día en la vida de…«.

¿Qué es lo primero que haces al empezar tu día de trabajo?

Cada mañana, lo primero que hago es revisar mi calendario para ese día y el resto de la semana. Repaso las agendas de los temas a tratar en las reuniones, y voy preparando el feedback que tengo que dar. También organizo mis prioridades en función de su urgencia e importancia, y distribuyo las tareas con mi equipo.

Es importante reservar alrededor de treinta minutos o una hora al principio de la jornada para organizarse. Para ello, en Uber por ejemplo evitamos poner reuniones antes de las 10:00 de la mañana.

Por otro lado, en los últimos años también he dedicado algo de mis mañanas a estudiar (lo último ha sido prepararme el examen para el Bar de California). Para una posición regional en una gran multinacional es muy útil mantenerse actualizado, en constante aprendizaje, y con curiosidad sobre lo que ocurre y cómo se regula en otras jurisdicciones. Así puedes comparar y prestar un mejor asesoramiento en tus países. Pero también te puede aportar nuevas oportunidades de crecimiento personal y profesional más allá de tus fronteras.

¿Qué papel juegan el Marketing y la Comunicación en tu día a día?

En esta era digital, tener presencia en medios y redes es imprescindible para labrarse una buena reputación profesional. Especialmente para despachos y empresas, ya que facilita notablemente la creación de relaciones entre ambos.

La elaboración de contenidos atractivos, así como de una estrategia de comunicación que demuestre la experiencia y el liderazgo de los abogados en una determinada materia de actualidad o área de especialización, es clave. La publicación de newsletters, la organización y participación en eventos para debatir entre especialistas en un campo concreto, la creación de posts sobre temas de interés en los que se está trabajando, updates sobre casos que se han ganado, etc., son algunos ejemplos que pueden ayudar a construir una buena marca personal o de firma en la industria legal.

No obstante, hay un tema concreto que me gustaría resaltar. Últimamente se está produciendo una rápida proliferación de rankings de abogados y premios, generando dificultades a las asesorías jurídicas para confiar en la fiabilidad de algunos de ellos.

Los rankings de buena calidad se caracterizan por metodologías transparentes, procesos de evaluación rigurosos por parte de profesionales independientes de prestigio y un enfoque en criterios relevantes como el manejo de proyectos complejos, la innovación, la experiencia y la satisfacción del cliente. Por el contrario, los rankings de baja calidad carecen de esta transparencia, se basan en opiniones subjetivas interesadas o dan prioridad a factores que no son indicativos del verdadero expertise.

Para las asesorías jurídicas de las empresas, los ránkings de buena calidad ofrecen muchas ventajas. Fundamentalmente, facilitar la contratación de los mejores abogados para determinadas materias y proporcionar información valiosa sobre las tendencias del sector. Pero para que sean una herramienta útil, es crucial que los abogados in-house sepamos distinguir qué rankings son fiables y cuáles no.

¿Cuál es el mayor reto de tu cargo actual?

Internet lo ha cambiado todo. Si echamos la vista atrás, el mundo de hace escasamente diez años se parece poco al de hoy. Todo ha cambiado radicalmente, desde nuestros hábitos de consumo, pasando por la manera en que nos relacionamos con los demás, hasta cómo nos desplazamos.

Todos los que estamos en este “ecosistema” tenemos que asumir que no hay vuelta atrás, y que tenemos que adaptarnos a las nuevas realidades.

El legislador y los sectores tradicionales a menudo tienen dificultades para seguir el ritmo de la innovación, lo que conduce a regulaciones que pueden ser ineficientes, desproporcionadas y que ponen en riesgo el crecimiento y la competitividad de nuestros países frente a otros mercados. Algo que hemos vivido especialmente en nuestro sector, en el cual los tribunales a nivel nacional y europeo cada vez más tienden a reconocer estas “anomalías” regulatorias.

Ante estos retos, desde las empresas (sobre todo en el sector tecnológico) nos estamos marcando como prioridad abogar por una regulación equilibrada que no sólo proteja a las personas, sino que también fomente la innovación al tiempo que garantice la competencia entre actores en igualdad de condiciones. Esto requiere un compromiso proactivo con los responsables políticos, haciendo hincapié en la necesidad de marcos jurídicos ágiles y adaptables que apoyen, en lugar de impedir, los avances tecnológicos.

En este contexto, también se hace más necesario que nunca que los abogados tengamos una estrategia de litigación clara: cuando es necesario, defendiendo los intereses de nuestras empresas en los tribunales, e impugnando las normativas que son excesivamente gravosas y que reprimen la innovación.

Finalmente, a nivel de gestión de la asesoría jurídica, mi prioridad más importante es la dedicación y contribución al desarrollo de mi equipo. Trato de ofrecerles orientación y apoyo en su día a día, así como para alcanzar los objetivos que la empresa nos marca, pero también aquéllos que ellos mismos quieren conseguir. Hago mucho hincapié en que trabajen en sus soft skills (comunicación efectiva, liderazgo, resolución de conflictos, etc.) porque son las herramientas que más les van ayudar a trabajar bien con el resto de equipos. También les pido que se esfuercen en aprovechar las oportunidades de networking y de aprendizaje con otros compañeros, dentro y fuera de sus países, y con los despachos y demás stakeholders, porque todo ello les puede abrir nuevas puertas en el futuro. Y por último, trato de aprender mucho de ellos y de aprovechar las habilidades y conocimientos que aportan y que yo no tengo.

¿Qué visión tienes de la evolución del rol del abogado in house dentro de una gran compañía?

El papel del abogado interno está en constante evolución, por lo que debemos ser proactivos y adaptables para seguir el ritmo de un proceso de transformación permanente.

Los abogados parece que salimos “conservadores” de fábrica, y que tendemos a ser en ocasiones demasiado idealistas en nuestras opiniones. Por eso, a cualquier persona que se quiera adentrar en el mundo in-house, le diría que abandone esos maximalismos y que se acostumbre a navegar en ese ancho espacio “gris” que hay entre el negro y el blanco.

Tenemos que ser capaces de identificar y mitigar los riesgos jurídicos, al tiempo que prestamos un asesoramiento a nuestros negocios que sea objetivo, pero también estratégico y realista, para que puedan crecer de manera sostenible.

Una comunicación efectiva es fundamental. A mi equipo siempre les digo que el 80% de su trabajo consiste en traducir a un lenguaje de gente “normal” las a veces incomprensibles implicaciones del Derecho. Si no eres capaz de trabajar eficazmente con otros departamentos de tu empresa, si no consigues que comprendan lo que les estás diciendo y no les das soluciones que puedan implementar razonablemente, vas por mal camino.

Desde la asesoría jurídica interna, ¿qué criterios seguís para la selección de un abogado externo?

Experiencia, potencial y creatividad. Profesionales que puedan enfrentar los grandes retos que tenemos por delante, pero que hayan demostrado integridad, agallas y franqueza a lo largo de su trayectoria profesional. Hacer negocios como es debido, con responsabilidad, ilusión, valentía y honestidad. Socios confiables, en definitiva.

¿Cuáles son los asuntos legales que consideras más relevantes o de mayor interés para tu sector en este momento?

Por un lado, la consecución de un marco regulatorio que sea más racional, proporcionado y pro competitivo en el ámbito de la movilidad. Que permita coexistir y operar en igualdad de condiciones a los distintos medios de transporte que intermediamos en este sector.

Y por otro lado, la creación de normas que protejan a las personas que confían en las plataformas para generar ingresos, manteniendo al mismo tiempo la independencia que prefieren.

¿Cómo ha transformado la tecnología el sector legal desde que arrancó tu vida profesional?

Para mí, el claro ejemplo de una herramienta tecnológica que está cambiando la manera en que trabajamos son las herramientas basadas en inteligencia artificial.

La IA se está utilizando para automatizar tareas, revisar documentos, buscar doctrina y normativa aplicable y en procesos de due diligence. Esto está permitiendo que nos centremos en tareas más productivas, estratégicas y “humanas”. Por ejemplo, ya hay algunos programas de IA bastante fiables que permiten identificar rápidamente la jurisprudencia aplicable a un caso concreto o señalar riesgos en los contratos.

Cada vez estamos más digitalizados, con despachos que utilizan plataformas basadas en la nube para intercambiar documentos con los clientes, programas que permiten negociar y gestionar la vida completa de un contrato desde su creación hasta su terminación, etc.

Esta tecnología nos va a permitir ser más efectivos, reducir los tiempos en que damos feedback a nuestros negocios y ahorrar costes.

No tenemos que tenerle miedo, sino aprender a usarla de manera responsable. Tenemos que acostumbrarnos a que la IA será una compañera de trabajo más en nuestro día a día.

¿Cuál es el mayor aprendizaje que has extraído de tu profesión actual? ¿Y a lo largo de toda tu carrera profesional?

No importa dónde trabajes como abogado, o si crees que las funciones que desempeñas en tu día a día tienen poca o mucha repercusión. Por muy pequeño o grande que creas que es lo que estás haciendo, mientras lo hagas con la intención de ayudar a los demás y contribuir a mejorar las cosas, merece la pena.

¿Qué es lo más raro que te ha pasado en la oficina y/o en la profesión?

Más que raro, diría emocionante. En mi anterior empresa, una de las responsabilidades que tenía era asesorar al departamento que gestiona la flota de aviones privados de la misma. Me apasionaba tanto, que en alguna ocasión, vuelos de prueba, etc., me dejaban volar con ellos. Y lo recuerdo con mucha ilusión, porque mi vocación siempre ha estado entre ser abogado y piloto.

¿Qué ámbitos del sector legal crees que necesitan un mayor impulso en los próximos cinco años?

Sin duda, la Administración de Justicia. Se tiene que modernizar, digitalizar mucho más y ser considerablemente más ágil para ser más justa. Les pediría que imiten lo que ya están empezando a hacer muchos despachos y empresas.

Por otro lado, creo que en el sector legal, todos en general, debemos mejorar en diversidad e inclusión. Tenemos que ser más integradores para reflejar mejor la sociedad a la que servimos. Es necesario que empresas y despachos apostemos por poner en marcha iniciativas de diversidad, programas de mentoring y que fomentemos que los grupos infrarrepresentados tengan voz y voto en los procesos de toma de decisión. Y sobre todo, que luchemos contra los prejuicios inconscientes en los procesos de contratación y promoción de nuestros empleados.