Eren Saracevic, Head of Art en Fuego y Camina Conmigo, analiza cómo la comunicación visual ha evolucionado más allá de lo gráfico tradicional. Ya no se trata solo de “la gráfica” o de simples elementos visuales, sino de un lenguaje versátil que puede adoptar la forma de objetos, campañas audiovisuales o fotografías, entre otros. Esta evolución exige a los comunicadores una formación amplia, que incluye una base cultural sólida y una sensibilidad estética refinada.
Para Eren, el desarrollo de un buen gusto y un criterio sólido no es algo innato, sino una habilidad que se cultiva a través de la práctica y el esfuerzo continuo. Construir esta sensibilidad requiere dedicación, lo que él describe como «tiempo y codos», enfatizando la importancia de la práctica constante y la observación activa para entender qué constituye un buen diseño.
En el mundo actual, marcado por la saturación de imágenes y mensajes, esta capacidad de discernimiento es una ventaja. Aprender a identificar y a valorar los elementos que hacen un diseño visualmente eficaz y emocionalmente impactante es, en última instancia, el fruto de un proceso educativo. Con el tiempo, la sensibilidad estética y el buen gusto se convierten en herramientas que permiten crear piezas visuales que resuenen con el público, reflejando tanto el propósito como el estilo del creador.
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