Madrid, 4 de febrero de 2025
Hoy se ha llevado a cabo en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio de María Pozo Baena, conocida como Barbijaputa, tuitera y colaboradora habitual de medios como El Diario y Público, por delitos de provocación a la discriminación y al odio, así como por difamación o lesión a la dignidad del colectivo judío, entre otros.
Barbijaputa, mientras trabajaba en el periódico de Ignacio Escolar y en otros medios de ultraizquierda, bajo un pseudónimo y amparándose en el anonimato que le facilitaban esos medios, promovió e incitó públicamente al odio contra la comunidad judía y judío-israelí, humillando a las víctimas del Holocausto, trivializando gravemente dicho genocidio, justificando el terrorismo dirigido hacia la comunidad judío-israelí y, en general, lesionando la dignidad de los miembros de esta colectividad, aprovechando su popularidad personal y la de sus cuentas en X.
La asociación “Comité Legal para la Lucha contra la Discriminación” ha actuado como acusación popular en este caso, solicitando una condena de 3 años de prisión y una multa, y subrayando que el odio debe ser confrontado con determinación y responsabilidad. El fiscal se ha sumado a esa petición.
En audiencia pública, la defensa ha intentado eludir el asunto con una declaración repleta de falsedades e inexactitudes, y ha optado por no responder a las preguntas planteadas por la acusación. Aunque ha negado la autoría de numerosos tuits que han sido eliminados (pero las respuestas a esos tuits se mantienen), la imputada ha reconocido la autoría de mensajes que claramente incitan al odio.
Entre los mensajes públicos de Barbijaputa se encuentran afirmaciones como: “Hitler era un cabrón por cargarse a los judíos y un cutre por no acabar el trabajo” y “Yo voto por envenenar todos los alimentos kosher” Estas expresiones fueron difundidas de manera masiva y continua, hasta tal punto que crearon un riesgo cierto de un clima de hostilidad que podía concretarse —y efectivamente se concretó— en actos específicos de odio discriminatorio y hostilidad verbal continua y duradera contra estas colectividades, creando, por tanto, un peligro real para el bien jurídico protegido, esto es, la dignidad de las personas y el orden de convivencia pacífica existente.
El fiscal ha mantenido su acusación, resaltando que hay evidencias suficientes para sostener que las acciones de Barbijaputa constituyen un claro delito de odio.
Resulta significativo que incluso algunos de los testigos presentados por la defensa hayan reconocido que ciertas expresiones estaban “fuera de lugar” y de “mal gusto”.
Los testigos de la acusación detallaron cómo la imputada usó su influencia para propagar el odio y la violencia.
Desde ACOM insistimos en que el manto de impunidad de que han gozado los que invitan a la violencia contra los judíos y los israelíes en España se ha acabado.
María Pozo Baena, conocida como Barbijaputa. Foto: OK Diario
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