São Miguel, la isla principal de Azores
Cuando llegues a São Miguel, te darás cuenta de por qué es conocida como la “isla verde” de las Azores. No es solo la más grande de Azores, sino también la más visitada y con un montón de rincones espectaculares que te dejarán sin palabras.
Desde paisajes volcánicos alucinantes hasta aguas termales donde relajarte después de explorar, esta isla lo tiene todo. Y sí, primero vamos a contarte y recorrer sus lugares imprescindibles que ver en las Islas Azores, en concreto, en São Miguel.
Ponta Delgada
Empezamos por Ponta Delgada, la capital y el centro neurálgico de São Miguel. Aquí te encontrarás con un gran ambiente, calles adoquinadas y edificios coloniales que mezclan historia y modernidad.
No puedes perderte las Portas da Cidade, un emblemático arco de piedra que es el símbolo de la ciudad. Justo al lado está la Iglesia Matriz de São Sebastião, que es una joya arquitectónica. Si te gustan los paseos al aire libre, el paseo marítimo es ideal para disfrutar de una caminata relajada mientras sientes la brisa del Atlántico.
¿Y para reponer fuerzas? Prueba el famoso queso fresco de São Miguel acompañado de un buen vino de la región. ¡Un gustazo para el paladar!
Furnas
Prepárate para una experiencia que te hará sentir como si estuvieras en otro planeta. Furnas es uno de los lugares más impresionantes de São Miguel gracias a sus fumarolas, aguas termales y el impresionante lago de Furnas.
Aquí tienes que probar el “Cozido das Furnas”, un guiso tradicional que se cocina bajo tierra aprovechando el calor volcánico. ¡Todo un espectáculo!
No olvides visitar el Parque Terra Nostra, donde podrás pasear por jardines exóticos y darte un baño en su piscina termal de color amarillento. No te asustes por el color, el agua está calentita y es súper relajante.
Sete Cidades
¿Te imaginas mirar desde un mirador y ver dos lagos, uno azul y otro verde, en medio de un cráter gigante? Pues eso es exactamente lo que te espera en Sete Cidades.
La mejor manera de disfrutar de este paisaje es desde el Mirador de Vista do Rei, que ofrece unas vistas espectaculares. Pero si te va más la aventura, anímate a hacer una ruta de senderismo bordeando los lagos. La paz que se respira aquí es indescriptible.
Una curiosidad: dicen que los lagos tienen colores diferentes porque cuentan la leyenda de una princesa y un pastor que lloraron tanto por su amor prohibido que formaron estos lagos. ¿Romántico, no?
Pueblo de Nordeste
Si lo tuyo es perderte en lugares con encanto y rodeados de naturaleza, tienes que hacer una parada en el Nordeste. Es el rincón más salvaje de São Miguel y te regalará paisajes que parecen sacados de una postal.
Aquí encontrarás miradores espectaculares, como el Mirador de Ponta do Sossego, perfecto para disfrutar de las vistas al Atlántico y los acantilados verdes. También merece la pena visitar el Faro de Arnel, el más antiguo de las Azores.
El pueblo es pequeñito pero tiene un encanto especial, con sus casas tradicionales y flores por todos lados. Un sitio perfecto para desconectar.
Lagoa do Fogo y las Caldeiras Velha
Otro de los grandes tesoros de São Miguel es el Lagoa do Fogo, sí, un lago en lo alto de una montaña. Las vistas desde el mirador son brutales, así que prepárate para llenar tu galería de fotos. Si tienes ganas de aventura, hay rutas de senderismo que te llevarán hasta sus orillas.
¿Y después de caminar? Nada mejor que relajarte en las Caldeiras Velha. Se trata de un complejo de piscinas termales naturales rodeadas de vegetación. El agua está calentita y el entorno es una auténtica maravilla.
Este combo de lago y termas es la guinda perfecta para tu visita a São Miguel. ¡Te va a encantar!
Terceira, la isla con la ciudad más antigua de Azores
Terceira es una mezcla perfecta entre historia, naturaleza y buena vibra. Esta isla destaca por tener la ciudad más antigua de las Azores, Angra do Heroísmo, que además es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¿Listo para descubrir por qué es una parada obligatoria?
Uno de los grandes encantos de Terceira es su ambiente festivo. Aquí saben cómo pasárselo bien, sobre todo en las populares “touradas à corda” (corridas de toros en la calle). Pero si lo tuyo no es tanto la adrenalina taurina, también tienes opciones más tranquilas como perderte por sus calles llenas de color o disfrutar de sus impresionantes paisajes volcánicos.
Angra do Heroísmo
Angra es el corazón histórico de Terceira y un auténtico viaje al pasado. Sus calles adoquinadas, casitas de colores y su catedral te transportan a la época en la que era un punto estratégico en las rutas comerciales del Atlántico.
No te pierdas el Mirador de Monte Brasil, una antigua caldera volcánica desde donde tienes unas vistas alucinantes de la ciudad y el mar. Para los amantes de la historia, la Fortaleza de São João Baptista es un sitio fascinante.
Ah, y si te apetece un plan foodie, prueba la “alcatra”, un delicioso guiso de carne típico de la isla. ¡Te va a conquistar el estómago!
São Jorge, la isla de las Fajas
São Jorge es una de las islas más fascinantes que ver en las Azores. Lo que más caracteriza a esta isla son las fajas, esos curiosos terrenos planos que se forman al pie de los acantilados debido a deslizamientos de tierra o antiguas coladas de lava. ¿El resultado? Escenarios dignos de una foto al menos, que te dejarán con la boca abierta.
Si te preguntas qué hacer en las islas Azores y en São Jorge específicamente, la respuesta es sencilla: explorar sus fajas y disfrutar de sus rutas de senderismo.
La Fajã dos Cubres y la Fajã da Caldeira de Santo Cristo son las más famosas, y aunque el acceso puede ser un poco complicado, el esfuerzo vale cada paso. En la Fajã de Santo Cristo, además, tienes la oportunidad de probar unas almejas locales que son auténtica delicatessen. ¡Prepárate para chuparte los dedos!
Otro plan top es recorrer la isla por carretera. Cada curva te regala unas vistas impresionantes del océano y acantilados que parecen sacados de una película. También te recomendamos hacer paradas estratégicas para fotografiar sus pintorescos pueblos.
Y si te gusta el surf o el bodyboard, São Jorge tiene algunas playas ideales para coger olas. Como ves, las opciones de qué hacer en las islas Azores son infinitas, pero São Jorge definitivamente se lleva el premio si eres amante de la aventura y los paisajes alucinantes.
Pico, la segunda isla más grande de Azores (y la más alta)
Si hay algo que define a Pico es su imponente volcán, que además es la montaña más alta de Portugal. Si te encanta la aventura y los retos, te espera una subida de 2.351 metros con vistas de infarto. Pero ojo, no subas sin planificar: lleva ropa adecuada, agua y consulta siempre las condiciones del tiempo. ¿El premio? Un espectáculo natural alucinante cuando alcanzas la cima.
Si prefieres algo menos extremo, tranquilo, hay mucho más que ver en las islas Azores y en Pico en particular. Sus viñedos son Patrimonio de la Humanidad, y pasear entre las vides protegidas por muros de piedra volcánica es una experiencia única. Ah, y no te vayas sin probar el vino local, especialmente el blanco. ¡Te dejará un buen sabor de boca!
Otro plan imperdible es el avistamiento de cetáceos. Las aguas alrededor de Pico son perfectas para ver delfines y ballenas, así que prepárate para un encuentro marino inolvidable. Como ves, cuando te preguntas qué hacer en las islas Azores, Pico siempre tiene la respuesta.
Faial, la isla azul
Faial es conocida como la “isla azul” gracias a la cantidad de hortensias que inundan sus paisajes durante el verano. Pero hay mucho más que ver en Faial además de sus preciosas flores.
Uno de los lugares más impactantes de Faia es el volcán de Capelinhos, con un paisaje que parece de otro planeta. La erupción de 1957 cambió por completo la fisonomía de la isla, y hoy puedes visitarlo y aprender su historia en el Centro de Interpretación.
Otro planazo es visitar la Marina de Horta, un punto de encuentro para navegantes de todo el mundo. Las paredes están llenas de pinturas y firmas de viajeros, una tradición que, dicen, da buena suerte. ¿Te animas a dejar tu huella?
Y no podemos olvidarnos del mítico Café Peter, el lugar ideal para tomarte un gin tonic mientras escuchas las historias de los marineros. Si estás buscando qué hacer en las islas Azores, Faial te espera con una mezcla de naturaleza, historia y buen rollo.
Graciosa, la isla blanca
Graciosa es una de las islas más tranquilas que ver en las Azores, perfecta para desconectar del mundo. Se la conoce como la “isla blanca” por sus formaciones de piedra caliza y la claridad de sus casas. Si buscas paz, naturaleza y un ritmo de vida relajado, has llegado al sitio ideal.
Uno de sus grandes tesoros es la Furna do Enxofre, una cueva volcánica con un lago subterráneo. Eso sí, el olor a azufre te dará la bienvenida, pero merece totalmente la visita.
Santa Cruz da Graciosa es el principal pueblo de la isla y está lleno de encanto. Sus calles con casas blancas y plazas tranquilas te invitan a pasear sin prisas. Además, Graciosa es famosa por su queso artesanal, así que no dudes en probar una buena tabla acompañada de vino local.
Si te preguntas qué hacer en las islas Azores para desconectar, Graciosa es tu respuesta.
Flores, la isla con el punto más al oeste de Europa
Si buscas una conexión total con la naturaleza, Flores es tu isla. Conocida por ser el punto más al oeste de Europa, Flores te dejará boquiabierto con sus paisajes de película. Aquí el verde de los valles se mezcla con cascadas espectaculares y lagunas que parecen sacadas de un cuento de hadas.
Entre los lugares más impresionantes está Poço da Alagoinha, también conocido como «Lagoa das Patas». Te encontrarás con un escenario de cascadas cayendo sobre un frondoso valle verde que te va a parecer irreal. Otro imperdible es la Cascada de Ribeira Grande, una de las más altas de las Azores.
¿Te gusta el senderismo? Entonces tienes que recorrer la ruta de las siete lagunas, un camino lleno de vistas espectaculares. Si prefieres algo más relajado, da un paseo por el pueblo de Fajãzinha, un rincón encantador con casitas blancas y un ambiente súper tranquilo.
Y no te olvides de la gastronomía: el queso de Flores es famoso por su sabor intenso. Vamos, Flores es un paraíso que tienes que incluir sí o sí cuando te preguntes qué hacer en las islas Azores.
Corvo, la isla más pequeña de Azores
Corvo es la isla más pequeña de las Azores, pero no por eso menos interesante. De hecho, su aislamiento y tamaño le dan un encanto especial que la convierte en una parada obligatoria si buscas algo diferente que ver en las Azores.
Lo primero que te va a sorprender es el Caldeirão, un cráter volcánico impresionante que hoy alberga dos lagunas y varias pequeñas islas verdes. La vista desde el mirador es simplemente espectacular. Si te gusta la fotografía, aquí llenarás la memoria de tu móvil en cuestión de minutos.
El pueblo de Vila Nova do Corvo es el único asentamiento de la isla, y caminar por sus callejuelas es como retroceder en el tiempo. Las casas de piedra negra y el ambiente tranquilo te harán sentir que has descubierto un rincón secreto.
¿Y cómo moverse en Corvo? La isla es tan pequeña que puedes recorrerla caminando. Eso sí, no te olvides de llevar calzado cómodo. Cuando te preguntes qué hacer en las islas Azores, recuerda que Corvo es ideal para una escapada de desconexión total.
Santa María, la primera de las islas Azores en crearse
Santa María es una de las joyas que ver en las islas Azores. Se la conoce como la «isla del sol» por su clima más cálido y seco, algo que la diferencia del resto del archipiélago. Además, fue la primera en formarse, lo que le da un paisaje un poco distinto, con colinas más suaves y playas de arena dorada.
Uno de los lugares más espectaculares es la Bahía de São Lourenço. Imagina una playa rodeada de viñedos en terrazas, ¡parece una postal! También tienes que visitar Barreiro da Faneca, conocido como el «desierto rojo» de las Azores. Sus tonalidades rojizas te harán sentir que estás en Marte.
Si te gusta la historia, no te pierdas Vila do Porto, la localidad más antigua del archipiélago. Sus calles están llenas de encanto y reflejan el legado histórico de la isla. Y para los amantes del mar, el buceo en Santa María es una experiencia inolvidable gracias a la diversidad de su vida marina.
Definitivamente, si buscas una mezcla de playas, historia y paisajes únicos, Santa María debe estar en tu lista de qué ver en las Azores.
¿Cómo moverse por las Azores?
Moverse por las islas Azores es más fácil de lo que parece, pero conviene planificar un poco para no perder tiempo. Te contamos las mejores opciones:
- Alquiler de coche: La mejor opción si quieres explorar cada rincón a tu ritmo. Los precios pueden variar según la temporada, pero suelen rondar los 40-60 euros al día. Eso sí, reserva con antelación, sobre todo en temporada alta.
- Ferries: Para moverte entre las islas, los ferries son una opción cómoda y económica. La compañía Atlânticoline conecta varias islas, pero ten en cuenta que los horarios pueden ser limitados.
- Vuelos interinsulares: Si el tiempo es oro, puedes optar por vuelos internos con la aerolínea SATA Air Açores. Son rápidos, pero suelen ser un poco más caros.
- Taxis y transporte público: En las principales islas como São Miguel o Terceira encontrarás taxis y autobuses, aunque la frecuencia de estos últimos no es la mejor.
La clave es combinar diferentes medios de transporte según tu ruta. Planifica bien y prepárate para disfrutar al máximo de cada isla.
Viaja en grupo a Portugal y visita las Islas Azores con Huakai
Explorar las islas Azores es una experiencia increíble, pero hacerlo en grupo lo lleva al siguiente nivel. Nada como compartir rutas, risas y momentos únicos con gente que, al final del viaje, se convierte en amigos. ¿Cómo hacerlo? Viajando con Huakai.
Con Huakai tienes la oportunidad de unirte a un viaje en grupo a Portugal que incluye una visita a las islas Azores. ¿Lo mejor? Te olvidas de organizar nada, porque ellos se encargan de todo: transporte, alojamiento y actividades. Solo tienes que preocuparte de disfrutar.
Imagina explorar São Miguel, subir al volcán de Pico o descubrir las fajas de São Jorge mientras compartes cada descubrimiento con un grupo de viajeros con tus mismas ganas de aventura. La experiencia se multiplica, y los recuerdos son mucho más intensos.
Así que ya sabes, si quieres
