El gas radón es una de las principales causas de cáncer de pulmón en el mundo y, sin embargo, sigue siendo un desconocido para gran parte de la población. Este gas radiactivo, incoloro e inodoro, se filtra desde el subsuelo hasta nuestras viviendas y lugares de trabajo, representando un riesgo significativo para la salud pública.
En este artículo, analizaremos en profundidad qué es el radón, qué normativas regulan su exposición, su impacto en la salud, su relación con los edificios y las mejores estrategias para su mitigación.
¿Sobre qué hablaremos en este artículo?
¿Qué es el gas radón?
El radón (Rn-222) es un gas noble radiactivo que se genera de manera natural por la desintegración del uranio presente en el suelo y en ciertos materiales de construcción.
Es incoloro, inodoro e insípido, es decir, no tiene color, ni olor ni sabor. Se puede encontrar en el aire y el agua y su vida media es de 3,8 días, tras lo cual se descompone en otros elementos radiactivos.
Al ser un gas, puede desplazarse a través del terreno y filtrarse en los edificios mediante fisuras en los cimientos, tuberías y otras aperturas. Al aire libre, este gas no plantea ningún inconveniente, pero su acumulación en espacios cerrados puede alcanzar concentraciones peligrosas para la salud, aumentando el riesgo de cáncer de pulmón ante exposiciones prolongadas.
Marco Normativo y Regulatorio del Gas Radón
Dada su peligrosidad, diversos organismos internacionales y nacionales han desarrollado regulaciones para reducir la exposición al radón en viviendas y lugares de trabajo.
La Unión Europea establece medidas de protección contra el radón a través de la Directiva 2013/59/Euratom, que fija un límite de referencia de 300 Bq/m³ para la concentración de radón en espacios cerrados. Esta directiva ha sido transpuesta a las legislaciones nacionales de los estados miembros.
Fuente: https://www.boe.es/doue/2014/013/L00001-00073.pdf
En España, el Real Decreto 1029/2022 establece el reglamento de protección de la salud contra radiaciones ionizantes, incluyendo el radón, quedando definidos los niveles de referencia para la concentración de radón en recintos cerrados (se establece en 300 Bq/m3 como promedio anual) y las obligaciones en lo relativo a su cumplimiento.
Fuente: https://www.boe.es/buscar/pdf/2022/BOE-A-2022-21682-consolidado.pdf
Derivado del Real Decreto 1029/2022, en 2004 se concretó el Plan Nacional contra el Radón, aprobado por el Consejo de Ministros a petición del Ministerio de Sanidad, que tiene como objetivo reducir la exposición de la población mediante estrategias de identificación de áreas de alta concentración de radón, la evaluación de su impacto y la implementación de medidas correctivas, recogiendo las actuaciones a desarrollar por las distintas Administraciones durante un periodo de 5 años entre las que se encuentra la creación del Comité del Plan Nacional contra el Radón.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) en su Documento Básico DB-HS 6 incluye requisitos de protección frente al radón en edificaciones nuevas, estableciendo medidas constructivas específicas para reducir su infiltración. Además, cuenta con una Guía de Rehabilitación frente al radón como herramienta de ayuda para el diseño de soluciones de protección
Fuente: https://www.codigotecnico.org/Guias/GuiaRadon.html
La Organización Mundial de La Salud (OMS), en su documento Manual de la OMS sobre el radón en interiores: una perspectiva de salud pública presenta medidas para reducir los riesgos para la salud derivados de la exposición en las viviendas
Fuente: https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/161913/9789243547671_spa.pdf?sequence=1
A su vez, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), agencia de carácter gubernamental especializada, y en la que participa activamente el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), publica normas de seguridad relativas a la protección del público contra la exposición al radón (puedes consultarla en este enlace
Fuente: https://www-pub.iaea.org/MTCD/Publications/PDF/P1651_S_web.pdf
Mapa del potencial de radón en España
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ha creado la cartografía del potencial de radón en España, que categoriza las zonas del territorio en función de sus niveles de radón, identificando aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 Bq/m3 (Bq/m3 – Bequerelios, número de desintegraciones por segundo en un metro cúbico).
Fuente: CSN, Mapa del potencial de radón en España CSN, 2017 (77).
El potencial de radón de una zona, es el percentil 90 (P90) de la distribución de niveles de radón de los edificios de esa zona. Por ejemplo, ‘300 Bq/m3’ significa que:
- El 90% de los edificios tienen concentraciones inferiores a 300 Bq/m3.
- El 10% supera este nivel.
Según indica el CSN, este mapa se basa en un muestreo de más de 12.000 medidas de radón tomadas en viviendas, en la planta baja o, cuando esta no está habitada, en el primer piso. Por tanto, no representan directamente la exposición de la población. En general, el riesgo asociado a las plantas subterráneas es mayor que el que reflejan los mapas, mientras que es inferior —a razón de un 20% menos por planta— en los pisos altos.
En ningún caso, la información proporcionada por los mapas debe considerarse sustitutiva de las mediciones directas, que son el indicador más fiable del riesgo al que está expuesto cada individuo en su vivienda o lugar de trabajo.
A partir del mapa del potencial de radón se obtiene, el mapa de zonas de actuación prioritaria (zonas con potencial superior a 300 Bq/m3). En este mapa se representan, los municipios en los que más del 75% de la población reside en zonas de actuación prioritaria.
Fuente: CSN, Mapa de zonificación por municipio de radón
En España, Galicia, Extremadura, Toledo, Madrid, algunas zonas de Castilla y León y Andalucía y determinadas zonas de Aragón y Cataluña son las que tienen un riesgo más elevado, todas se encuentran en suelos graníticos.
Impacto del Radón en la Salud
La exposición prolongada al radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaquismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el radón es responsable de entre el 3 y el 14% de los casos de cáncer de pulmón en el mundo. Está reconocido como agente carcinógeno humano de categoría 1 lo que, asociado al hecho de que un número significativo de inmuebles presenta concentraciones elevadas de este gas, hace que la exposición al radón se considere como un problema para la salud pública, con los siguientes efectos demostrados científicamente:
- Cáncer de pulmón: La radiación alfa emitida por el radón y sus productos de desintegración daña las células pulmonares, aumentando el riesgo de mutaciones cancerosas.
- Efecto sinérgico con el tabaco: Fumadores expuestos a radón tienen un riesgo hasta 25 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón en comparación con no fumadores.
- Otras posibles enfermedades: Estudios han relacionado la exposición al radón con otros tipos de cáncer y enfermedades respiratorias, aunque con menor evidencia científica.
En España, las Comunidades Autónomas con mayor mortalidad por cáncer de pulmón atribuida a radón, son Galicia y Extremadura, con el 7% de todos los fallecimientos por este motivo.
El Radón en los Edificios
El potencial de radón depende en gran medida de la capacidad del terreno para generar y transportar el radón (capacidad geológica), pero también del diseño, las características constructivas de los edificios, tipos de ventilación y hábitos del hogar, que juegan un papel crucial en la acumulación de este gas en interiores.
Es importante considerar que, al provenir el radón del terreno y tener una densidad superior a la del aire, las mayores concentraciones en un edificio se localizan en las plantas inferiores (planta primera, baja y bajo rasante).
¿Cómo entra el radón en los edificios?
- Desde el subsuelo: Es la fuente principal de entrada, a través de grietas, fisuras, canalizaciones de instalaciones, desagües y juntas estructurales.
- Por materiales de construcción: Algunos materiales contienen radio 226, que decae en radón, como algunos tipos de hormigón con alumbre bituminoso y subproductos de yeso, liberando radón lentamente.
- A través del agua: El radón es muy soluble en agua. En zonas con agua subterránea contaminada, el radón puede liberarse al aire en actividades domésticas como tomar una ducha o lavar la ropa.
Tipos de inmuebles más vulnerables
- Casas antiguas sin aislamiento adecuado.
- Edificios situados en zonas graníticas.
- Espacios subterráneos o semienterrados, como sótanos y garajes.
¿Cómo Mitigar y Controlar el Gas Radón?
Reducir la concentración de radón en el hogar y en los lugares de trabajo es clave para minimizar los riesgos para la salud. Existen diversas estrategias y soluciones que pueden aplicarse dependiendo del nivel de radón detectado.
- Medición del Radón
El primer paso para controlar el radón es medir su concentración. Existen dos métodos principales:
- Detectores de trazas nucleares de larga exposición: Se colocan en una habitación durante al menos tres meses para obtener una medida precisa.
- Medidores electrónicos: Proporcionan resultados en tiempo real y pueden ser utilizados para monitoreo continuo.
- Soluciones para Reducir la Exposición
- Medidas pasivas (prevención en edificios nuevos)
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- Instalación de barreras de protección con