Posicionarte sin dejar de ser tú
Spoiler: no necesitas un logo ni ponerte serio en LinkedIn para tener una marca personal que funcione. De hecho, si lo haces “porque toca” y no porque te representa, la gente lo nota y huye
Vivimos en una era donde los productos compiten, los servicios se igualan… pero las personas conectan.
En un mundo saturado de mensajes y marcas, la confianza se construye desde lo humano, y hoy más que nunca, los líderes visibles inspiran, generan credibilidad y abren puertas.
Por eso, la marca personal no es solo una herramienta de visibilidad. Es una ventaja estratégica para quienes están al frente.
¿Qué es (de verdad) una marca personal?
No se trata de tener un perfil brillante en redes sociales ni de “parecer experto” en todo momento. Una marca personal fuerte es aquella que transmite con claridad quién eres, qué representas y cómo aportas valor, incluso cuando no estás en la sala. Y eso, en entornos directivos, puede marcar la diferencia entre liderar desde la autoridad… o desde la influencia.
¿Por qué es clave para directivos y líderes?
Porque hoy CEOs, fundadores y managers no solo representan a su empresa: son parte activa del relato de marca.
Una marca personal cuidada:
- Multiplica la confianza en el proyecto que lideras.
- Te posiciona como referente del sector (y no solo como gestor).
- Atrae talento alineado con tu forma de ver el negocio.
- Abre nuevas conversaciones, alianzas y oportunidades.
Ejemplo:
Un CEO industrial comienza a compartir en LinkedIn reflexiones personales sobre liderazgo en tiempos difíciles. En pocos meses, gana visibilidad, le invita a eventos, y su empresa empieza a sonar con más fuerza… sin haber invertido un euro en publicidad.
¿Cómo construir tu marca personal sin forzar ni parecer artificial?
Con estrategia, pero desde lo auténtico. Aquí os dejo algunas claves pensadas para perfiles de dirección:
No hablo de tu cargo, sino de tu visión.
¿Qué defiendes? ¿Qué valoras en los negocios? ¿Cómo lideras?
Ejemplo:
“No creo en la cultura del sobreesfuerzo. Creo en los equipos que rinden porque confían en lo que hacen.”
Eso es mucho más poderoso que un CV.
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Elige bien tu canal y tu formato
No necesitas estar en todas partes. Si tu público está en LinkedIn y te sientes cómodo escribiendo, empieza ahí. Si te invitan a hablar, graba fragmentos de tus ponencias. Tu presencia debe ser coherente con tu estilo y con tu agenda.
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Aporta visión, no solo logros
Las personas conectan más con ideas que con cifras. Habla de lo que ves venir, de lo que aprendiste liderando, de los cambios que estás impulsando.
“Una publicación reflexiva bien escrita vale más que diez posts promocionales.”
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Humaniza tu trayectoria
Mostrar que tú también has tenido momentos de duda o que aprendiste algo importante de un error te humaniza. Y la gente confía más en líderes reales que en perfiles inalcanzables.
“No es vulnerabilidad, es autenticidad profesional.”
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Mantén la coherencia entre lo que comunicas y lo que haces
Tu marca personal no debe contradecir tu liderazgo real. Si hablas de innovación, que tu equipo pueda dar fe. Si defiendes la cercanía, que tus socios lo sientan en el trato.
“Porque lo que proyectas, inevitablemente, repercute en cómo se percibe tu empresa.”
Conclusión: tu marca personal es tu reputación, gestionada con intención
No necesitas convertirte en alguien mediático ni dedicar horas diarias a publicar. Lo que sí necesitas es tener una narrativa clara, creíble y coherente que te acompañe como líder y refuerce la historia que tu empresa quiere contar.
¿Y ahora qué?
Empieza por preguntarte:
- ¿Cómo me perciben mis equipos, mis clientes, mis socios?
- ¿Estoy proyectando lo que realmente quiero representar?
- ¿Estoy aprovechando mi visibilidad como líder… o la estoy dejando pasar?
Si la respuesta te deja dudas, en nuestra agencia podemos ayudarte a alinear tu comunicación personal con tu visión de liderazgo. Porque hoy, liderar no solo es decidir. También es comunicar quién eres, por qué haces lo que haces… y hacia dónde quieres llevar a los demás.
Santiago Salvat