Naturgy acogió el pasado 27 de junio de 2025 el seminario, organizado por Funseam, en el que se analizaron los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo y cómo influyen en la economía de la energía y el tejido productivo.
El profesor Mariano Marzo, catedrático emérito de la Universitat de Barcelona, presentó un detallado análisis del informe World Energy Outlook 2024 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Marzo ofreció un panorama crítico sobre la doble transformación que experimenta el mundo: climática y energética.
Según el catedrático, el incremento de emisiones de CO2 relacionadas con la energía, que en 2023 alcanzaron un “máximo histórico”, nos alerta sobre la aceleración del cambio climático. Destaca que 2024 ha sido el primer año en que la temperatura media en la superficie terrestre y oceánica superó el umbral de 1,5º C del Acuerdo de París. “Este objetivo o era poco realista… o es inalcanzable, a menos que apostemos decididamente por la innovación tecnológica, social y política” ha afirmado el catedrático, quien subraya la necesidad urgente de estrategias no sólo de mitigación sino también de adaptación ante fenómenos extremos como la DANA.
En contraste, la transición energética parece “muy lenta comparada con la profundidad de la transformación climática”. El profesor Marzo destacó el récord en el crecimiento anual de la demanda de energía limpia en 2023, pero también observa que dos tercios del incremento en la demanda total de energía se cubrieron con combustibles fósiles. Según su análisis, la situación actual es más una “simbiosis de fuentes energéticas” que una verdadera transición ya que “los combustibles fósiles aún representaron alrededor del 87% del mix energético mundial en 2024”. Por eso, cree que es absolutamente necesario contar con tecnologías de emisiones negativas para retirar CO2 de la atmósfera y alcanzar los objetivos climáticos.
Los riesgos geopolíticos también influyen en el análisis del sector energético. Mariano Marzo señaló la creciente dependencia de las cadenas de suministro de energías renovables, dominadas por China, lo que reduce la autonomía energética global.
La jornada reunió a representantes del sector energético y de las principales instituciones empresariales catalanas en una mesa redonda moderada por el periodista de La Vanguardia, Manel Pérez.
Participaron Virginia Guinda, presidenta de la Comisión de Energía y vicepresidenta de Foment del Treball, Maite Masià, directora de Energía de la Cambra de Comerç de Barcelona, Antonio Merino, director de Estudios de Repsol, y José Enrique Vázquez, presidente de la Comisión de Energía de PIMEC, además del propio Mariano Marzo.
El debate se ha centró en la coyuntura geopolítica actual y su efecto sobre el suministro, la disponibilidad y los costes de la energía, con una aproximación directa al terreno de la empresa. Un tema destacado fue el impacto de la creciente demanda de energía por parte de los centros de datos, un fenómeno que transforma los patrones de consumo eléctrico y plantea tanto desafíos como nuevas oportunidades para el sistema.
Antonio Merino hizo un rápido análisis de la geopolítica actual que, según su punto de vista, se define estructuralmente por lo que está pasando en Oriente Medio y Ucrania, pero principalmente por la emergencia de China como actor dominante en el consumo de energía y la cadena de valor de las tecnologías de transición. Otro de los factores a tener en cuenta es la nueva exponencial demanda energética de la inteligencia artificial y los centros de datos, que exigen un suministro 24/7 y un replanteamiento de la competitividad y seguridad del sector: “por primera vez estamos viendo que aumenta la demanda de electricidad, a causa de la inteligencia artificial y los centros de datos y esto rompe los sistemas diseñados para un menor consumo de electricidad y lleva a una guerra de los chips”, en la que China también juega un papel muy relevante.
Virginia Guinda hizo referencia al reciente apagón y lanzó un mensaje tranquilizador sobre la sobrecapacidad de generación eléctrica instalada en España, aunque alertó sobre el riesgo de ideologizar las tecnologías. Guinda defendió que “el planteamiento desde un punto de vista empresarial debe ser pragmático, de neutralidad tecnológica” y abogó por alargar la vida de las nucleares, apostar por el gas natural como fuente de energía de transición y apoyar las inversiones necesarias en la red eléctrica.
Maite Masià puso sobre la mesa la necesidad de un enfoque pragmático en las políticas energéticas: “debemos ser decididos de diseñar unas políticas energéticas que apoyen un mix con un peso importante a las renovables pero sin olvidar que siempre van a parte del combustible fósil”. Masià resaltó la obligación de las organizaciones empresariales de “estar muy cercanos a los que definen estas políticas energéticas para conseguir las mejores condiciones para nuestro empresariado” y subrayó la importancia de la garantía de suministro para la industria y la competitividad empresarial.
José Enrique Vázquez abordó los retos para las pymes, en relación con el crecimiento y la electrificación y apunta a una falta de inversión en infraestructuras vinculadas a la electrificación: “Es imposible este proceso de electrificación con unas políticas energéticas que se decidían cada seis años” e insistió en la necesidad de políticas energéticas claras. El principal problema que están experimentando muchas empresas es la dificultad para conseguir contratar más potencia eléctrica, lo que hace muy complicado el acceso a la energía, incluso se les obliga a realizar inversiones para extender la red, lo que Vázquez consideró “cuestionable”.
Mariano Marzo, también participó en la mesa y en sus conclusiones destacó la complejidad de la situación sin un modelo único a seguir: “Los modelos están para irlos revisando sobre la marcha. Yo me conformaría simplemente con tener una gestión basada en el mejor conocimiento científico, técnico y económico disponible”. Y subrayó que el sector energético es un sector estratégico de gobierno que debe tener la máxima prioridad para evitar la caída del sector industrial y la creación de inflación.
