¿Qué está ocurriendo con la nueva generación de abogados?
Una conversación reciente con un managing partner de una firma global, con sede en Miami, dejó una frase que invita a una profunda reflexión en el sector legal:
“El 70% de los abogados de mi firma ya no quieren ser socios.”
Aunque pueda sonar como una simple declaración puntual, encierra una realidad cada vez más evidente: la ambición de llegar a socio ya no es el principal motor profesional para muchos abogados jóvenes. El cambio generacional está transformando no solo las motivaciones individuales, sino también la cultura y el futuro de las firmas legales.
De aspirar a socios, a diseñar un camino propio
Durante décadas, la carrera en un despacho estaba claramente definida. El objetivo era escalar progresivamente, consolidarse como abogado senior y, con el tiempo, alcanzar la ansiada condición de socio. Hoy, ese modelo ha perdido fuerza.
Cada vez es más habitual encontrar jóvenes abogados que no planean quedarse en la firma más allá de dos o tres años. Su enfoque ya no gira en torno a una trayectoria única y prolongada, sino a un desarrollo más dinámico y flexible. Buscan aprender, adquirir experiencia sólida y después dar el siguiente paso: incorporarse al mundo in-house, trabajar en otra jurisdicción o incluso emprender un cambio de rumbo hacia una industria diferente.
No es falta de ambición, es una redefinición del éxito
Este fenómeno no responde a una pérdida de ambición. Al contrario. Se trata de una nueva forma de entender el éxito profesional. Las nuevas generaciones valoran el crecimiento, sí, pero no están dispuestas a pagarlo con su salud física, su bienestar mental o su vida personal.
El antiguo ideal de trabajar hasta el límite para llegar a socio ya no encaja con sus prioridades. Hoy, el talento joven prioriza la flexibilidad, la conciliación, el propósito y entornos donde el liderazgo no se base únicamente en la presión y la rentabilidad, sino en la empatía y el desarrollo humano.
Una oportunidad para reinventar las estructuras de las firmas
Este cambio de paradigma no es una amenaza, sino una oportunidad para las firmas que sepan leer el momento. Aquellas que estén dispuestas a revisar sus modelos de carrera, actualizar sus sistemas de incentivos y transformar su cultura interna serán las que consigan atraer, retener y desarrollar al mejor talento legal.
Comprender y adaptarse a esta nueva realidad será clave para seguir siendo competitivos en un sector en constante evolución. No se trata solo de ofrecer buenas condiciones económicas, sino de construir proyectos profesionales que conecten con las motivaciones reales del nuevo liderazgo jurídico.
Estos debates —reales, incómodos y necesarios— los tenemos todos los lunes en la Sala Next Generation, donde mentorizamos a socios y socias de firmas en dirección estratégica y liderazgo para un nuevo ciclo del sector legal.
Socio Director Global