Retailtainment

Cuando la experiencia es tan importante como el producto

En los últimos años, hemos asistido a una transformación radical en la manera en la que las personas consumen. El auge del comercio electrónico, la digitalización acelerada, el acceso masivo a la información y la búsqueda constante de experiencias únicas han cambiado para siempre la relación entre marcas y consumidores. Visitar una tienda ya no es un acto puramente funcional. Hoy, el consumidor busca algo más que productos: espera conexión, sorpresa y experiencias. 

Este cambio de paradigma ha obligado al sector retail a reinventarse, y ha dado lugar a una nueva forma de entender el punto de venta: el retailtainment. Una fusión entre retail (comercio minorista) y entertainment (entretenimiento) que pone el foco en la vivencia tanto como en la compra. En este nuevo contexto, el producto importa, pero la experiencia que lo envuelve puede ser el verdadero diferencial. 

¿Qué es exactamente el retailtainment? 

El retailtainment consiste en diseñar entornos y propuestas donde el entretenimiento, la interacción y la emoción sean parte esencial del acto de compra, es el arte de convertir un espacio de venta en un entorno de descubrimiento, juego, inspiración o interacción. La experiencia se convierte en protagonista y permite que el consumidor no solo compre, sino viva la marca desde dentro. 

Algunos ejemplos que ilustran bien esta tendencia son: 

Apple: sus tiendas son templos de marca. Espacios abiertos, diseño minimalista, zonas de prueba libre, talleres creativos y eventos donde los productos se explican como herramientas de creación, no solo de consumo. 

Nike: sus flagship stores combinan venta con zonas de entrenamiento, personalización de producto en directo, pantallas interactivas y experiencias deportivas inmersivas. La tienda se convierte en extensión del estilo de vida del consumidor. 

LEGO: sus tiendas permiten jugar, construir e interactuar con productos en tiempo real. Los escaparates son dinámicos, los empleados actúan como guías de experiencia y hay zonas diseñadas para compartir en familia. 

Starbucks: más que cafeterías, son espacios inmersivos donde se puede ver el tueste en directo, aprender sobre variedades de café, participar en catas o vivir una experiencia de marca ampliada. 

IKEA: ha apostado por experiencias como espacios de coworking, talleres DIY y exposiciones inmersivas para conectar con sus públicos más allá del mobiliario. 

Ya no se trata solo de atraer al cliente, sino de invitarlo a vivir experiencias de forma memorable desde eventos en tienda, espacios inmersivos, instalaciones sensoriales o microacciones gamificadas, hasta la creación de contenido experiencial que trasciende lo físico para tener eco en redes sociales. 

El consumidor como protagonista 

En el universo del retailtainment, el consumidor deja de ser un visitante ocasional y se convierte en protagonista de una experiencia de marca, de una historia compartida. Esto requiere una comunicación más humana, una estrategia coherente entre canales físicos y digitales, y una marca que sepa ofrecer algo más que productos: una vivencia que merezca ser contada. 

Un nuevo enfoque desde la comunicación 

Desde la perspectiva de la comunicación, el retailtainment ofrece grandes oportunidades: desde la creación de activaciones de marca únicas, hasta la generación de contenido valioso para medios, redes e influencers.  

Cada experiencia se convierte en contenido narrativo: un vídeo, una historia, una acción de relaciones públicas o una pieza para redes sociales. Esto permite que las marcas generen mensajes memorables que conectan con las emociones del consumidor y se amplifican de forma orgánica.  

Además, el entorno experiencial facilita la segmentación y personalización de los mensajes, permite activar a medios especializados, y funciona como punto de partida para campañas de PR, branded content y marketing de influencers. Desde Torres y Carrera, ayudamos a las marcas a convertir estas experiencias en relatos estratégicos, coherentes con su identidad y con alto impacto mediático y reputacional. 

Porque en un entorno saturado de impactos, lo que se recuerda —y se comparte— no es sólo la marca sino lo que se vive. Hoy, la verdadera fidelidad se construye, experiencia a experiencia.