La adopción de la factura electrónica podría ahorrar a las pequeñas empresas europeas hasta 13.500 euros anuales y aumentar la productividad un 2,6%, según el informe Impulsando el crecimiento de la pyme a través de la facturación electrónica y la IA, elaborado por Sage.
El estudio analiza la situación de la factura electrónica en España y otros mercados europeos, con encuestas a 9.000 pymes y 2.250 profesionales de la contabilidad en ocho países. El documento, desarrollado con el apoyo de un panel internacional de expertos en digitalización y fiscalidad, concluye que la factura electrónica no solo representa un requisito regulatorio, sino una infraestructura crítica para impulsar la productividad, la transparencia y el crecimiento económico.
Asimismo, subraya que la facturación electrónica, combinada con la inteligencia artificial, puede eliminar las fricciones que limitan el desarrollo de las pymes. Si se aplica de forma generalizada, permitiría, según los modelos económicos citados por Sage, reducir la morosidad un 20% y acortar los plazos medios de pago en cuatro días, además de ahorrar miles de horas en tareas administrativas.
En España, donde la ley Crea y Crece hará obligatoria la facturación electrónica B2B a partir de finales de 2025, el informe muestra avances, aunque persisten retos. El uso de la factura electrónica en transacciones entre empresas ha crecido hasta el 10%, frente al 7% del año anterior, y la mitad de las pymes ya conocen esta herramienta, según los datos del estudio. No obstante, la brecha entre conocimiento y adopción se mantiene: muchas compañías siguen sin implementarla por costes, falta de soluciones sencillas y escasa formación.
Entre las empresas que ya la utilizan, nueve de cada diez han incorporado inteligencia artificial o servicios en la nube para gestionar sus procesos. Según Sage, la validación digital integrada permite detectar anomalías antes del pago, reduciendo el riesgo de fraude, mientras que la automatización fiscal disminuye errores y agiliza declaraciones.
Finalmente, Sage insta a los gobiernos a priorizar la facturación electrónica como infraestructura digital esencial e integrar esta tecnología con los sistemas fiscales, aduaneros y de contratación pública. Entre sus recomendaciones destacan campañas de sensibilización y formación para pymes, incentivos financieros, un estándar técnico único (EN 16931) y la incorporación de métricas ESG en las facturas electrónicas para facilitar los informes de sostenibilidad.
El informe concluye que los beneficios de la facturación electrónica están cuantificados y la tecnología, lista: lo que falta es una acción decidida y coordinada que consolide las bases de una economía digital conectada, inteligente y equitativa.
Puedes leer el informe completo en el siguiente enlace.