La ONG Nutrición Sin Fronteras, en colaboración con el Ayuntamiento de Teror y la Federación Canaria de Municipios (FECAM), ha puesto en marcha un nuevo proyecto de cooperación internacional destinado al empoderamiento socioeconómico de mujeres rurales en Senegal, quiénes son esenciales en la producción de alimentos y deben enfrentarse a barreras para acceder a recursos, formación técnica y financiación.
Este proyecto se está llevando a cabo en las comunidades del Barrio de Chakan, en Velingara, dentro de la Región de Kolda. Esta zona rural se caracteriza por una economía agrícola de subsistencia con una alta incidencia de inseguridad alimentaria y la pobreza.
La iniciativa está gestionada por la Asociación local Jokere Edam y ha comenzado a desplegar actividades formativas y de sensibilización.
El objetivo principal es el fortalecimiento de capacidades de 25 mujeres en producción agroecológica, gestión cooperativa y comercialización de productos con la finalidad de mejorar la seguridad alimentaria de sus familias e incrementar los ingresos comunitarios.
Entre las actividades iniciales que se han impulsado destacan los talleres sobre preparación del suelo, rotación de cultivos y riego eficiente, así como la dotación de herramientas y la creación de una cooperativa para la gestión colectiva de la producción.
Se pretende dar respuesta a las necesidades de forma directa y al mismo tiempo se reafirma el compromiso de las partes implicadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (1, 2, 5, 12, 13), especialmente con la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad de género.
Se espera que la intervención genere un impacto que mejore las oportunidades laborales de las mujeres de Velingara, mediante el incremento de su autonomía económica y la seguridad alimentaria de las familias locales.
La directora de Nutrición Sin Fronteras Núria Camps y Maimouna Sabaly hicieron una visita en agosto a Velingara, se reunieron con la Asociación de mujeres Jokere Edam para planificar el impulso del proyecto y se recorrió los espacios comunitarios agrícolas a labrar. Durante los últimos meses hemos podido comprobar que ya estaban aprendiendo y aplicando técnicas de agricultura agroecológica. Se puede confirmar que el proyecto avanza correctamente, lo inicia de la formación cargo de un técnico agrónomo y las imágenes muestran el entusiasmo y la fuerte implicación de las mujeres, ya que son conscientes de que ellas se convierten en los principales actores del cambio.
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