El gas natural es uno de los recursos energéticos más utilizados por empresas y autónomos por ser económico, fiable y cómodo. Se trata de un combustible fósil que se encuentra en yacimientos naturales, tanto en tierra firme (onshore) como bajo el mar (offshore), y puede presentarse de dos formas:
- Libre: extraído de manera independiente, sin mezclarse con otros compuestos.
- Asociado o compuesto: mezclado con hidrocarburos u otros gases presentes en el yacimiento, e incluso a veces asociado a capas superficiales de carbón.
Cuando se detecta un yacimiento, normalmente entre 1,5 y 4 km de profundidad, se procede a su perforación. La extracción puede realizarse mediante métodos convencionales, como pozos verticales en rocas porosas donde el gas fluye libremente, o no convencionales, empleando técnicas como la fracturación hidráulica (fracking) o la perforación horizontal en yacimientos más complejos como los de esquisto.
El gas natural no solo es una de las energías fósiles más baratas, sino que también aporta beneficios prácticos para las empresas: permite un ahorro económico en la factura energética, calefacción eficiente y regulable, agua caliente inmediata, un uso seguro con el mantenimiento adecuado y, al ser menos contaminante que otros combustibles fósiles, contribuye a una imagen corporativa más sostenible.
Conocer su origen y proceso de extracción permite a las empresas entender mejor los factores que influyen en su disponibilidad, coste y eficiencia operativa.
Tabla de contenidos
Proceso de extracción del gas natural
La extracción del gas natural comienza una vez que se ha detectado un yacimiento, ya sea en tierra firme (onshore) o bajo el mar (offshore). Dependiendo del tipo de yacimiento y su geología, se utilizan diferentes métodos para aprovechar estas reservas subterráneas.
Métodos convencionales
En los yacimientos convencionales, el gas se encuentra en formaciones rocosas porosas que permiten que fluya de manera natural. La extracción se realiza mediante pozos verticales, donde el gas puede ascender gracias a la presión del propio depósito. En algunos casos, se utilizan bombas para facilitar su movimiento hacia la superficie. Este método es el más sencillo y suele aplicarse cuando el gas se encuentra libre y accesible.
Métodos no convencionales
En los yacimientos donde el gas está atrapado en rocas de baja permeabilidad, como el esquisto, se aplican técnicas más avanzadas:
- Fracturación hidráulica (fracking): consiste en inyectar agua, arena y aditivos a alta presión para fracturar la roca y liberar el gas.
- Perforación horizontal: permite aumentar la superficie de contacto con la roca, optimizando la extracción de gas en formaciones extensas o complejas.
Estos métodos son esenciales para acceder a reservas que no serían aprovechables con perforación convencional.
Tratamiento y acondicionamiento
Una vez extraído, el gas natural no puede ser utilizado directamente. Se somete a procesos de tratamiento que incluyen:
- Separación de impurezas: eliminación de agua, CO₂, nitrógeno u otros gases presentes en el yacimiento.
- Eliminación de hidrocarburos líquidos que no son aprovechables.
- Odorización: se añade un compuesto con olor característico para detectar posibles fugas durante su transporte y uso.
Este acondicionamiento garantiza que el gas cumpla con los estándares de seguridad y calidad industrial, listo para su distribución.
Transporte y distribución a empresas
El gas natural tratado puede llegar a las empresas mediante:
- Gasoductos: tuberías de gran capacidad que transportan el gas desde el yacimiento hasta los puntos de consumo.
- Gas natural licuado (GNL): el gas se enfría a -160 °C para reducir su volumen y se transporta en buques metaneros. Posteriormente, se regasifica e incorpora a la red de distribución.
Este proceso asegura que el gas llegue de manera segura, estable y eficiente a las empresas que dependen de él para sus operaciones diarias.
Métodos de extracción del gas natural
El gas natural se puede extraer mediante distintos métodos según las características del yacimiento y la geología de la zona. Los principales son:
- Extracción convencional: Este método se utiliza en yacimientos donde el gas se encuentra en formaciones rocosas porosas y puede fluir de manera natural. Se perfora un pozo vertical que permite que el gas ascienda gracias a la presión del propio depósito. En algunos casos, se emplean bombas para facilitar su extracción. Es el método más sencillo y eficiente para yacimientos accesibles.
- Fracturación hidráulica (fracking): Se aplica en yacimientos no convencionales, donde el gas está atrapado en rocas de baja permeabilidad, como el esquisto. Consiste en inyectar a alta presión una mezcla de agua, arena y aditivos químicos para fracturar la roca y liberar el gas. Esta técnica permite acceder a reservas que no podrían extraerse mediante métodos convencionales.
- Perforación horizontal: Este método permite que el pozo siga un trayecto horizontal dentro del yacimiento, aumentando la superficie de contacto con la roca que contiene gas. Es útil en yacimientos extensos o complejos, donde la perforación vertical no sería suficiente. La perforación horizontal se puede combinar con la fracturación hidráulica para optimizar la eficiencia y maximizar el aprovechamiento de la reserva.
Implicaciones del proceso de extracción para las empresas
Conocer cómo se extrae y se trata el gas natural no es solo una cuestión técnica: tiene impacto directo en la planificación energética y la gestión de costes de cualquier empresa. Cada fase del proceso —desde la perforación hasta el tratamiento y transporte— influye en la disponibilidad, estabilidad y precio del suministro.
Los métodos de extracción más complejos, como la fracturación hidráulica o la perforación horizontal, permiten acceder a reservas adicionales, pero requieren mayor inversión y tecnología, lo que puede reflejarse en variaciones de precio o disponibilidad en el mercado. Por otro lado, los yacimientos convencionales ofrecen suministros más estables, lo que facilita la planificación presupuestaria y energética de negocios con consumo constante de gas.
Además, entender el tratamiento y acondicionamiento del gas natural permite a las empresas optimizar su infraestructura interna. Sistemas de calefacción, generación de agua caliente o procesos industriales dependen de un gas limpio y estable; conocer cómo se garantiza la calidad del suministro ayuda a prever el mantenimiento, evitar paradas inesperadas y mejorar la eficiencia energética.
En Thunder Hunter, utilizamos este conocimiento para ayudar a las empresas a interpretar los factores que afectan al suministro y al coste del gas natural, transformando información técnica en decisiones estratégicas que impactan directamente en la operación y en la eficiencia de su negocio.