Las celebraciones internas en la empresa

Compatibilité
Sauvegarder(0)
partager

Hace unos días organiamos en nuestra empresa el concurso de postres navideños. Nada complicado: convocatoria, inscripciones, encargo de regalos por participante y premio para el dulce ganador. Sin embargo, para nuestro equipo, fueron un par de semanas de nervios ‘de los buenos’, de conversaciones de pasillo, de corrillos de apuestas sanas, de rivalidades, de sorpresas por el veredicto… No es el concurso de postres en sí, es lo que implica internamente para las personas que forman una empresa. De eso va un concurso de postres en nuestra empresa.

En el día a día de una organización, la prioridad suele centrarse en objetivos, plazos, resultados… Sin embargo, los departamentos de recursos humanos sabemos que el verdadero motor de una empresa son las personas que la forman. Esto es así. Por eso, las actividades internas, especialmente en fechas señaladas, como la Navidad, juegan un papel clave en la construcción de equipos comprometidos, cohesionados y motivados.

Por ejemplo, en nuestro caso, celebraciones como un concurso de postres, un certamen de postales navideñas infantiles para familiares de empleados o pequeñas acciones simbólicas fuera de la rutina laboral aunque pueden parecer detalles menores, provocan un impacto muy profundo. Estas iniciativas permiten romper con la dinámica habitual del trabajo, generar espacios de encuentro y fomentar relaciones más cercanas entre compañeros que, en muchos casos, no coinciden en su día a día.

La Navidad, en particular, es un momento especialmente propicio para este tipo de actividades. Destaca como una época de gran carga emocional, en la que las personas están más abiertas a compartir, a colaborar y a participar en propuestas que conectan lo profesional con lo personal. Involucrar a las familias, por ejemplo, refuerza el sentimiento de pertenencia y transmite un mensaje claro: la empresa valora a las personas en su conjunto, no solo su rol laboral.

Desde el punto de vista de la gestión de personas, estas acciones contribuyen directamente al bienestar emocional del equipo. Salir de la rutina, reírse juntos, compartir una receta casera o votar una postal hecha con ilusión por los más peques genera recuerdos positivos asociados al entorno laboral. Estos momentos fortalecen los vínculos, mejoran el clima interno y favorecen una comunicación más fluida y cercana entre los distintos niveles de la organización.

Además, las actividades internas fomentan valores esenciales como la colaboración, la creatividad y la participación. Cuando un equipo se implica en una iniciativa común, sin jerarquías ni objetivos productivos, se refuerza la igualdad y se rompen barreras. Personas que habitualmente no interactúan descubren afinidades y nuevas formas de relacionarse, lo que repercute de forma positiva en el trabajo diario.

Por no hablar del impacto que estas acciones tienen en la motivación y el compromiso. Sentirse parte de una empresa que cuida los detalles, que celebra los momentos importantes y que apuesta por crear espacios de disfrute compartido aumenta el orgullo de pertenencia. Y ese sentimiento, con certeza, se traduce en mayor implicación, fidelización del talento y alineación con la cultura corporativa.

En definitiva, las actividades internas, sobre todo en fechas señaladas, se convierten en una herramienta estratégica de RRHH. Apostar por ellas es apostar por equipos más humanos y conectados. Porque cuando las personas se sienten valoradas y disfrutan juntas, el trabajo fluye mejor y la organización crece de forma más sólida y sostenible.

Coordonnées
Equipo Editorial