En Farmamundi llevamos tiempo escuchando a mujeres migrantes que nos hablan de consultas médicas incompletas, de diagnósticos que llegan tarde o de silencios forzados por no poder expresarse en su propio idioma. Esas conversaciones han sido el punto de partida del estudio Salud y migración: barreras interseccionales y de género en el acceso sanitario de mujeres de África centro-oriental en Euskadi, que hemos presentado en Bilbao y que analiza, con rigor y desde las propias voces de las mujeres, los obstáculos que encuentran para ejercer su derecho a la salud en el sistema sanitario vasco.

La investigación identifica trece barreras principales, que van desde dificultades administrativas hasta experiencias de racismo, pasando por la falta de mediación intercultural, la brecha digital o el desconocimiento de enfermedades prevalentes en población africana. Aunque la presencia demográfica de mujeres procedentes de países como Uganda, República Democrática del Congo, Etiopía, Somalia, Kenia o Angola es reducida (alrededor de 1.200 personas empadronadas en Euskadi), el estudio confirma que los obstáculos que afrontan son estructurales y persistentes.

Cuando el sistema no escucha

Durante el trabajo de campo, realizado por la consultora Cidalia, recogimos testimonios que ayudan a comprender el impacto real de estas barreras en la vida cotidiana, y en la salud de las mujeres. Una mujer etíope nos explicaba que, en muchas ocasiones, sentía que su dolor no era tomado en serio.

Nos tratan como si fuéramos invencibles. Mujer, negra… entonces nada puede dolerte”.

Otra participante, procedente de la República Democrática del Congo, relataba la frustración de no poder expresarse adecuadamente con el personal sanitario: “Es frustrante no poder comunicarte con quien tiene la solución a tu problema”. En el ámbito de la salud mental, los relatos son especialmente duros. “Nadie descubrió mi depresión. Pasé tres años malísimos”, nos contó otra mujer congoleña, evidenciando una atención insuficiente a problemas que permanecen invisibilizados.

Reconocer lo que ya existe, señalar lo que falta

Desde Farmamundi queremos subrayar que en Euskadi existe un sistema de salud activo, con profesionales comprometidos, instituciones implicadas y organizaciones sociales que trabajan para garantizar el acceso sanitario. Tal y como señalamos durante la presentación del estudio, este esfuerzo es real y valioso. Sin embargo, los resultados de la investigación muestran que siguen existiendo problemas estructurales que afectan de manera directa a la salud de estas mujeres y que requieren una respuesta institucional decidida.

Entre las barreras detectadas destacan las irregularidades en el empadronamiento, que condicionan el acceso a la tarjeta sanitaria; la ausencia de intérpretes y mediadoras interculturales de forma estable; la brecha digital en los sistemas de cita previa; y la falta de formación específica del personal sanitario en enfoques interculturales, de género y antirracistas.

Propuestas para avanzar hacia una atención más inclusiva

El estudio no se queda en el diagnóstico. A partir de las entrevistas y del análisis realizado, planteamos una serie de recomendaciones concretas dirigidas a las instituciones y al sistema de salud: garantizar la aplicación efectiva del acceso universal, reforzar la mediación intercultural, mejorar la atención a la salud mental y promover la formación continuada del personal sanitario en diversidad cultural y enfoque de género.

Somos conscientes de que esta investigación es un aporte más dentro de un camino colectivo. Nuestro objetivo es que sirva como herramienta útil para el diálogo y la mejora de las políticas públicas. Avanzar hacia una atención sanitaria inclusiva y equitativa requiere voluntad política, recursos suficientes y la escucha activa de quienes hoy encuentran más dificultades para acceder al sistema.

Un trabajo conectado con el terreno

Esta investigación forma parte de nuestra Estrategia de Educación para la Transformación Social en Euskadi, que desarrollamos de manera paralela al trabajo humanitario que llevamos a cabo en Uganda junto a EMESCO y African Humanitarian Action. Un enfoque que conecta lo local y lo global, y que nos recuerda que el derecho a la salud se defiende tanto aquí como en los países donde trabajamos con nuestras organizaciones socias, con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad.

Las conclusiones completas del estudio y sus recomendaciones pueden consultarse en la web http://tatulotura.farmamundi.org, un espacio que hemos creado para seguir profundizando en este diálogo y para impulsar cambios que aún están pendientes.