Por si alguien no lo recordaba, en el equipo de Verdes también hay espacio para una primatóloga… ¡servidora! Combinando mi trabajo en Verdes con mi pasión por los primates, he pasado los dos últimos meses en Guinea Ecuatorial, colaborando con The Drill Project, una ONG con un equipo increíble que trabaja para proteger a los driles, uno de los primates más amenazados del planeta, y conservar el ecosistema de un rincón muy especial: la isla de Bioko. Aunque en Verdes estamos acostumbrados a trabajar con ONGs desde el lado de la comunicación, esta vez pude experimentarlo también desde dentro, participando directamente en el trabajo de campo. Una experiencia alucinante que me ha permitido conocer más a fondo la labor que desempeñan y para la que ahora, para Verdes Digitales, comparto esta conversación con Justin Jay y su equipo, donde nos cuentan cómo combinan investigación científica, conservación y comunicación para garantizar un futuro sostenible para esta especie única.
De que hablamos...
¿Cómo nació The Drill Project y cuál fue la motivación detrás de su creación?
The Drill Project es una ONG que nació hace quince años, a raíz de que su director, Justin Jay, que había estado trabajando en la isla varias temporadas grabando tortugas marinas, conociera al dril y su delicada situación. El hecho de que fuera una especie tan poco conocida y nunca antes documentada en vídeo, le impulsó a destinar sus esfuerzos en un proyecto más grande focalizado en dar a conocer la especie y protegerla. Desde entonces, la ONG ha crecido y ha abarcado otros ámbitos, en colaboración con comunidades locales, formando guardabosques ecológicos, realizando patrullas y recopilando datos de campo para combatir la caza ilegal.
Los driles son una de las especies de primates más desconocidas y amenazadas del mundo. ¿Cuál es su situación y cómo creéis que vuestro proyecto contribuye a su conservación?
Efectivamente, los driles (Mandrillus leucophaeus) son bastante desconocidos, al contrario que los mandriles (Mandrillus sphinx), la otra especie del mismo género. Tienen un rango de distribución escaso, se encuentran exclusivamente en Nigeria, Camerún y la isla de Bioko, en Guinea Ecuatorial y la especie está catalogada como “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). No hay cifras exactas sobre cuántos individuos quedan, pero todo apunta a que no más de 4000, principalmente por la caza furtiva y la pérdida fragmentación de su hábitat. Desde TDP, hemos trabajado en la realización de censos en la isla de Bioko para determinar con más exactitud cuántos quedan y centrar los esfuerzos para conservarlos. Actualmente hacemos patrullas en el sur de la isla para desalentar la caza furtiva, porque tristemente aún es muy común verlos en los mercados de venta de carne de bosque, pese a su ilegalidad. También trabajamos en dar a conocer la especie internacionalmente, de forma que puedan llegar más recursos económicos que nos permitirán proteger no sólo a los driles, si no a todas las especies que viven con ellos y que también se ven afectadas.
TDP es una ONG cuyo trabajo tiene lugar en Guinea Ecuatorial. ¿Cómo es trabajar en este país africano en cuanto a conservación, legislación y percepción social?
A veces es desafiante, pero después de tanto tiempo, por suerte tenemos buena relación con los organismos gubernamentales locales y trabajamos manos a mano con un mismo objetivo común. Guinea Ecuatorial es un país pequeño, pero con una de las mayores biodiversidades del continente. Recientemente la isla de Bioko ha sido incluida en la lista de Reservas de la Biosfera de la UNESCO, lo que creemos que es una gran noticia a la hora de tomar medidas efectivas para su protección. Nosotros trabajamos principalmente en esta isla, aunque hemos colaborado también con algunos proyectos en la parte continental. Aún hay mucho desconocimiento entre la población local sobre la biodiversidad del país y la importancia de protegerla, pero la población joven está cada vez más implicada. En algunos contextos sigue siendo complicado, porque el consumo de carne de bosque está culturalmente muy implantado, lo que además conlleva grandes riesgos para la salud humana. Por eso es tan importante seguir generando conciencia.
Uno de los pilares de TDP es la creación de documentales para concienciar sobre la biodiversidad de Bioko. ¿Qué papel juega la comunicación en vuestro trabajo?
La comunicación de lo que hacemos en este lado del mundo, así como dar a conocer el dril al mundo exterior juega un papel esencial para nosotros. Como se dice siempre en relación a la conservación “lo que no se conoce no se puede proteger”, por eso uno de los ejes centrales del proyecto es la documentación de los driles y su comportamiento, ya que siguen siendo una especie muy poco estudiada. Justin Jay, el director y fundador de la ONG, es además un cineasta que ha participado en importantes documentales de fauna concienciando sobre esta especie, como en “Lost Kings of Bioko”, “El Proyecto del Mono Dril”, o “Primates” de la BBC.
Pero no sólo a través de documentales, en TDP también organizamos cursos de sensibilización para estudiantes, futuros profesionales de sectores relacionados con el medio ambiente o ecoguardas con el objetivo de visibilizar la realidad de Bioko y su biodiversidad.
Y por supuesto, en esta era globalizada en la que vivimos, también estamos presentes en redes sociales, donde la capacidad de llegar a muchas personas es inmensa.
¿Cómo pueden colaborar o apoyar personas y organizaciones que no están en Guinea Ecuatorial pero quieren contribuir a su misión de conservación?
El pasado mes de noviembre comenzó la temporada de trabajo de campo, que durará hasta marzo coincidiendo con la temporada seca en la región. Recientemente hemos abierto una campaña en GoFundMe para financiar esta temporada, cualquier persona que quiera contribuir nos ayuda a seguir realizando patrullas diarias por la selva y la playa para desincentivar la caza furtiva tanto de primates como de tortugas marinas, ya que estos meses es la temporada de anidación y salen cada noche del mar para poner sus huevos. Todo este trabajo requiere unos esfuerzos económicos para el mantenimiento del campamento, la logística, la compra y transporte de víveres y otros gastos, y sin ayuda externa a veces es complicado llegar a todo. Todas las donaciones que nos llegan están dirigidas a continuar con nuestra misión de conservación en esta zona, pero también es posible colaborar compartiendo nuestro proyecto y a través de nuestro programa de voluntariado, yendo a trabajar con nosotros a campo. Cualquier persona interesada puede ponerse en contacto con nosotros para recibir más información y sumarse a nuestra misión.
Mirando hacia el futuro, ¿qué visión tiene The Drill Project para los próximos 5–10 años en términos de investigación, protección y educación ambiental?
Esos son precisamente los tres pilares fundamentales del proyecto: investigación científica (censos, estudios de comportamiento, identificación), protección (patrullas, protección pasiva por presencia en la zona, colaboración en rescates) y educación ambiental, a través de cursos y salidas a campo, para las que afortunadamente hemos ganado algunas becas con las que podemos ejecutar proyectos en esa dirección el próximo año. En el futuro, nos gustaría ampliar nuestra visibilidad e influencia en esas tres direcciones, y aunque somos un equipo pequeño, estamos dando grandes pasos para lograrlo.
Ha sido una experiencia increíble poder conocer de cerca el trabajo de The Drill Project y compartir con su equipo la pasión y dedicación que ponen cada día en la conservación del dril y de su ecosistema. Yo ya era una enamorada de esta especie, pero espero que ahora lo sea de muchas más personas. Esperamos que esta entrevista os acerque un poco más a esta especie única y al esfuerzo de quienes luchan por protegerla, y que inspire a seguir apoyando proyectos de conservación y a valorar la biodiversidad que aún nos queda por descubrir.