El Auditorio Riberas del Guadaíra ha centrado el debate cultural con la celebración de ContraSeña, I Congreso de Nueva Cultura Andaluza, en torno a una nueva forma de pensar y vivir Andalucía.
El Auditorio Riberas del Guadaíra se ha convertido este sábado en el epicentro del debate cultural con la celebración de ContraSeña, I Congreso de Nueva Cultura Andaluza, una cita que nace con vocación de abrir un tiempo nuevo en la forma de pensar y vivir Andalucía.
Bajo el lema “Andalucía es la clave”, el encuentro combinó reflexión, arte, música y humor en torno a la identidad andaluza, reuniendo a investigadores, artistas, jóvenes creadores y voces consolidadas que, desde distintos ámbitos, están aportando nuevas miradas a lo andaluz.
La inauguración estuvo a cargo del humorista y productor Manu Sánchez, que abrió con su sello característico de ironía y compromiso, subrayando la importancia de hablar de Andalucía desde la autoestima y el orgullo cultural y político.
La jornada incluyó graffiti en vivo de la mano del artista local Baobart, talleres, mesas de debate y conferencias. En la primera mesa se abordó la dignidad y diversidad del habla andaluza, desmontando prejuicios y reivindicando la riqueza lingüística de una tierra donde conviven el seseo, el ceceo y la distinción. La primera mesa estuvo protagonizada por Antonio Manuel Rodríguez, que con su inconfundible prosa defendió que el habla andaluza es una lengua con todo lo que una lengua necesita para ser reconocida. Junto a Sandra Mouruizz y Antropizarte, se subrayó la importancia de mirar sin complejos la forma en que hablamos y pensamos desde Andalucía.
La segunda mesa reunió a Nuria Bayo, Manuel Rodríguez Illana y Félix Ontañón, que pusieron sobre la mesa el nuevo paradigma del andaluz: escribirlo, estudiarlo, enseñarlo y hacerlo visible en la literatura, la investigación y el espacio digital.
La tercera mesa fue territorio del humor y la creación contemporánea: Malacara y Julio el Rancio demostraron que desde el meme, la sátira o una frase pintada en una pared también se construye identidad y política cultural, reivindicando la cultura de barrio y la creatividad popular como espacios legítimos de expresión.
Más allá de los debates, los pasillos y rincones del auditorio se llenaron de convivencia, intercambio y ganas de construir comunidad. ContraSeña ha dejado claro que la identidad andaluza no es un recuerdo estático del pasado, sino un presente vivo que se expresa en el quejío y el meme, en el fandango y el trap, en la literatura y en el graffiti.
Con esta primera edición, ContraSeña arranca con éxito y se proyecta como una cita de referencia para quienes creen que Andalucía no es un tópico ni una postal, sino una clave de futuro hecha de creatividad, diversidad y orgullo compartido.