La Iglesia en 12 Semanas: Adicciones - Conferencia Episcopal Española

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La Iglesia cuida la dignidad de la persona, en cualquier situación. Por eso, también acompaña en el largo camino que se emprende desde la adicción a la recuperación de esa dignidad.

Y es que cada adicción esclaviza y anula la libertad. Por eso, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en la declaración “Dignitas infinita”, alerta sobre las adicciones como un factor que atenta contra lo que denomina la “dignidad existencial”.

Pero si las adicciones pueden tener muchas formas -consumo de sustancias, como el alcohol y las drogas, o comportamientos como el juego, la pornografía o el uso excesivo de tecnología- también tienen que ser muchas las respuestas.

Según los datos de la Memoria anual de actividades de la Iglesia Católica en España 2022, la Iglesia cuenta con 77 centros específicos de rehabilitación para drogodependientesEse año, atendieron a más de 42.000 personas.

Las nuevas tecnologías han traído nuevas adicciones, como al móvil, las redes sociales o a la pornografía, que se agravan cuando afectan a la población infantil y juvenil. Y Cáritas, Congregaciones Religiosas y Centros de Orientación Familiar diocesanos las han incorporado en sus programas de prevención y de intervención.

Además, la dignidad de la persona es el único objetivo de un nuevo proyecto de la Conferencia Episcopal Española, en el que están implicadas las Subcomisiones Episcopales para las Migraciones y Movilidad Humana y para la Familia y Defensa de la Vidaademás del departamento de Pastoral de la Salud.

En el “Proyecto en favor de la dignidad de la persona” se trabaja desde hace meses con profesionales de distintos ámbitos sobre problemáticas de actualidad. Entre los temas que se abordan está la adicción a la pornografía, porque es una fuente de violencia, sobre todo hacia la mujer. Y porque el sexo mal comprendido y vivido, tiene un gran poder adictivo. Esta reflexión marcará las líneas para poder acompañar y ayudar mejor a las personas que están en esta situación.

En definitiva, se trata, en palabra del papa Francisco, «de aliviar, cuidar y curar los muchos sufrimientos relacionados con las adicciones multiformes presentes en la escena humana».

Aliviar, cuidar, curar y prevenir 

De prevenir, aliviar, cuidar y curar se encargan en los Centros de Orientación Familiar (COF). Este servicio de la Iglesia, que se ofrece en las diócesis españolas, está especializado en la atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones.

Juan Carlos García es orientador en el Centro de Orientación Familiar (COF) de Getafe, donde ayuda a personas adictas, y a sus familiares, a salir de ese círculo que les tiene atrapados y al que muchas veces no se sabe ni cómo han llegado. En este centro tratan principalmente tres adicciones: pornografía, redes sociales y juego on lineCada una a su manera, señala, rompe a la persona por dentro y le genera multitud de problemas tanto personales como en sus relaciones familiares o laborales.

Soraya es madre de tres hijos, dos de ellos ya adolescentes. El COF de la diócesis de Palencia, donde vive, le ha permito acceder a talleres para padres y educadores sobre los peligros de Internet, las redes sociales y el acceso a la pornografía de los menores.

Mariano Fresnillo se quedó ciego con 18 años, pero no se ha dejado vencer por las circunstancias. Al contrario, lleva colaborando toda su vida en acciones de la Iglesia, implicado con los más vulnerables, ayudando a personas que quieren salir de la drogadicción.

Como persona ciega lo que busca es que descubran “que cuando se quiere se puede«. 

En la «La Iglesia en 12 semanas»Adicciones

Las adicciones son un problema creciente que afecta a millones de personas en todo el mundo. Estas pueden tomar muchas formas: desde sustancias como el alcohol y las drogas, hasta comportamientos como el juego, la pornografía o el uso excesivo de tecnología.

Las consecuencias pueden ser devastadoras. Afectan a quienes sufren la adicción, pero también de manera directa a sus familias, a sus amigos, a sus compañeros, al trabajo que realizan.

La Iglesia Católica considera las adicciones una anulación de la libertad y por tanto de la dignidad humana y ofrece caminos para la prevención y el apoyo a quienes se enfrentan a este desafío.

Para prevenir su aparición, a través de programas de educación, la Iglesia promueve la conciencia sobre los peligros de las adicciones, enseñando a las personas a tomar decisiones conscientes y responsables, coherentes con su dignidad.

Cuando el problema está ya presente, la cercanía de la comunidad cristiana es esencial. La Iglesia ofrece grupos de apoyo, consejo y acompañamiento espiritual, ayudando a las personas a encontrar esperanza y fuerza en su fe.

Este servicio de la Iglesia no solo se dirige a la recuperación física, sino también en la salud emocional y a la asistencia espiritual, que pueda promover una liberación definitiva de la adicción.

Las adicciones pueden ser superadas, y la Iglesia Católica está en ello, a través de personas e instituciones, para caminar en cada paso del camino.

27/06/2024


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