Júlia es una diseñadora con un enfoque estratégico y un sentido del humor que caracteriza su trabajo. Su pasión por aplicar metodologías de diseño innovadoras la lleva a impulsar a las empresas a cuestionar lo establecido y a plantearse preguntas complejas, aquellas que a menudo no tienen respuestas fáciles. A lo largo de su carrera, su principal aporte ha sido desafiar el statu quo y fomentar un pensamiento crítico que genera soluciones disruptivas.
Originaria de Barcelona, ha vivido y trabajado en el extranjero durante varios años, lo que le ha permitido adquirir una visión global y una experiencia enriquecedora en el ámbito internacional.
¿Cómo crees que ha cambiado el mundo del research en el entorno digital los últimos años?
Cuando empecé, el enfoque del research estaba muy centrado en los researchers, con una actitud rígida en la que todo debía seguirse al pie de la letra. Era un proceso «hecho por researchers, para researchers», sin considerar tanto su impacto en el negocio, que al final es lo que realmente importa.
Con el tiempo, he visto cómo todo ha cambiado. Ahora, en muchas empresas, todo el mundo realiza research, incluso los diseñadores. Ha habido una gran democratización del research, y creo firmemente en este enfoque. Si bien considero que debe haber alguien que lidere esta parte, también es importante que otros departamentos adopten estas metodologías en su día a día.
Trabajo en startups tecnológicas, donde todo el equipo entiende la importancia del research para el negocio. Sin embargo, en compañías más grandes, imagino que la dinámica debe ser diferente, por lo que el tipo de research que hacemos en startups puede ser algo distinto al de las grandes empresas.
¿Cuál es, bajo tu punto de vista, lo que convence a negocio a invertir en investigación?
Lo que más convence es demostrar el valor real que el research puede aportar al negocio. En muchas empresas en las que he trabajado, al principio conocían el concepto, pero no entendían completamente cómo podía beneficiar al negocio. Lo que suelo hacer es realizar un estudio exhaustivo de tres meses sobre las necesidades del cliente y luego presentar los resultados de manera clara y basada en datos.
Cuando el negocio ve que el research les ayuda a comprender mejor a sus usuarios y a tomar decisiones con un impacto directo, empieza a demandar más. Ahí es cuando se demuestra el verdadero valor del research y su capacidad para guiar las decisiones estratégicas.
¿Cómo podemos asegurar que los resultados obtenidos en una investigación aportan valor o mejoras al proyecto, producto o servicio?
Lo más importante es que todos los stakeholders estén alineados y confíen en el proceso. Si surgen dudas, una de las estrategias que usamos es lanzar encuestas rápidas dentro del propio producto, con una o dos preguntas clave. En pocos días obtenemos resultados, lo que nos permite validar hipótesis de manera ágil.
Por ejemplo, observamos en los datos que los usuarios querían vídeos con marca, por lo que lo incluimos como una funcionalidad de la tarifa más básica. También vimos que muchos usuarios duplicaban vídeos en la plataforma para evitar rehacer todo desde cero, lo que nos indicó la necesidad de mejorar esa funcionalidad.
¿Cómo ves el futuro de los researchers? ¿Crees que la IA impactará en ese futuro?
Creo que los researchers deberían «desaparecer» en el sentido de que el research se democratice por completo. Hoy en día, podemos consultar a herramientas como ChatGPT sobre algunas de nuestras hipótesis, luego realizar el research real y comparar los resultados. La IA es bastante precisa, aunque a veces le cuesta imaginar escenarios o mundos completamente diferentes.
Me imagino un futuro donde los researchers estén potenciados por la IA, actuando como copilotos. La IA no reemplazará el rol, pero sí reducirá la cantidad de researchers necesarios. Ahora disponemos de herramientas que nos permiten automatizar tareas que antes llevaban días o semanas. Por ejemplo, el análisis cualitativo, que antes tomaba varios días, ahora lo realizamos en minutos. Por lo tanto, es probable que haya menos researchers, pero los que permanezcan tendrán roles más estratégicos y de mayor impacto.