Estrategia push y pull en marketing: ¿Qué es?
Hacer que un producto o servicio se venda más, y mejor, es el propósito final de toda estrategia de marketing. Pero la forma de conseguirlo puede variar en función de muchos factores, entre ellos el tipo de producto, o la posición actual de la empresa. Dos herramientas para lograr este fin las encontramos en la estrategia push y pull. Ya que ambas buscan aumentar el conocimiento de la marca, pero lo hacen de maneras diferentes: Una enfocándose en llevar el producto directamente al consumidor, y la otra en atraer a los clientes hacia la marca de forma orgánica.
Si quieres saber más sobre la estrategia “push and pull” y si es posible simultáneamente una estrategia push y una estrategia pull, sigue leyendo. ¡Te contamos todos los detalles a continuación!
Estrategia push y pull
Estas estrategias de marketing son enfoques opuestos, pero igualmente complementarios. Ya que, aunque ambos buscan influir en el comportamiento del consumidor y aumentar las ventas, la forma de conseguirlo es totalmente diferente. Y qué mejor forma de aprender qué es una estrategia de pull y push, que conociendo algunos ejemplos de estrategia push y pull.
¿Qué es marketing push?
La estrategia de marketing push, “empuje” en castellano, se centra en llevar el producto al consumidor. Se trata pues, de una táctica proactiva en la que las empresas impulsan sus productos directamente hacia el cliente a través de diferentes canales.
En esta estrategia, la comunicación y distribución son aspectos clave para colocar el producto en el mercado y asegurar que esté disponible en los puntos de venta. Su principal objetivo es captar la atención del cliente en el momento adecuado y facilitar la compra inmediata.
- Orientación. Se dirige hacia los distribuidores, minoristas y consumidores finales.
- Canales. Incluye promociones en el punto de venta, campañas publicitarias directas, correos electrónicos y telemarketing.
- Velocidad. Busca resultados a corto plazo, como el aumento inmediato de las ventas.
Ejemplos de estrategias push
Estos son algunos de los ejemplos de estrategias push más utilizados por empresas y agencias de marketing:
- Promociones en tienda. Ofertas de “2×1” o descuentos especiales en supermercados.
- Publicidad directa. Anuncios de productos en televisión o redes sociales.
- Distribución masiva. Presencia del producto en múltiples puntos de venta para aumentar la disponibilidad.
- Muestras gratuitas. Entrega de productos de prueba para atraer la atención del consumidor.
¿Qué es marketing pull?
La estrategia de marketing pull, o estrategia de atracción, se basa en atraer a los consumidores hacia la marca o producto. Por tanto, en lugar de llevar el producto al cliente, busca despertar su interés y generar una demanda natural que los motive a buscar el producto por sí mismos.
Este enfoque está más alineado con la construcción de una relación a largo plazo con el consumidor, ya que fomenta el reconocimiento de la marca y la lealtad.
- Orientación. Está dirigido principalmente al consumidor final.
- Canales. Incluye estrategias como contenido de valor, optimización para motores de búsqueda (SEO) y campañas en redes sociales.
- Objetivo. Generar un interés genuino y una conexión emocional con el producto o marca.
Ejemplos de estrategias pull
Todos estos ejemplos de estrategias pull se centran en la atracción del público objetivo, al producto cuya venta se quiere potenciar.
- Marketing de contenido. Publicar artículos, videos o guías útiles que posicionen la marca como experta en su sector.
- SEO. Optimizar el sitio web para que aparezca en las primeras posiciones de Google.
- Redes sociales. Crear campañas atractivas que involucren a los usuarios y fomenten el boca a boca digital.
- Branding emocional. Diseñar anuncios que conecten con los valores o emociones del público objetivo.
¿Es posible simultáneamente una estrategia push y una estrategia pull?
Después de saber qué es una estrategia de pull y push, probablemente te preguntes si es posible simultáneamente una estrategia push y una estrategia pull. Y lo cierto es que sí.
Combinar ambas estrategias en un plan de marketing integral puede ser realmente efectivo. Ya que este enfoque mixto permite que las empresas lleguen de forma más eficaz a su audiencia y optimicen tanto el corto, como el largo plazo.
Por ejemplo, mientras el push asegura la disponibilidad inmediata del producto, el pull genera interés y fidelización. Esto hace que la combinación de ‘push and pull’ ayude a captar tanto a los compradores impulsivos como a los clientes que investigan antes de tomar decisiones. Además, hace que las estrategias sean más versátiles y se adapten a diferentes etapas del ciclo de compra.
Y aunque son distintas, su combinación puede potenciar los resultados, permitiendo a las marcas posicionarse de manera efectiva en el mercado y satisfacer tanto las necesidades inmediatas como las expectativas a largo plazo de los consumidores.
Por lo que implementar una estrategia de marketing que equilibre ambos enfoques es clave para adaptarse a los cambios en los hábitos de compra y garantizar el crecimiento sostenido del negocio.
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