Deficiency of knowledge about gastric lavage in adults with drug poisoning in the emergency room.
Autor: Patricia Fajardo Navarro
Introducción
El lavado gástrico ha sido una técnica empleada durante décadas para el manejo de intoxicaciones agudas por la ingesta de sustancias tóxicas. Su propósito es reducir la absorción de tóxicos al vaciar el contenido estomacal antes de que se absorba en el organismo. Sin embargo, en las últimas décadas, su uso ha sido objeto de debate debido a los riesgos y la falta de evidencia clara sobre su efectividad.
Las intoxicaciones agudas son un motivo frecuente de atención en urgencias, y la elección del tratamiento depende de diversos factores, como el tipo y la cantidad de tóxico ingerido, el tiempo transcurrido desde la ingestión y la condición clínica del paciente. Las principales técnicas para la descontaminación digestiva incluyen el uso de carbón activado, el lavado gástrico, eméticos y el lavado intestinal.1
Palabras clave: lavado gástrico, intoxicación, descontaminación, carbón activado, urgencias.
Indicaciones y eficacia del lavado gástrico
El lavado gástrico ha dejado de ser recomendado como tratamiento rutinario debido a los riesgos que conlleva, incluyendo la broncoaspiración y otras complicaciones como perforaciones gástricas. La Asociación Americana de Centros de Toxicología (AACT) y la Asociación Europea de Centros de Toxicología y Control de Envenenamientos (EAPCCT) desaconsejan su uso de forma generalizada, recomendándolo solo en casos donde la ingesta del tóxico ha ocurrido en la última hora y existe un riesgo significativo para la vida del paciente. 2
La literatura revisada sugiere que, para maximizar la eficacia del lavado gástrico, este debe realizarse dentro de los primeros 60 minutos posteriores a la ingestión del tóxico. Sin embargo, incluso en esos casos, la evidencia no es concluyente sobre su superioridad frente al uso de carbón activado, que ha demostrado ser más efectivo en muchos escenarios, especialmente para sustancias que son absorbidas rápidamente por el sistema digestivo.3
Contraindicaciones
El lavado gástrico está contraindicado en pacientes que han ingerido sustancias cáusticas, corrosivas o hidrocarburos, debido al riesgo de provocar lesiones adicionales en el tracto digestivo. También se desaconseja en pacientes con alteraciones anatómicas esofágicas, coagulopatías, o aquellos con un estado de conciencia alterado a menos que se haya asegurado la vía aérea mediante intubación.1
Además, no debe ser utilizado en pacientes que han vomitado espontáneamente o en aquellos con intoxicaciones leves, ya que los riesgos superan los posibles beneficios. El documento señala que en casos de intoxicaciones por benzodiacepinas, el lavado podría considerarse solo si, tras la administración de un antagonista como el flumazenil, se restablecen los reflejos protectores de la vía aérea.4
Material y técnica del procedimiento
Para llevar a cabo el lavado gástrico, se utiliza generalmente una sonda orogástrica de gran calibre (36-40 French) para facilitar la evacuación del contenido gástrico. Es esencial que el procedimiento sea realizado por personal capacitado para minimizar los riesgos de complicaciones como la aspiración pulmonar.
La posición del paciente durante el procedimiento también es crucial para prevenir complicaciones. Se recomienda colocar al paciente en decúbito lateral izquierdo con la cabeza elevada, lo que ayuda a evitar el paso del contenido gástrico al duodeno y reduce el riesgo de broncoaspiración.1
Discusión y análisis de la literatura
Los estudios revisados indican que la efectividad del lavado gástrico es limitada y depende en gran medida del tiempo transcurrido desde la ingestión del tóxico. Un análisis crítico revela que, aunque en algunos casos específicos puede ser útil, el procedimiento no logra eliminar completamente el contenido tóxico del estómago, especialmente cuando han pasado más de dos horas desde la ingestión. Un enfoque alternativo es la administración de carbón activado, que no solo es menos invasivo, sino que también ha demostrado ser más efectivo en la mayoría de las intoxicaciones agudas. Además, presenta un menor riesgo de complicaciones en comparación con el lavado gástrico.
Conclusiones
La revisión concluye que el lavado gástrico no debería ser una técnica de primera línea en el manejo de intoxicaciones, excepto en situaciones muy específicas y bajo condiciones controladas. El carbón activado es preferido como método de descontaminación debido a su eficacia y menor riesgo de complicaciones. Es fundamental que los profesionales de la salud reciban formación adecuada para asegurar una correcta aplicación de las técnicas de descontaminación y evitar errores que puedan comprometer la seguridad del paciente.
Artículos empleados
1. Poon K.M., Lam S.K., Lai C.H., Fung H.T. (2019)
Este artículo presenta el caso de un intento de suicidio mediante la ingesta de trióxido de arsénico en un paciente masculino de 43 años en Hong Kong. El tratamiento inicial incluyó medidas de soporte vital, lavado gástrico y la administración intravenosa del quelante DMPS (ácido 2,3-dimercapto-1-propanosulfónico). El uso de DMPS demostró ser efectivo, aunque el manejo requirió un ajuste continuo basado en los niveles de arsénico en sangre y orina. El estudio subraya la importancia de la intervención temprana y un tratamiento agresivo en casos de envenenamiento por metales pesados.
2. Chiew A.L., Gluud C., Brok J., Buckley N.A. (2018)
Esta revisión sistemática de la Cochrane analiza las intervenciones para el tratamiento de la sobredosis de paracetamol, concluyendo que la administración de N-acetilcisteína (NAC) es el tratamiento más eficaz para prevenir el daño hepático. La revisión destaca la necesidad de un tratamiento temprano y la monitorización constante de los niveles de paracetamol en sangre. NAC no solo mejora el pronóstico sino que también presenta un perfil de seguridad favorable en comparación con otros tratamientos.
3. Cristóbal Sangüesa J. et al. (2021)
El estudio aborda el uso del lavado gástrico como técnica de manejo en intoxicaciones agudas en urgencias. Los autores concluyen que, aunque esta técnica puede ser útil en situaciones específicas, su efectividad depende del tiempo transcurrido desde la ingesta del tóxico. Además, enfatizan la necesidad de una correcta formación del personal de enfermería para reducir complicaciones asociadas.
4. Hoffman R.M., Maskell K.F., Cumpston K.L. (2017)
A través de encuestas en hospitales de Virginia, este estudio revela que el uso del lavado gástrico ha disminuido considerablemente. Los resultados indican que esta técnica se emplea raramente debido a la falta de evidencia que respalde su efectividad y el riesgo de complicaciones asociadas. Los autores sugieren que las instituciones sanitarias deberían centrarse en alternativas más seguras.
5. Benson B.E. et al. (2013)
Este documento de consenso revisa la evidencia sobre el lavado gástrico en la descontaminación gastrointestinal, concluyendo que no debe utilizarse de forma rutinaria. El procedimiento está reservado para casos excepcionales donde el beneficio supera claramente los riesgos, y siempre debe ser realizado por personal debidamente entrenado para evitar complicaciones severas como la broncoaspiración.
Bibliografía
- Forense A. Uso adecuado del lavado gástrico en el manejo inicial del paciente intoxicado adulto en el servicio de emergencia del hospital provincial general docente Riobamba en el período de marzo a junio de 2010 [Internet]. 2010 [cited 2024 Jun 16]. p. 1–4. Available from: http://dspace.unach.edu.ec/bitstream/51000/52/1/UNACH-EC-MEDI2010-0017.pdf
- Tadín MA. Lavado gástrico en el paciente con intoxicación aguda [Internet]. 31/05/2011. 2011 [cited 2024 Jun 16]. p. 14. Available from: https://www.nureinvestigacion.es/OJS/index.php/nure/article/view/579/568
- Jones AL, Volans G. Clinical review: Recent advances in the management of self poisoning. BMJ. 1999;319:1414–7. [cited 2024 Jun 24]. Available from: www.intox.org
- Osés I, Burillo-Putze G, Munné P, Nogué S, Pinillos MA. Intoxicaciones medicamentosas (I): Psicofármacos y antiarrítmicos. Anales Sis San Navarra [Internet]. 2003 [cited 2024 Jun 16]; 26(Suppl 1): 49-63. Available from: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272003000200004&lng=es
- Poon KM, Lam SK, Lai CH, Fung HT. Attempted suicide by poisoning of self-prepared arsenic trioxide solution. Department of Accident and Emergency Medicine, Pok Oi Hospital, Yuen Long, New Territories, Hong Kong. Hong Kong Med J. 2019;26(1):53-6.
- Chiew AL, Gluud C, Brok J, Buckley NA. Interventions for paracetamol (acetaminophen) overdose. Cochrane Database Syst Rev. 2018;2018(2)
- Cristóbal Sangüesa J, Leal Campillo P, Benito López C, Constante Pérez P, Gómez Barranco V, Felipe Carreras E. Técnica del lavado gástrico como manejo de intoxicaciones agudas en los servicios de urgencias. Revista Sanitaria de Investigación. 2021;2(10):246.
- Hoffman RM, Maskell KF, Cumpston KL. A local survey of gastric lavage for gastrointestinal decontamination in a new century: The future marches on. Am J Emerg Med. 2018;36(5):1098-1120.
- Benson BE, Hoppu K, Troutman WG, Bedry R, Erdman A, Höjer J, et al. Position paper update: gastric lavage for gastrointestinal decontamination. Clin Toxicol. 2013;51(3):140-6. doi: 10.3109/15563650.2013.7701545.