¿Qué significa ser una Persona Altamente Sensible (PAS)?
Al hablar de una persona PAS nos referimos a un rasgo de personalidad científicamente denominado Sensibilidad de Procesamiento Sensorial (SPS). Son personas que han nacido con un temperamento que atiende a un conjunto de características, que se van desarrollando a lo largo de la vida. El término fue acuñado por la psicóloga Elaine Aron que, además, definió cuatro pilares: profundidad de procesamiento de la información, gran emocionalidad y capacidad de empatía, sensibilidad ante las sutilezas del ambiente y, por último, saturación mental y sobre-estimulación sensorial.
¿Por qué ha decidido especializarse en alta sensibilidad?
En primer lugar, por identificarme con el rasgo. Después, también, por asociarlo a algunos de mis pacientes. Sobre todo me preocupan los niños y adolescentes porque es una etapa corta en la que los buenos diagnósticos son fundamentales.
¿Podemos ponerle rostro a la alta sensibilidad? ¿Hay perfiles más propensos a serlo?
Es un rasgo de la personalidad. Los estudios nos dicen que se nace con él y se perfila con el tiempo. Se detecta con más frecuencia en mujeres, con edades comprendidas entre 40 y 60 años, pero aún no sabemos por qué. Puede ser que realmente haya un componente mayoritario en el género femenino o que las mujeres seamos más capaces de exteriorizarlo. Yo creo que hay cierto matiz cultural detrás, que hace que los hombres se reprimen más. Quizás también se puede explicar por selección natural. Sin duda, el debate está servido.
¿Son personas perfeccionistas?
En mi consulta, nueve de cada diez pacientes son adultos o niños con alta sensibilidad y este es uno de los síntomas que más encontramos. El perfeccionismo lo registro más como un síntoma que como una característica porque llevado al extremo puede ser dañino. Tengo pacientes jóvenes, estudiantes de bachillerato y universitarios, que vienen a la consulta por ese exceso de perfeccionismo que les genera ansiedad, estrés…
Y en menores, ¿guarda alguna relación con las altas capacidades?
Aún quedan muchos estudios por hacer, pero en la consulta observamos que la mayoría de personas con altas capacidades son altamente sensibles, pero no lo contrario.
¿Cómo afecta esta condición al día a día del paciente?
Ser una persona altamente sensible tiene sus fortalezas y sus debilidades. A nosotros nos preocupa la parte negativa porque es la que afecta a la salud mental. En consulta, con frecuencia, nos encontramos personas que tienen problemas para gestionar sus emociones y también otras habilidades como las relaciones sociales, la aplicación de la creatividad o la empatía. Tampoco saben cómo regular los tiempos y los espacios para la sobreestimulación. Al no haber ajustado estas cuestiones a la rutina diaria, su salud mental se descontrola, lo que puede derivar en ansiedad, depresión, fobias, inseguridades y preocupaciones.
¿Se puede vencer o, al menos, trabajar en esa parte negativa?
Por supuesto, nos encanta ver testimonios de personas que sí han aprendido a gestionar sus rasgos, bien desde edades tempranas o ya como adultos. La clave es identificarlo, a partir de ahí, son todo fortalezas. Ganas seguridad y confianza en uno mismo, aprendes a aplicar la empatía de forma adecuada y a relacionarte de forma asertiva.
¿Cuestiones como ser más sensibles a estímulos sensoriales o una mala gestión de las emociones pueden ser indicadores para identificar que somos PAS?
Exacto. En la web de PAS España tenemos disponible un test con el que la persona, respondiendo a algunas preguntas, puede descubrir si tiene alta sensibilidad. Ese es el primer paso. Muchas de las personas que logran identificarse con este rasgo aseguran que, después de ese primer diagnóstico, comienzan a entender todo lo que les ha pasado. También, en el canal de YouTube publicamos píldoras informativas con recomendaciones sobre qué hacer ante la sobreestimulación, por ejemplo.
Aunque el término es cada vez más habitual en espacios como las redes, ¿cree que se menciona lo suficiente o aún queda mucho por divulgar?
Los jóvenes han nacido con la tecnología y han naturalizado hablar de estos temas en redes sociales. Cuanto más mayores somos, más sólidos son nuestros esquemas mentales y más difícil es cambiar de percepción. Sin embargo, nuestra gran satisfacción es que muchas personas que no se conocían a sí mismas o no se entendían ahora comienzan a hacerlo. Cuando dimos de alta a la asociación, en 2017, éramos nosotros los que introducíamos el término, pero a medida que pasaba el tiempo, observaba que la palabra PAS salía de manera natural en muchos contextos. Queda mucho por divulgar y por difundir porque, aunque es algo que ha existido siempre, hasta los 90 no se le había puesto un nombre.
De esa primera labor de difusión, en 2017, a la séptima edición de unos premios nacionales, celebrados este mes en La Laguna.
Sí, es una gran satisfacción pensar que todo este trabajo que hemos realizado tiene sentido. Hacemos mucho de unión entre asociaciones regionales y otras entidades, así surgieron los Premios Nacionales de la Alta Sensibilidad. Este año, para su entrega, hemos elegido la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación (la Pirámide de Guajara) de la Universidad de La Laguna (ULL). Por su labor investigadora, el profesor Moisés Betancort ha cobrado gran protagonismo en esta cuarta edición.