Esta semana, la Comisión Europea ha presentado en un vídeo su propuesta de kit de supervivencia frente a un hipotético escenario de guerra o también para casos de desastres naturales u otras crisis. La comisaria de la curiosa cartera de Igualdad, Preparación y Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, ha indicado a los europeos que deben contar con alimentos en conserva o no perecederos, agua embotellada, dinero en efectivo –“el cash es el rey y tu tarjeta de crédito puede ser sólo un trozo de plástico”, quién iba a decir que una afirmación así iba a salir de las altas instancias europeas- y una radio a pilas, cosa que algunos de los ciudadanos más jóvenes han descubierto ahora que existe. Junto a todos estos suministros, la Comisión Europea ha marcado como esencial contar con un botiquín de primeros auxilios y medicamentos. Es sólo la última muestra de que la industria que los fabrica es estratégica también en momentos de crisis, y esencial para la defensa del continente.
Sarampión Robert Kennedy Jr.
Hay más asuntos sanitarios fuera de nuestras fronteras esta semana. Estados Unidos vive un brote de sarampión importante con casi 400 casos registrados por los Centros de Control de las Enfermedades y Prevención (CDC). No se trata de un asunto ajeno a nosotros, pues en España se ha superado el centenar de casos también desde enero. En este contexto, los movimientos antivacunas son especialmente peligrosos, y en EE UU acaba de ser nombrado secretario de Salud Robert Kennedy Jr. La tormenta perfecta. La última idea que ha tenido para combatir esta infección es tomar vitamina A, lo que, según él provocaría “una recuperación casi milagrosa”. Para más efectividad, si cabe, recomendaba tomarla en aceite de hígado de bacalao. Pues bien, la ciencia dice que este remedio puede llegar incluso a provocar daño hepático. Un problema añadido a la idea de que no vacunarse es bueno.
La Airef y el modelo Muface
De vuelta a casa, cuando ya está cerrada la crisis de Muface, la Autoridad independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) se ha pronunciado estos días sobre la cuestión. Y su informe ha sido una sorpresa para muchos. Lo que propone, directamente, es que los nuevos empleados públicos se incorporen a la sanidad pública sin dar opción al mutualismo administrativo. Con lo cual, pasados los años, se acabaría el problema, o eso creen. No entra a valorar otras opciones, como el llamado “Muface directo”. Habría que ver, en unos años, si la solución de la AIReF es efectiva o se produce el temido efecto colapso en la sanidad pública.