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Santa Eugenia de Villegas: la Asociación Puentipiedra
El pasado mes de Marzo, invitados por Javier, cara visible de la Asociación Puentipiedra de Villegas, realizamos una interesante visita a la Iglesia de Santa Eugenia. Aprovechando la puesta en marcha de su campaña de micromecenazgo para la restauración del coro, gestionada por Hispania Nostra, dejamos enlace al final del artículo, nos acercamos a este interesantísimo templo, hermanado con el de su vecino de Villamorón, del que hablamos en nuestra Revista Románico Nº 37, para conocer su impresionante arquitectura y la historia de la Asociación Puentipiedra.
La Iglesia de Santa Eugenia, declarada Bien de Interés Cultural, es un imponente templo que combina elementos del arte románico, gótico y renacentista. Se accede a través del llamado “arco del conjuradero”, el único que queda en uso en Castilla y León y que, también a través de la Asociación Puentipiedra se está recuperando y poniendo en valor, con la restauración por ejemplo del Libro de Conjuros de Pedro Ximénez (S. XVIII) realizada por Centro de Conservación y Restauración del Patrimonio de la Junta de Castilla y León, de Simancas y de los elementos sacramentales utilizados en los conjuros, que descansan en un pequeño museo en una sala del arco museizada a tal efecto.
Esta Iglesia de Villegas no solo es un lugar de culto, sino también un testimonio vivo del pasado medieval y renacentista de la región. A través de su arquitectura y los vestigios que aún conserva, la iglesia de Santa Eugenia narra una historia fascinante que abarca siglos de cambios, reconstrucciones y simbolismo religioso, tradiciones en definitiva de un pueblo vivo que a través de la Asociación Puentipiedra quieren ponerse en valor.
Ya desde la primera mirada al templo hay algo que nos llama poderosamente la atención, y es el marcado carácter defensivo de la edificación. Almenas, el matacán que descansa sobre la portada, la torre renacentista,…, son muchos los elementos que denotan este carácter, certificado por los estudios posteriores a la restauración que el templo sufrió en 2018.
Villegas, conocida en el año 1037 como Quintanilla de Villegas, fue en su día una villa con cierta relevancia dentro del panorama rural castellano medieval. Aunque no desempeñó un papel destacado en los grandes acontecimientos históricos de la época, algunos habitantes de la localidad dejaron su huella en documentos y registros; en particular, el linaje Villegas, ya que muchas familias adoptaron el topónimo como apellido, aparece mencionado en los siglos XIII y XIV, lo que refleja la importancia que tuvo este pequeño núcleo poblacional en determinados momentos de esos siglos.
La construcción de la Iglesia de Santa Eugenia responde a este contexto histórico. Dedicada a una santa mártir cuya devoción se extendió por numerosas iglesias durante la Edad Media, el templo fue concebido inicialmente como una iglesia románica. Su arquitectura primitiva refleja las características propias de este estilo, aunque las sucesivas transformaciones, algunas voluntarias, otras obligadas por el acontecer histórico, han modificado poderosamente su aspecto original.
Un templo con alma románica
Y es que a pesar de que hoy predomina el estilo gótico en gran parte del edificio, la Iglesia de Santa Eugenia conserva importantes vestigios románicos que permiten imaginar cómo era el templo original. Entre estos elementos destacan las fachadas norte y sur, así como la portada meridional, con cuatro arquivoltas y tejaroz decorado con canecillos, algunos mutilados, que muestran motivos típicos del románico. En el interior, se conservan cuatro columnas primitivas que sostienen los muros superiores, lo que sugiere que el diseño inicial consistía en tres naves separadas por arcos, con la nave central más alta que las laterales.
Uno de los tesoros más notables del templo, en lo que a románico se refiere, es su pila bautismal. Esta pieza, decorada con motivos gallonados y bandas ornamentales, es un ejemplo exquisito de decoración plenamente románica. Entre las figuras talladas se encuentran símbolos como una serpiente enfrentada a un león y un caballero armado. La pila no solo cumplía una función litúrgica esencial —el bautismo— sino que también servía como un objeto artístico cargado de significado espiritual. Esta magnífica pieza está emparentada directamente en su estética con otras pilas bautismales del entorno, según leemos en la Enciclopedia del Románico de la Fundación Santa María la Real: “Esta interesante pila guarda una enorme similitud con las de Grijalba, Villamayor de Treviño, Villarmentero e incluso con la de Rebolledo de Traspeña, varias de las cuales parecen hechas por el mismo artífice. En casi todas ellas –Grijalba, Rebolledo de Traspeña y Villamayor de Treviño– el pie presenta también el mismo motivo de lucha entre león y serpiente, un enfrentamiento que aparece con cierta asiduidad en otras pilas del entorno, como en La Piedra, Los Valcárceres –donde de nuevo aparece un peón lancero–, Villasandino o Bañuelos de Rudrón. Su cronología seguramente haya que situarla también en las primeras décadas del siglo XIII.”
Transformaciones arquitectónicas: del Gótico al Renacimiento
El paso del tiempo dejó su huella en la estructura original del templo. A finales del siglo XV se llevaron a cabo importantes renovaciones en la cabecera y en parte de las naves. Sin embargo, uno de los episodios más significativos ocurrió en 1508, cuando un derrumbe afectó gravemente a la iglesia. La torre y el último tramo del edificio quedaron destruidos, lo que obligó a emprender una reconstrucción integral atestiguada con una inscripción incisa que delata autoría y fecha.
La obra fue dirigida por el maestro Cristóbal y su ayudante Matienzo, quienes dejaron constancia de sus trabajos en la mencionada inscripción. Durante esta etapa se incorporaron elementos propios del Gótico tardío y principios del Renacimiento, lo que marcó una definitiva transformación en el diseño original.
Otro cambio relevante tuvo lugar a comienzos del siglo XVI con la construcción del coro elevado, una obra de singular belleza que se atribuye a Francisco de Colonia o a su taller dada la evidente similitud con el de la iglesia de San Esteban de Burgos, actualmente Museo del Retablo. Esta intervención alteró significativamente el espacio interior del templo e inutilizó parcialmente el baptisterio primitivo ubicado a los pies de la nave del evangelio. Sin embargo, aún se conserva una bóveda apuntada perteneciente a este antiguo baptisterio, lo que permite apreciar cómo era esta zona antes de las modificaciones.
Importancia simbólica y cultural: un legado a preservar
La Iglesia de Santa Eugenia no solo destaca por su arquitectura e historia, también es un símbolo cultural para Villegas y sus alrededores. El templo ha sido testigo de innumerables ceremonias religiosas y eventos comunitarios a lo largo de los siglos, consolidándose como un punto central en la vida social del pueblo.
Además, elementos como su pila bautismal o sus canecillos decorativos son ejemplos, en lo que a románico se refiere, del arte medieval castellano en la transición al gótico. Estas piezas no solo tienen valor estético, sino también histórico e interpretativo, y son seña de identidad de la curiosa estética del templo de Santa Eugenia.
A pesar del paso del tiempo y las transformaciones sufridas por el edificio, la Iglesia de Santa Eugenia sigue siendo un testimonio vivo del pasado medieval y renacentista de Burgos. Su combinación única de elementos románicos y góticos, como comentábamos anteriormente, hace de este templo una joya arquitectónica digna de ser conocida y valorada.
Elementos artísticos de singular belleza y valor histórico se atesoran entre sus muros, entre los que cabe destacar su precioso Retablo Mayor de Santa Eugenia (atribuido a Domingo de Amberes), el Retablo flamenco de San Nicolás (s. XV), el Retablo de los Santos Mártires, su precioso púlpito de piedra, o la curiosa Cruz Procesional del "Cristo de los Angelitos" (s. XIV), entre otros.
Resulta fundamental preservar este legado histórico para futuras generaciones; la riqueza artística e histórica que alberga Santa Eugenia no solo pertenece a Villegas o a Burgos; es parte del patrimonio cultural colectivo que nos conecta con nuestro pasado común. Y es en este punto donde la Asociación Puentipiedra de Villegas pone en valor su trabajo. Desde su creación en el año 2001, la Asociación ha venido realizando una encomiable labor enfocada, según leemos en su acta fundacional en “Recuperar las tradiciones históricas y culturales de nuestra localidad, investigar y recuperar el pasado histórico de Villegas, conservar y promocionar los juegos y folklores tradicionales de esa tierra, organizar charlas informativas en el entorno rural y contribuir a la conservación del patrimonio histórico y cultural de Villegas”.
A las ya mencionadas actuaciones sobre el conjuradero, la Asociación ha colaborado en la restauración de algunos elementos de la Iglesia de Santa Eugenia, caso de “la cubierta, paramentos verticales, parte de los ventanales y sus vidrieras, la renovación del tendido eléctrico del reloj y del sistema automático del toque de las campanas y la iluminación del campanario”, por ejemplo. En el horizonte quedan algunos elementos, caso de ventanas, instalación de rejas en la portada, etcétera, que se irán realizando en la medida de lo posible.
Una de esas actuaciones pendientes que acaba de ponerse en marcha, quizás una de las más importantes dado el valor artístico del elemento a reformar, sea la restauración del coro. El deterioro sufrido por el paso del tiempo, actualmente está restringido el acceso por el peligro de hundimiento del entarimado, hace imprescindible una actuación que consolide este importantísimo elemento arquitectónico, atribuido, como antes comentábamos, a Francisco de Colonia o a su taller.
De este modo se acaba de poner en marcha, desde el 7 de Abril al 17 de Mayo, una campaña de micromecenazgo para restaurar para restaurar el coro y el facistol de la iglesia. En colaboración con Hispania Nostra esta campaña pretende recaudar al menos 15.000 euros que permitan iniciar las actuaciones, aunque el presupuesto es de 40.000 €, objetivo que permitiría restaurar la totalidad del coro incluyendo los paramentos verticales y algunos otros elementos.
Invitamos con estas breves líneas a nuestros socios y amigos a participar en esta campaña de micromecenazgo y, en cualquier caso, a acudir, si no lo han hecho ya, a conocer Villegas y su vecina Villamorón, donde dos espectaculares Iglesias les esperan para mostrarles sus secretos y poner en valor la encomiable labor de las Ascociaciones Puentipiedra y Amigos de Villamorón.
Puede acceder a la campaña de micromecenazgo pulsando aquí.
Para conocer todas las actividades de la Asociación Puentipiedra puede pulsar aquí.
Fotos y Texto: Óscar Manuel Ruiz Pérez. Comunicación y RRSS Amigos del Románico.