Eduardo Palomar Baró
Poca bibliografía hay sobre el llamado, en su fundación, Auxilio de Invierno y más tarde Auxilio Social. Lo poco que se ha escrito o comentado, como es normal en estos tiempos de enanos, es para propalar todo género de patrañas, falacias y embustes contra lo que se hizo en el anterior Régimen. Y así, hace pocos días, dentro de ese verdadero alud de panfletos editados sobre la guerra civil, Franco, los ‘fascistas’, etc. ha salido al mercado un libelo titulado La sonrisa de la Falange: Auxilio Social en la Guerra Civil de una tal Ángela Cenarro, que entre otras muchas ‘perlas’ manifiesta que esa institución del régimen de Franco, dedicada a la beneficencia, era en realidad una pieza importante de su maquinaria de control social y de poder disciplinario, y que los perdedores de la contienda tuvieron que someterse a las medidas de coerción aplicadas por los capellanes de la Iglesia católica, con los bautismos forzados, con los rezos y los castigos que formaron parte de la vida cotidiana de esos ciudadanos que los doblegaron a la ‘regeneración’ política y moral del franquismo a cambio de ‘pan blanco’…
La mujer en la España Nacional
Con el estallido de la guerra civil española, y el triunfo del Alzamiento en determinadas zonas de España, la situación de la mujer experimentó un profundo cambio dentro del nuevo contexto político y militar en el que se vieron mezcladas. La asociación de Falange Española de las JONS, con el naciente régimen nacional posibilitó que la mujer, como colectivo social, fuera incluida en el nacionalsindicalismo a través de su Sección Femenina, organización fundada en junio de 1934 por José Antonio Primo de Rivera. Las primeras misiones reservadas a las muchachas falangistas eran las de la asistencia a los presos del Partido o de las familias de los caídos en las luchas callejeras. Al frente de las mujeres de Falange se nombró jefe nacional a Pilar Primo de Rivera. Estaba dotada de una organización jerárquica, piramidal. Al 18 de julio la cifra de afiliadas era de unas 2.500, número que aumentó considerablemente dentro de la vorágine de la guerra.
Fueron destinadas a desempeñar funciones tales como la de organizar sección de enfermeras, a establecer asociaciones de beneficencia, atención a los huérfanos, etc. El 6 de enero de 1937 se reúne el I Congreso Nacional de Sección Femenina en el que se dan las primeras reglas para la extensión organizativa de enfermeras, lavaderos, talleres y auxilio de invierno. La organización estaba compuesta por cinco departamentos, al frente de cada uno de ellos se encontraba una delegada nacional nombrada por Pilar Primo de Rivera. Estos departamentos o delegaciones eran: Prensa y Propaganda; Administración; Enfermeras y Aguinaldo de Soldado; Auxilio de Invierno; Flechas.
A principios de mayo de 1937, se publica la circular número 1 de la Sección Femenina, con una serie de normas generales, recomendando a los departamentos que se ocupen de resolver la angustiosa situación de muchas familias y huérfanos. También se organizaron otros servicios tales como talleres para abastecer de ropa a los combatientes del Ejército Nacional y almacenes, así como lavaderos del frente. Durante la guerra funcionaron 76 lavaderos en los que trabajaron unas 1.140 mujeres. Las secciones de enfermeras se multiplicaron, organizando la Sección Femenina cursos de urgencia para instruir a las nuevas enfermeras, llegando a movilizar a unas 8.000.
Tras el Decreto de Unificación (19 de abril de 1937) se distribuyeron las funciones femeninas entre Sección Femenina, la Delegación de Frentes y Hospitales y el Auxilio Social.
Mercedes Sanz Bachiller, fundadora de Auxilio Social
Nació en Madrid el 17 de julio de 1911. Sus padres eran de Montemayor de Pililla (Valladolid) y casualmente estaban de paso por la capital de España cuando su madre, Mercedes Bachiller Fernández, se puso de parto.
Su padre, Moisés Sanz Izquierdo, no provenía de una familia rica y no tenía más que la educación básica, pero era un hombre de gran inteligencia, energía y una imaginación extraordinaria. Murió con treinta y pocos años, y ya había ido tres veces a Argentina. En cambio, la madre de Mercedes venía de una rica familia rural de la burguesía que poseía numerosas fincas y granjas. Muy amante del campo, pero del campo de labrar.
Cuando Mercedes tenía dos años, sus padres se separaron, -algo un poco raro para la época- criándose en la casa de su abuela, con su madre y una de sus dos hermanas que era subnormal. Quedó huérfana de padre a los tres años.
A los nueve años la mandaron al internado del Colegio de las Dominicas francesas de Valladolid. Su madre murió cuando contaba catorce años, haciéndole de tutor su primo médico, Aurelio Bachiller, el cual se encargó de administrar su herencia. De las ganancias de la tierra, pagaba el colegio, le daba una pensión y el resto lo invertía.
En 1928 Mercedes se fue al Colegio que las Dominicas tenían en París, donde estuvo un año.
Casamiento de Mercedes Sanz con Onésimo Redondo
En el año 1929 conoció a Onésimo Redondo Ortega, el cual le marcaría de manera definitiva para el resto de su vida. Se casaron el 12 de febrero de 1931 en la capilla del Palacio Arzobispal de Valladolid, actuando como oficiante del enlace matrimonial el padre Remigio Gandasategui. La boda se celebró dos meses antes del advenimiento de la República. El viaje de novios se proyectó, en un principio, en un recorrido por las ciudades andaluzas, aunque tuvo que interrumpirse en Sevilla por motivos profesionales, al tener que actuar como letrado en una vista señalada por la Audiencia Provincial.
El 5 de mayo de 1931, Onésimo Redondo creó la organización política en Valladolid del partido Acción Nacional, que más tarde se llamaría Acción Popular, dirigiendo la campaña electoral para las elecciones parlamentarias del 28 de junio de 1931. Fundó en Valladolid el semanal Libertad.
Se desligó de Acción Nacional y el 9 de agosto de 1931, junto con su hermano Andrés y un estudiante de medicina, Jesús Ercilla, fundó las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH). Al día siguiente escribía en Libertad: «El momento histórico, jóvenes paisanos, nos obliga a tomar las armas. Sepamos usarlas en defensa de lo nuestro y no al servicio de los políticos. Salga de Castilla la voz de la sensatez racial que se imponga sobre el magno desconcierto del momento: use de su fuerza unificadora para establecer la justicia y el orden en la nueva España».
Conoció en Madrid a Ramiro Ledesma Ramos, fundador de La Conquista del Estado, y el 30 de noviembre de 1931 se fusionaron los dos grupos para formar las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS).
El primer hijo de Onésimo y Mercedes nació muerto. A pesar de este contratiempo, Mercedes se recuperó y siguió apoyando a su marido. Tras el fracaso del golpe militar del general Sanjurjo, corrió la voz de que Onésimo estaba involucrado, por lo que se tuvo que exiliarse a Portugal. El 13 de noviembre de 1932, tuvieron una niña a la que bautizaron con el nombre de Mercedes.
Onésimo Redondo regresó a España en octubre de 1933, siendo arrestado pero puesto en libertad a los pocos días. Onésimo y Ramiro, ante la debilidad de las JONS se fusionaron con la Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera. La Falange Española de las JONS se presentó en Valladolid el 4 de marzo de 1934. Poco antes de la medianoche del 3 de marzo, Mercedes dio a luz a su segunda hija, a la que le impusieron el nombre de Pilar.
Por discrepancias entre Ramiro Ledesma y José Antonio, se rompió la coalición. En mayo de 1935, Mercedes dio a luz un hijo, al que pusieron de nombre Onésimo.
Al resultar victorioso el Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, fue ingresado en prisión el 19 de marzo. Ante la posibilidad de un ataque a la cárcel de Valladolid para liberarlo, lo trasladaron a Ávila. El 19 de julio de 1936, al iniciarse el alzamiento, fue liberado, regresando a Valladolid.
El asesinato de Onésimo Redondo
El 24 de julio perdió la vida, al ser objeto de una emboscada por una columna mandada por el coronel rojo Julio Mangada, en el pueblo de Labajos (Segovia), cuando se dirigía a combatir con los Nacionales en el Alto de los Leones en la Sierra de Guadarrama. Al recibir Mercedes la noticia por el general Saliquet, se desmayó y poco después abortó el hijo que llevaba en su seno.
Para superar su amargura y tristeza, se volcó a la actividad política. Dejó sus tres hijos al cargo de una niñera, y se instaló en la Academia de Caballería, donde la Falange de Valladolid tenía su cuartel general. Se encargó de recoger y distribuir jerséis, mantas y ropa de abrigo para las tropas nacionales que luchaban en el frente. El hermano mayor de Onésimo, Andrés Redondo nombró a su cuñada jefe de la Sección Femenina de Valladolid.
Mercedes consciente de las lamentables situaciones de muchas madres que se habían quedado viudas por las muertes de sus maridos en el frente o por las represiones en la retaguardia, decidió volcarse en la beneficencia. Lo habló con Javier Martínez de Bedoya, abogado y amigo de Onésimo. El proyecto que le presentó Mercedes le hizo recordar la temporada que pasó, como estudiante, en Heidelberg, donde había quedado muy impresionado por la organización nazi Winterhilfe (Auxilio de Invierno).
Mercedes Sanz comienza su labor benéfica
Para poder fundar la organización de beneficencia para atender las necesidades de pobres y desamparados, Mercedes se movió para obtener préstamos y créditos. Una vez recaudado el dinero, Mercedes y Javier se pusieron a trabajar con todas sus fuerzas. Encargaron insignias, huchas para cuestaciones, uniformes para el personal de los comedores, etc. Encontraron voluntarios para trabajar en los comedores y el 28 de octubre de 1936 hicieron la primera cuestación por las calles de Valladolid, recaudando 46.000 pesetas. Abrieron el primer comedor para cien huérfanos en la calle Angustias de la ciudad vallisoletana. Posteriormente se inauguraron nuevos comedores en la capital y en pueblos de la provincia. Hacia mediados de noviembre se llevó a cabo la segunda cuestación, dando a los que colaboraban una insignia de metal con el águila imperial sujetando con sus garras la palabra ‘Pan’. Además de los comedores, organizaron orfanatos y programas de alfabetización. Más adelante prestaron servicios de lavandería y ayuda médica para las tropas Nacionales que luchaban en el frente.
Mercedes y Javier se desplazaron a Sevilla para tener un encuentro con Pilar Primo de Rivera, la cual había logrado escapar de Madrid pasándose a la zona nacional. La visita era para explicar el funcionamiento del Auxilio de Invierno y de paso pedir la colaboración de la Sección Femenina para poder ir ampliándolo a toda España.
Se cambió el nombre de Auxilio de Invierno por el más adecuado de Auxilio Social, y al cabo de un año de su creación, contaban con 711 comedores y 158 cocinas de hermandad en la zona nacional. En el año 1939 el número de comedores se elevaba a 2.487 y 1.561 cocinas de hermandad, con 3.000 centros que albergaban comedores de caridad, maternidad, asistencia infantil y almacenes de ropa para los desamparados.
Problemas entre Pilar Primo de Rivera y Mercedes Sanz Bachiller
A finales de noviembre de 1936, Pilar Primo de Rivera estableció el cuartel general nacional de la Sección Femenina en Salamanca, con la vista puesta en asegurar su autoridad sobre Mercedes a la que consideraba una rival. Algo veladamente lo explica en su libro Recuerdos de una vida (Ediciones Dyrsa. 1983).
«Nada más llegar a Salamanca empecé a organizar la Sección Femenina. Como Dora Maqueda estaba aún en zona roja, nombré secretaria nacional provisional a Marichu de la Mora.
Por aquel entonces estaba en Valladolid Mercedes Sanz Bachiller, viuda de Onésimo Redondo, mujer dotada de muy buenas cualidades y, muy segura de sí misma, empezó en cierto modo a agrupar a la Sección Femenina. Tenía la facilidad de haber estado siempre en la zona nacional, lo que le había permitido organizar la de Valladolid e influir en otras provincias limítrofes. Al llegar yo a Salamanca, me encontré con ese problema que se crea a veces en períodos de crisis, y que no siempre es efecto de mala voluntad, sino de deseos de servir. Por otro lado, en un viaje que Mercedes hizo a Alemania había estudiado allí la organización del partido nazi y algunas de sus facetas, entre éstas el “Auxilio de Invierno”, que se llamó después “Auxilio Social”, y lo estableció en la España liberada. Fue, sin duda, el “Auxilio Social” una gran obra que vino a resolver muchos problemas en la retaguardia nacional. Más tarde creó también el Servicio Social de la Mujer, que obligaba a todas las mujeres a dar seis meses de servicio a España en comedores, hospitales, oficinas, etc. Una especie de “servicio militar” femenino, con algunas excepciones. Este servicio debía cumplirse entre los 17 y los 35 años. Estas dos organizaciones estaban, naturalmente, nutridas por mujeres, de manera que si no dependían de la Sección Femenina ésta tenía, en cambio, y controlaba las mujeres de que se nutría, y, por tanto, gran parte de la Sección Femenina se convertía por el momento en sólo un fichero con el que proporcionar camaradas a Auxilio Social y al Servicio Social; ya que, por otro lado, Frentes y Hospitales que agrupaba igualmente mujeres dependía también de una delegación aparte, dirigida por María Rosa Urraca Pastor, valiosa persona perteneciente a la Comunión Tradicionalista.
Todo esto suponía dificultades para la Sección Femenina, y había que usar de mucha diplomacia, pero, al mismo tiempo, de una tenacidad insobornable para poner las cosas en su sitio y devolver a cada cual su contenido»
Hay que reconocer que Pilar Primo de Rivera tenía razón al temer la influencia de Mercedes Sanz Bachiller, ya que ésta se oponía a la misma esencia de la Sección Femenina tal como la interpretaba Pilar, amén de que Mercedes había reclutado a muchos mandos para trabajar en el “Auxilio de Invierno”.
Pilar dio el primer paso en esa lucha por el poder al anunciar, en el primer Consejo Nacional de la Sección Femenina que tuvo lugar en Salamanca y Valladolid entre el 6 y el 9 de enero de 1937, la incorporación oficial del “Auxilio de Invierno” a la Falange, dejando a Mercedes como jefe provincial de Sección Femenina y delegada provincial de “Auxilio de Invierno”.
Pilar quiso unificar e imponer su autoridad sobre las tres principales organizaciones femeninas. Las dos organizaciones con las que tuvo mayores dificultades fueron con el “Auxilio de Invierno”, por su identificación con las JONS y con Hedilla, y con la de “Frentes y Hospitales”, dirigida por María Rosa Urraca Pastor, por sus orígenes carlistas y patricios y sus vínculos monárquicos.
Al darse cuenta Mercedes y Javier que Pilar Primo de Rivera se había debilitado ante los ojos de Franco, se pusieron en contacto con el capitán Ladislao López Bassas, el nuevo secretario de la FET y de las JONS, para proponerle que se cambiase el nombre de “Auxilio de Invierno” por el de “Auxilio Social” y que la organización no dependiera de la Sección Femenina, sino que fuera una entidad aparte dentro del nuevo partido único. Les concertó una entrevista con Ramón Serrano Suñer, el cual los recibió en el cuartel general del Generalísimo Franco en el Palacio Episcopal de Salamanca, comprometiéndose a transmitir su petición al Caudillo. Una vez convencido Franco, el cambio de nombre se llevó a cabo el 24 de mayo de 1937, junto con un traspaso de poder masivo a Mercedes Sanz Bachiller. El documento que López Bassa escribió a Mercedes, decía así: «En nombre del Caudillo, y a propuesta de la Delegad