“Nuestro compromiso con la descarbonización plantea una transición energética rentable (…) y en iniciativas bajas en carbono” - ANESE

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“Nuestro compromiso con la descarbonización plantea una transición energética rentable (…) y en iniciativas bajas en carbono”

Este mes, desde el departamento de comunicación de ANESE, hablamos con Clara Rey, directora de sostenibilidad de Repsol.

  • Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid, Clara ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el Negocio Químico de Repsol. Durante más de 30 años ha ocupado diversos cargos en la compañía hasta que en septiembre de 2022 pasó a su posición actual como responsable de la Dirección de Sostenibilidad en Repsol.
  • Durante esta conversación, Clara Rey ha comentado la importancia de la ruta de descarbonización definida por Repsol y las principales palancas que la componen, destacando la transformación de las refinerías en hubs multienergéticos, y el incremento de la producción de energía eléctrica renovable.
  • También ha querido subrayar el esfuerzo del sector en la mejora de la eficiencia energética, con especial mención para los Certificados de Ahorro Energético (CAE). “Consideramos que este esfuerzo debería ponerse de manifiesto en la generación de CAE dado que redunda en una planificación energética más eficiente, poniendo el foco en el balance energético del país y no solo en su consumo de energía final”.

La UE ha presentado una ambiciosa hoja de ruta para transformar su economía en una que sea sostenible, competitiva y eficiente en el uso de recursos, con el objetivo final de lograr la neutralidad climática en 2050. Por ello, es fundamental replantear el sistema energético vigente, hacia uno descentralizado, descarbonizado, digitalizado y democratizado. ¿Qué acciones están desarrollando desde REPSOL para acompañar la necesaria transición energética?

La ruta de descarbonización de Repsol cuenta cuatro palancas de apoyo: reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en nuestros activos actuales; transformación de las refinerías en hubs multienergéticos; incrementar la producción de energía eléctrica renovable; y desarrollar actividades de captura, uso y almacenamiento de CO2.

En febrero de este año, Repsol ha presentado una actualización estratégica para el periodo 2024 – 2027 en la que mantenemos nuestro compromiso con la transición energética, apostando por satisfacer las necesidades de nuestros clientes con una oferta de energía y productos competitivos y cada vez más sostenibles, que a la vez nos den la oportunidad de crear valor, y ser una compañía rentable.

Una de las palancas de la estrategia de descarbonización de la compañía es la evolución de nuestras refinerías y complejos industriales hacia su conversión en polos multienergéticos que, a la vez que garantizan el suministro energético, desarrollen productos de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano. Además, esto supone apoyar el mantenimiento de más de 6.500 puestos de trabajo directos y la defensa del tejido industrial y el desarrollo económico de las zonas en las que operamos.

En este sentido, en abril de este año ha comenzado la producción a gran escala de combustibles renovables en Cartagena. La nueva planta tiene capacidad para fabricar 250.000 toneladas al año de combustibles renovables que pueden utilizarse en aviones, barcos, autobuses, camiones o coches, que se fabrican a partir de residuos orgánicos como aceites de cocina usados y que permitirán evitar la emisión de 900.000 toneladas de CO2 anuales, equivalentes a poner en las carreteras 400.000 vehículos eléctricos, que equivale al actual parque de coches enchufables en España. La ambición que refleja el Plan Estratégico es la producción de entre 1,5 y 1,7 Mt/año de estos combustibles en 2027.

En octubre de 2023, anunciamos el inicio de la producción de hidrógeno renovable en el centro industrial de Petronor, que cuenta con capacidad para generar 350 toneladas anuales de hidrógeno renovable para uso industrial principalmente en la refinería como materia prima para fabricar productos con menor huella de carbono. El plan es contar con entre 0,5 y 0,7 GWe de hidrógeno en 2027.

Recientemente hemos entrado en la producción de biometano con la adquisición del 40% de Genia Bioenergy, lo que permitirá crear una plataforma de crecimiento en la industria emergente de gas renovable, considerado estratégico por la Unión Europea. Esta operación incluye el desarrollo de 19 plantas de biometano, con una capacidad total de 1,5TWh al año, que generarán gas renovable mediante el aprovechamiento de residuos agrícolas y ganaderos en España y Portugal. Es el primer paso camino a nuestra meta en 2027 de disponer de entre 1,3 y 1,5 TWh de biometano.

Otro de los pilares para la transición energética de la compañía es la generación renovable de electricidad. Nuestro negocio de Generación Baja en Carbono cuenta con más de 2.800 MW instalados en España, Estados Unidos, Chile, Italia y Portugal y una cartera de proyectos de 60.000 MW. El objetivo es contar con 9-10 GW instalados en 2027.

Por último, es importante destacar que, poniendo foco en la transición energética de nuestros clientes ya suministramos combustible 100% renovable en 150 estaciones de servicio de España y Portugal, que extenderemos a 600 ubicaciones a finales de 2024. Adicionalmente, el objetivo del negocio es reforzar el liderazgo en la movilidad eléctrica, la eficiencia energética y la generación distribuida.

“La mejora de nuestro desempeño se sustenta en el despliegue de la hoja de ruta de descarbonización impulsada por nuestra ambición de ser una compañía de emisiones netas cero para 2050”

Según Repsol, ¿cuáles son los factores clave de una buena estrategia de sostenibilidad? ¿Hasta qué punto su compañía se encuentra embebida en esa estrategia y comprometida con la descarbonización?

Cuando hablamos de los factores clave en la estrategia de sostenibilidad de una empresa debemos tener en cuenta tres criterios: el económico, el ambiental y el social.

En cuanto al criterio económico, anteriormente ya he descrito algunas de las principales líneas estratégicas de nuestra hoja de ruta para los años 2024 – 2027, en las que queda reflejado nuestro compromiso con la descarbonización, a la vez que plantea una transición energética rentable con inversiones en el actual portafolio integrado de activos de calidad y en iniciativas bajas en carbono, una atractiva retribución al accionista y el mantenimiento de la fortaleza financiera.

Respecto al criterio ambiental. La mejora de nuestro desempeño se sustenta en el despliegue de la hoja de ruta de descarbonización impulsada por nuestra ambición de ser una compañía de emisiones netas cero para 2050, para lo cual hemos establecido unos ambiciosos objetivos intermedios, que implican una reducción en la intensidad emisiones de CO2 respecto a 2016 del 15% en 2025, del 28% en 2030 y del 55% en 2040.

Somos conscientes de la importancia de la gestión eficiente de un recurso tan preciado como es el agua, por ello nos hemos propuesto minimizar el consumo de agua dulce en nuestras instalaciones industriales. Hemos definido una hoja de ruta de reducción en el consumo de agua fresca con el objetivo de tener consumo neto cero en 2050.

De acuerdo con nuestro compromiso con la transparencia y con el seguimiento de las mejores prácticas de reporte medioambiental, nos hemos convertido en uno de los primeros en adoptar el marco TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures) para dar prioridad al capital natural como cuestión central y estratégica de la gestión de riesgos.

Por último, pero no por ello menos importante, está el aspecto social. Para Repsol, la transición energética debe lograrse con soluciones que aporten un impacto social y económico positivos en los trabajadores, las comunidades locales y la sociedad en general, basados siempre en el respeto de los derechos humanos y con especial atención a los colectivos más vulnerables. Además, la compañía incorpora formalmente la diligencia debida en materia de derechos humanos en sus proyectos, colaborando con las comunidades locales y los grupos de interés para producir un impacto social positivo en el ámbito de nuestras operaciones. Una muestra de esta implicación es que obtuvimos la mejor calificación en 2023, entre las mayores 110 empresas del mundo evaluadas del sector extractivo y textil, en el ranking elaborado por CHRB (Corporate Human Rights Benchmark).

¿Considera que hablar de neutralidad climática es hablar de descarbonización?

La neutralidad climática y la descarbonización están relacionadas, pero no son exactamente lo mismo. La neutralidad climática se refiere al equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) liberadas a la atmósfera y las emisiones eliminadas o compensadas. Para lograr la neutralidad climática, se deben reducir las emisiones netas a cero. Esto puede lograrse mediante la adopción de tecnologías de bajas emisiones de carbono, la reforestación, la captura y almacenamiento de carbono, entre otras medidas.

La descarbonización es un proceso específico para reducir o eliminar las emisiones de carbono. Implica la transición de fuentes de energía basadas en combustibles fósiles hacia fuentes de energía de origen renovable. La descarbonización por tanto es un componente clave para lograr la neutralidad climática.

En resumen, la descarbonización es una estrategia para alcanzar la neutralidad climática, pero la neutralidad climática abarca un enfoque más amplio que incluye otras acciones además de la descarbonización.

Con base en vuestra experiencia, ¿cuáles son las motivaciones y beneficios que persiguen las empresas a la hora de apostar por su descarbonización? ¿Qué mecanismos (actuales o futuros) son más indicados para impulsar la descarbonización de las empresas?

La descarbonización de la economía es uno de los mayores retos de

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