Escrito por: Carmen Navarro
Una correcta exfoliación es la clave para renovar tu piel y conseguir que luzca sana y descansada, llena de luz en definitiva. También es la mejor manera de prepararnos para cualquier cambio de estación. Desprendernos de las toxinas acumuladas y de las células muertas es primordial para que nuestra piel respire y se oxigene y para que luzca espléndida en la vuelta a la rutina.
Sus beneficios son múltiples: retirar las células muertas, eliminar impurezas, limpiar y reducir el tamaño del poro, luchar contra las manchas y pequeñas arrugas y combatir los efectos de la contaminación ambiental, estimular la microcirculación sanguínea que potencia el mejor funcionamiento de las células epidérmicas… Y, por supuesto, no podemos olvidar que cualquier producto activo que apliquemos a continuación, penetrará mejor, obteniendo una piel más luminosa, joven, hidratada y nutrida. Y no solo a nivel facial, también a nivel corporal.
Además recuerda que, aunque el otoño es el momento perfecto para exfoliar porque, durante el verano, nuestra piel ha sufrido los efectos de la exposición solar, nuestra piel necesita cuidados en cualquier estación.
¿Qué conseguimos con una buena exfoliación?
- Recuperar la elasticidad, suavidad y luminosidad de nuestra piel.
- Es un antiaging magnífico y la mejor manera de que los cosméticos y los principios activos que apliquemos posteriormente penetren a la perfección. Aplicar, por ejemplo, un anticelulítico o un cosmético para reducir estrías, sin haber hecho una exfoliación previa no tendría sentido.
- Matizar, unificar y eliminar manchas.
- Activar la circulación consiguiendo reactivar la epidermis,
- Facilitar el proceso de formación de nuevas células.
- Regenerar y oxigenar, permitiendo que nuestra piel respire sin ninguna obstrucción.
- Aumentamos la producción de colágeno y reducimos las arrugas de expresión. (especialmente con exfoliantes con hidroxiácidos o ácidos cosméticos). Uno de los mejores exfoliantes para la cara es Gentle Scrub de Maria Galland. Se trata de un peeling que elimina las células muertas de manera eficaz y al mismo tiempo con máxima suavidad. Favorece la prolongación de la acción de los productos cosméticos que se van a aplicar posteriormente. El exfoliante perfecto para quienes aprecian una exfoliación eficaz de la piel sin partículas abrasivas.
Qué hacer en casa para exfoliar tu piel a nivel facial
Lo primero a tener en cuenta es el tipo de piel. La frecuencia vendrá marcada por ello. Tan malo es no exfoliar como hacerlo en exceso. En casa bastará con seguir una rutina que se adapte a tu piel. Si tienes la piel sensible debes recurrir a un exfoliante suave con base enzimática que se encargue de aclarar visiblemente la piel y revele una tez clara y radiante. Los hay formulados con enzimas integradas en una textura de cera que provocan un suave efecto queratolítico.
También contamos con productos como Osmoclean que nos ayudan a limpiar la piel en profundidad. Se trata de un exfoliante que desincrusta las impurezas acumuladas. Actúa como un potente imán de la suciedad de la piel absorbiendo las sustancias grasas, el resto del maquillaje, el exceso de sebo, las partículas de contaminación y el polvo. Estas sustancias suelen acumularse sobre todo en las zonas ricas en glándulas sebáceas, forman una película oclusiva invisible sobre la piel y obstruyen los poros.
Si tienes la piel sensible, muchas veces se cae en el falso mito de que no puedes hacerse un peeling porque incrementará su sensibilidad e irritación. Sin embargo debes saber que existen peeling adecuados a sus singularidades, como los peeling enzimáticos preparados para ese tipo de piel. Se encargan de aclarar visiblemente la piel y revelar una tez clara y radiante. Es perfecto quienes prefieren una exfoliación eficaz sin partículas. Están formulados con enzimas integradas en una textura de cera que provocan un suave efecto queratolítico.
Tampoco olvides que durante tu proceso de limpieza facial puedes incorporar productos que te ayuden a exfoliar de manera diaria y paulatina, manteniendo la piel en buen estado. Es el caso de nuestro tónico queratolítico, que también actúa como exfoliante para la cara. Oxigena y renueva la superficie de la piel evitando la acumulación de suciedad, grasa e impurezas haciendo que la piel sea más uniforme. Ablanda la obstrucción de la queratina en los comedones. Y la ligera exfoliación que produce, favorece la eficacia del cosmético que se emplea a continuación, aumentando la absorción de principios activos.
¿Cada cuánto tiempo debo realizar una exfoliación facial?
En cuanto a la frecuencia, lo primero que debemos determinar es el tipo de piel a tratar y lo que estamos buscando. Si hablamos de un peeling mecánico puede repetirse cada 2-4 semanas, incluso en algunos casos una vez a la semana. Depende del tipo de piel como bien sabemos. Una piel grasa lo admite 1 ó 2 veces a la semana, una piel sensible cada quince días..
En el caso de un peeling químico hay que evaluar la piel y tener claro el objetivo que buscamos. Cuando es algo como mejorar tono y aportar luz pueden realizarse sesiones quincenales. Si es más profundo hablamos de sesiones anuales, incluso cada 18 meses.
Exfoliantes faciales por los que apostar en el centro de belleza
En cabina, durante los tratamientos empleamos diferentes tipos de ácidos según el tipo de piel: kójico para las manchas, láctico para las sensibles, salicílico para las gruesas y con poro dilatado, y mandélico para las más envejecidas.
A nivel profesional en cabina recomendamos recurrir a protocolos que combinen limpieza profesional y peeling. Es el caso de HYDRALIFT, método de hydrodermoabrasión que incluye limpieza, peeling, hidratación y rejuvenecimiento. Permite una limpieza en profundidad, liberando el estrato córneo, permitiendo la penetración de principios activos y una potente acción anti-edad con resultados excepcionales. Perfecto para cuando la higiene estándar no llega a alcanzar sus objetivos, ideal después del verano. Gracias al Hydropeeling de doble acción con Ácidos Secuenciales (Ácido Mandélico para un eliminar las impurezas, Ácido Salicílico para tratar pieles más engrosadas y Ácido Hialurónico para una hidratación profunda), permite una limpieza profundidad de la piel del rostro y una hidratación de larga duración, restaurando la piel desde el interior.
Es un tratamiento apto para todo tipo de pieles, de efecto inmediato e indoloro. Conseguimos una piel limpia y luminosa y un efecto antiaging cargado de luminosidad. Además, trata la hiperpigmentación y las manchas de la edad, así como el melasma. Un protocolo que va además de exfoliar consigue dar a tu piel la vitalidad que estabas echando de menos.
Exfoliación corporal, un básico antes de cualquier otro tratamiento
Los exfoliantes son un magnífico aliado de belleza cuando se trata de reparar los daños sufridos en la piel, por ejemplo, después del verano. Nos ayudan a eliminar las células muertas, oxigenarla, mejorar su circulación,… afinan la piel y tienen un efecto detox intensivo. A nivel corporal son ideales para las pieles más secas por ejemplo, los que contienen sal. Magia pura en talones agrietados ya que nos ayudan a mantener la hidratación y eliminar la sensación de tirantez y sequedad. Hay infinidad de exfoliantes que contienen un tipo de sal según el objetivo que estemos buscando y que se combinan con aceites que aportan un plus como los que son ricos en Vitamina E y nos aportan una protección extra a la piel, mejorando su textura.
Las sales más utilizadas en cosmética, para realizar una exfoliación corporal profesional, proceden del mar o surgen en la montaña, conocidas como sal de roca (una de las más habituales, la sal del Himalaya).
Los exfoliantes basados en sal marina poseen un alto contenido en minerales que no solo nos ayudan a eliminar células muertas, también absorben las toxinas e impurezas, y suavizan, dándole un aspecto vital inmediato a la piel, mejorando su tono. El calcio que contiene se encarga, además, de limpiar los poros y oxigenar la piel ayudándonos también a restaurar los tejidos y, como cualquier peeling, retrasando el envejecimiento. Tampoco debemos olvidar que mejoran la circulación sanguínea y la sensación de bienestar.
Si nos ponemos más puristas, hay incluso diferencias según su lugar de procedencia. Por ejemplo: la sal del mar muerto está comprobado que alivia problemas dermatológicos e incrementa la capacidad de hidratación de la piel, mejorando su elasticidad y la renovación celular.
La sal rosa del Himalaya, además de la función exfoliante y regeneradora que comparte con el resto de sales, calma y constituye una fuente muy importante de electrolitos y oligoelementos, claves para las funciones vitales del cuerpo y que favorecen el proceso de regeneración celular.
Otra sal procedente de la tierra que está encontrando su hueco en el mundo de las cosmética es la sal de Empson, de sulfato de magnesio, que se obtiene en yacimientos subterráneos y contienen propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Exfoliantes de cara y exfoliantes de cuerpo no son lo mismo
Hay exfoliantes específicos para cara y para cuerpo. No podemos olvidar que la piel del cuerpo es más gruesa que la de la cara, el granulado y la composición son distintas. Además, la piel del rostro está más expuesta a los factores medioambientales, posee más glándulas sebáceas, y requiere, por tanto de cuidados específicos en los que también influye, por supuesto, el tipo de granulado cuando trabajamos con peelings cuyo componente principal es la sal. Tampoco podemos olvidar que, a nivel corporal, algunas zonas como los pies o los codos, exigen una exfoliación más exhaustiva en la que encajan a la perfección los exfoliantes que contienen granulado más grueso.
Por ejemplo, en pieles secas a nivel corporal, nos ayudan a mantener la hidratación y eliminar la sensación de tirantez y sequedad. Hay infinidad de exfoliantes que contienen un tipo de sal según el objetivo que estemos buscando y que se combinan con aceites que aportan un plus como los que son ricos en Vitamina E y que nos aportan una protección extra a la piel.
Exfoliante casero, otra opción
Aunque siempre recomiendo optar por soluciones profesionales, si no la tienes a mano, es muy sencillo preparar un exfoliante casero. Te aconsejo que aproveches la hora del baño para reiniciar, estimular y activar la microcirculación con un scrub que te ayude a desprenderte de las células adheridas a la superficie y facilitar su regeneración. Prepararlo es muy sencillo. Solo tienes que mezclar unas gotas de aceite de coco, almendras o jojoba con sal marina. Aumentarás sus beneficios si lo aplicas con un guante de crin o silicona, trabajando con movimientos circulares de rotación haciendo hincapié en las zonas en las que se acumula la queratina como codos, rodillas… Además de eliminar toxinas y células muertas estarás combatiendo la piel de naranja y la retención de líquidos. Finaliza siempre con una crema hidratante y nutritiva que renueve y equilibre tu piel.
Zonas que requieren una exfoliación especial
- Exfoliar los pies, codos, talones y rodillas requiere un mimo especial. Se trata de zonas especialmente secas que necesitan una ayuda extra. Una receta que no falla para estas zonas consiste en mezclar sal gorda yodada con unas gotas de aceite de almendras o argán y dos o tres de aceite de lavanda o rosa mosqueta. Mejor si, además, antes de irte a dormir te aplicas un masaje con unas gotas de aceite esencial de limón, naranja y lavanda en tobillos y piernas, brazos y codos; dará resultados además de proporcionarte una relajación absoluta.
- Exfoliar labios. La piel de los labios necesita de unos cuidados extra. Y aunque su capacidad de regeneración es 4 veces mayor que la del resto de la piel nos olvidamos de su intensa actividad diaria. Por eso es aconsejable hacer un peeling labial, limpiarlos suavemente con un cepillo extrasuave, y hacer un masaje que mejora la circulación y provoca un sutil aumento en su volumen. Arrastrarás las células muertas y contribuirás a alisar las arruguitas. Utiliza hidratantes de cacao con aceite de oliva o papaya, todo un aporte rico en vitamina A y C y un magnífico antioxidante gracias a la papaína. Si además, una vez a la semana, reforzamos esta rutina con parches de colágeno, veremos cómo nuestros labios recuperan la jugosidad y el color natural que habían perdido.
El primer paso al bienestar es el diagnóstico
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