Farmamundi pone en marcha una nueva actuación para apoyar a las familias afectadas por la DANA. La ONG ha entregado ayudas directas a mujeres en situación de vulnerabilidad a las que asisten la Red Aminata y la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y de los Cuidados (AIPHyC), con las que la ONG sanitaria trabaja en varios proyectos de educación.
La ayuda inicial, de 20.000 euros en total, se ha facilitado a familias principalmente monoparentales, encabezadas por madres solas con menores a cargo, muchas en situación administrativa irregular, desempleadas y sin redes de apoyo. Por una parte, son mujeres que pertenecen al programa de erradicación de la mutilación genital femenina que lleva a cabo la Red Aminata en Valencia, y por otra, trabajadoras del hogar y los cuidados a las que la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y de los Cuidados (AIPHyC) ofrece formación, asesoramiento, apoyo psicosocial, orientación laboral y de extranjería.
Se trata de colectivos vulnerables cuya situación, ya de antemano precaria, las expone más si cabe a las consecuencias de esta crisis, tanto a nivel sanitario como económico. “Son mujeres migrantes que en su mayoría no tienen documentación en regla, y debido a la Ley de Extranjería, no pueden recibir ayudas directas de las entidades públicas. Muchas perdieron sus trabajos y tienen gastos pendientes a los que no pueden hacer frente por falta de ingresos”, explica la dinamizadora comunitaria en Farmamundi e integrante de AIPHyC, Marsela Bahamón.
Ayudas directas para necesidades urgentes
Desde el inicio de la DANA, un equipo de Farmamundi ha dedicado sus esfuerzos a identificar y evaluar la situación de las personas en riesgo de exclusión social a las que la ONG acompaña en Valencia para el ejercicio de sus derechos, como es el acceso y asistencia integral en el sistema socio-sanitario.
Una de las receptoras de la ayuda es Humu Issah, vecina de Alfafar y madre de tres hijos, y que está dentro del programa de Red Aminata. El agua arrasó la empresa en la que trabajaba, y logró sobrevivir pasando toda la noche con otras personas en el techo de una nave cercana. Ha perdido su coche y todo lo que guardaban en el trastero de su casa, entre otras cosas, la ropa de invierno, calefactores y mantas. “He firmado un ERTE, pero no sé qué día me van a pagar. Mi jefe dice que cuenta conmigo cuando se recuperen. Ayuda de comida hemos recibido un montón, pero ayuda de dinero, de alquiler, agua y luz fue Farmamundi quien nos ha dado”. Además de pagar las facturas pendientes, la ayuda directa ha servido para comprar unas gafas nuevas a su hijo pequeño, que las olvidó esa tarde en su colegio, también devastado.
Gracias al trabajo de acción social que Farmamundi llevaba a cabo previo a la DANA, estas mujeres ya recibían seguimiento, según apunta Bahamón: “Ahora, esta ayuda les ha servido, entre otras cosas, para conseguir una habitación donde vivir, pagar facturas, comprar alimentos frescos, material infantil o ropa. Pero cada una tiene sus necesidades, y no por el hecho de ser migrantes todas tienen la misma realidad. Con esta acción queremos apoyarles para que cada una pueda solventar sus necesidades básicas y las de sus familias”, concluye.