Qué es acoso laboral
Para tener claro qué es el acoso laboral será importante que queden bien definidos algunos conceptos que se consideran primordiales en este aspecto.
La violencia, según la Organización Internacional de Trabajo, es cualquier comportamiento agresivo o insultante que cause daño físico o psicológico, ya sea intencional o accidental. En el ámbito laboral, la violencia en el trabajo puede manifestarse en conductas físicas o psicológicas entre trabajadores, entre empleados, entre superiores y subordinados, o entre empleados y clientes.
La violencia física incluye agresiones físicas en el lugar de trabajo, mientras que la violencia psicológica se refiere a conductas que afectan el bienestar emocional, como el acoso discriminatorio, laboral (mobbing) o sexual.
Dentro de las conductas de violencia psicológica cabe destacar:
- El acoso discriminatorio implica conductas no deseadas basadas en raza, religión, discapacidad, edad u orientación sexual, que atentan contra la dignidad de la persona.
- El acoso laboral (mobbing) es una agresión psicológica constante dirigida hacia una persona por otra en una posición de poder.
- El acoso sexual abarca cualquier comportamiento sexual no deseado que degrade o humille a una persona, y se considera una forma de discriminación por género.
Impacto en el entorno laboral
El impacto de la violencia en el entorno laboral está respaldado por una serie de normativas legales que buscan garantizar la protección de los trabajadores frente a situaciones que puedan comprometer su bienestar físico y psicológico. La legislación española ha establecido medidas específicas para abordar estos problemas y promover un entorno laboral seguro e igualitario. A continuación, veremos algunos ejemplos.
El artículo 173.1 del Código Penal tipifica la discriminación y la violencia en el ámbito laboral, estableciendo penas para quienes cometan actos de violencia, discriminación o acoso en el trabajo. Además, el artículo 14 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, subraya el derecho de los trabajadores a recibir una protección eficaz en materia de seguridad y salud, obligando a los empleadores a garantizar la seguridad y la salud de sus empleados en todos los aspectos relacionados con el trabajo. Esto incluye la obligación de implementar medidas para prevenir la violencia física y psicológica, así como la discriminación.
Por otro lado, la Ley 4/2023, para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos de las Personas LGTBI, busca erradicar la discriminación por identidad de género y orientación sexual, garantizando que todas las personas puedan disfrutar de un entorno laboral libre de acoso y discriminación por razón de su identidad o expresión de género. Esta ley representa un paso importante para asegurar la igualdad real en el ámbito laboral, promoviendo un ambiente inclusivo y respetuoso para todos los trabajadores, independientemente de su orientación o identidad sexual.
En definitiva, la legislación española proporciona un marco específico para prevenir y abordar la violencia y la discriminación en el trabajo, asegurando la protección de los derechos de los trabajadores y la creación de un entorno laboral seguro, saludable e igualitario.
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Comportamientos comunes de acoso
El acoso laboral se manifiesta a través de diferentes comportamientos negativos hacia una persona en su lugar de trabajo. Entre los comportamientos más comunes se incluyen insultos, humillaciones públicas, amenazas, descalificaciones constantes o críticas destructivas, la difusión de rumores malintencionados, etc. También pueden presentarse actitudes de exclusión social, como ignorar o aislar a la víctima, negarles oportunidades de trabajo o el acceso a recursos importantes, y realizar comentarios ofensivos sobre su rendimiento o características personales.
El acoso puede ser tanto físico como psicológico, y en algunos casos, la víctima puede ser objeto de contacto físico no deseado o intimidación por parte de sus acosadores.
Señales en los empleados
Las víctimas de acoso laboral pueden mostrar diversas señales físicas, emocionales y psicológicas que indican que están siendo objeto de un trato inapropiado. En el plano físico, pueden manifestarse síntomas como estrés, ansiedad, dolores de cabeza, trastornos del sueño o incluso pérdida de apetito. A nivel emocional y psicológico, los empleados acosados suelen experimentar una disminución de la autoestima, ansiedad constante, depresión, y sensación de impotencia.
También es común que los empleados muestren signos de agotamiento extremo o falta de motivación, lo que puede reflejar un desgaste emocional asociado al entorno de trabajo hostil. En muchos casos, las víctimas de acoso laboral también pueden presentar un aumento en el ausentismo laboral, buscando evitar el lugar de trabajo por miedo a enfrentarse a sus acosadores.
Indicadores en el ambiente
El propio entorno laboral también puede mostrar señales claras de que existe un clima de acoso, aunque no siempre sean inmediatamente visibles. Un ambiente de trabajo tóxico puede caracterizarse por la falta de comunicación efectiva, la polarización entre grupos de trabajo, y la escasa colaboración entre los empleados. El liderazgo de la empresa puede ser ineficaz en la gestión de conflictos, lo que permite que comportamientos agresivos y discriminatorios prosperen sin intervención. Además, la falta de políticas claras de prevención de acoso laboral o la inadecuada implementación de las mismas contribuye a perpetuar situaciones de abuso.
En algunos casos, los trabajadores que presencian el acoso pueden sentirse desprotegidos o no respaldados por la dirección, lo que también puede indicar un ambiente laboral permisivo con el abuso. La presencia de quejas no resueltas, la ausencia de medidas disciplinarias y la falta de medidas de apoyo para las víctimas son también indicadores de un entorno en el que el acoso laboral es tolerado o minimizado.
Tipos de acoso laboral
Acoso vertical
Se refiere a las situaciones en las que el acoso ocurre entre una persona en una posición de autoridad (como un superior jerárquico o jefe) y un subordinado. Este tipo de acoso puede manifestarse tanto de manera ascendente (cuando un empleado acosa a su jefe) como descendente (cuando el superior acosa a los trabajadores).
El caso más común es el acoso descendente, el superior utiliza su poder o autoridad para intimidar, humillar, degradar o acosar psicológicamente a los empleados bajo su mando. Las conductas de acoso vertical suelen incluir comentarios despectivos, amenazas, abuso de poder, tareas humillantes o denigrantes y la imposición de expectativas poco realistas o inalcanzables. Este tipo de acoso puede tener un impacto devastador en la moral del empleado y generar un ambiente de trabajo tóxico y desequilibrado.
Acoso horizontal
Es el que ocurre entre compañeros del mismo nivel jerárquico dentro de la empresa. Este tipo de acoso se presenta cuando los empleados interactúan de manera negativa y agresiva entre sí, con comportamientos como burlas, insultos, rumores malintencionados o exclusión social.
El acoso horizontal puede ser igual de destructivo que el vertical, afectando la cohesión del equipo de trabajo, creando rivalidades innecesarias y destruyendo la confianza entre los empleados. A menudo, el acoso horizontal se basa en celos, competencia desleal o diferencias personales que se trasladan al ámbito profesional, lo que genera un ambiente laboral hostil e improductivo.
Acoso múltiple
El acoso múltiple implica que varias personas participen activamente en el acto de acosar a una única víctima. Este tipo de acoso es particularmente dañino porque el aislamiento social y emocional de la víctima se ve intensificado al involucrar a varias personas. Las conductas de acoso múltiple pueden incluir intimidaciones grupales, exclusión deliberada, difusión de rumores, comentarios crueles o incluso intimidación física por parte de un colectivo de compañeros de trabajo.
Este tipo de acoso es más difícil de detectar y gestionar, ya que no involucra a una sola persona, sino que se perpetúa por la acción conjunta de un grupo. Las víctimas de acoso múltiple experimentan niveles extremos de ansiedad, depresión y estrés, debido al sentimiento de estar indefensas ante la agresión colectiva. Además, el acoso múltiple crea un ambiente tóxico que puede fomentar una cultura de impunidad, donde los acosadores se sienten respaldados por la aprobación o indiferencia del grupo.
Consecuencias para los empleados
El acoso laboral tiene profundas repercusiones en la salud física, emocional y psicológica de los empleados que lo sufren. En términos físicos, las víctimas de acoso pueden experimentar estrés crónico, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, trastornos del sueño y fatiga constante. A nivel psicológico, el acoso puede causar ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos de ansiedad generalizada, y en algunos casos, incluso pensamientos suicidas. La moral de los empleados se ve afectada, lo que puede provocar, sin duda, una disminución en su rendimiento laboral.
Además, los empleados acosados suelen sentirse aislados, impotentes y desprotegidos, lo que puede afectar gravemente su bienestar emocional. A largo plazo, estos efectos pueden generar un desgaste emocional tan significativo que los trabajadores pierdan motivación y compromiso con sus tareas. En muchos casos, el acoso laboral puede llevar al ausentismo frecuente, lo que aumenta las tasas de baja laboral por enfermedad. También pueden verse afectadas las relaciones interpersonales de la víctima, quienes, debido a la desconfianza generada por el acoso, pueden aislarse del resto de sus compañeros.
Consecuencias para la empresa
El acoso laboral no solo afecta a los empleados, sino que también tiene consecuencias graves para la empresa. Primero, impacta negativamente en el ambiente laboral, generando un clima de desconfianza, miedo y tensión, lo que disminuye la productividad y la colaboración entre los equipos. Además, las empresas que no gestionan adecuadamente el acoso laboral corren el riesgo de perder talento, ya que los empleados insatisfechos pueden buscar empleo en otro lugar, lo que aumenta la rotación de personal y los costos asociados a la contratación y formación de nuevos empleados.
Además, el acoso laboral puede dañar la reputación de la empresa, tanto interna como externamente. Las denuncias de acoso o la exposición pública de casos de abuso pueden afectar la imagen de la empresa. A nivel legal, si la empresa no actúa para prevenir o resolver casos de acoso laboral, puede enfrentarse a demandas y sanciones económicas por parte de los empleados afectados o las autoridades laborales, lo que también genera costos adicionales y pone en riesgo la viabilidad financiera de la organización.
Para las empresas, no tomar medidas adecuadas para prevenir y erradicar el acoso laboral tendrá un impacto negativo en la cultura organizacional, afectando tanto el bienestar de los empleados como los resultados empresariales a largo plazo.
Cómo prevenir el acoso laboral en tu empresa
Creación de políticas claras
Para prevenir el acoso laboral, es fundamental que la empresa cuente con políticas claras que aborden de manera explícita la prevención de la violencia laboral. La firma de una Política de Prevención en materia de violencia laboral, por parte de la empresa y sus representantes, es el primer paso para garantizar un entorno seguro.
Esta política debe ser inclusiva, abarcando a todas las personas trabajadoras y estableciendo compromisos claros, tanto para los empresarios como para los empleados, de adoptar procedimientos eficaces para prevenir situaciones de violencia
Formación y sensibilización
Formar y sensibilizar a todos los miembros que forman parte de la empresa será clave para generar un cambio cultural dentro de la misma. Los empleados deben estar informados acerca de la Política de Prevención y sobre cómo identificar, abordar y denunciar situaciones de violencia laboral.
La empresa debe llevar a cabo programas de formación para todos los trabajadores, asegurando que comprendan el procedimiento para la prevención y actuación frente a los conflictos relacionados con la violencia laboral. Además, se deben ofrecer oportunidades para resolver dudas y garantizar que la información se comprende correctamente.
Fomentar las denuncias
Para prevenir y erradicar la violencia en el lugar de trabajo es necesario establecer procedimientos claros y confidenciales, donde los trabajadores se sientan seguros de informar sobre cualquier situación de acoso o violencia.
Un paso fundamental en este sentido es el nombramiento de un mediador que actúe de forma neutral e independiente, brindando soporte a las víctimas y gestionando las denuncias con absoluta discreción. Esta persona, designada de manera consensuada entre la empresa y la representación legal de los trabajadores, será la encargada de recibir las denuncias y tomar las medidas oportunas.
Supervisión del entorno laboral
Mediante una buena supervisión del entorno laboral podremos identificar posibles riesgos de violencia en el trabajo antes de que se conviertan en problemas graves. Esto incluye la evaluación continua de los riesgos psicosociales, la promoción de un ambiente cooperativo y la vigilancia de la salud específica de los trabajadores, centrada en detectar posibles alteraciones psíquicas.
Asimismo, la empresa debe realizar una revisión periódica de sus prácticas preventivas, recolectando datos y experiencias de los trabajadores para ajustar las medidas preventivas y garantizar que estén alineadas con las necesidades actuales.
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Conclusiones
En conclusión, el acoso laboral es un desafío que debe ser abordado con seriedad y responsabilidad. Con una planificación adecuada y un enfoque preventivo proactivo, la empresa podrá actuar de forma temprana ante cualquier indicio de violencia, minimizando el impacto y protegiendo el bienestar de sus empleados. La implementación de políticas claras, formación continua y mecanismos efectivos de denuncia son claves para detectarlo y prevenirlo. Al crear un entorno de trabajo seguro y respetuoso, no solo se favorece la salud de los trabajadores, sino que también se mejora el rendimiento y la cohesión dentro de la empresa.
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