El Día Mundial de la Eficiencia Energética tiene su origen en la primera conferencia internacional sobre eficiencia energética, celebrada el 5 de marzo de 1998 en Australia. En ella, se dieron cita destacados líderes y expertos de diversos países para reflexionar sobre la problemática del abuso de combustibles fósiles y la importancia de aprovechar alternativas energéticas.
Un día a través del cual se recuerda la importancia de hacer un uso responsable de la energía para construir un mundo más sostenible. Para ello, ya existen mecanismos que contribuyen a lograr este fin, como utilizar energías renovables, mejorar los procesos de obtención energética o utilizar productos menos contaminantes, entre otros.
En este contexto, los profesionales de la arquitectura técnica juegan un papel muy importante a la hora de garantizar que las nuevas edificaciones cumplen con los estándares ambientales y energéticos que acreditan su sostenibilidad.
Por ello, cada vez más, se potencia el apoyo a proyectos sostenibles a través de ayudas o subvenciones que financian intervenciones con las que se obtenga una mejora acreditada de la eficiencia energética de edificios y viviendas.
A esto se le suma, el sistema de Certificados de Ahorro de Energía, regulado por el Real Decreto 36/2023, de 24 de enero. Se trata de un documento, que tiene que realizar y firmar un técnico competente, que contiene información sobre las características energéticas y la calificación de eficiencia energética de un edificio existente o una parte de este. Una certificación que es obligatoria para toda vivienda que se alquile o se venda.
Esta nueva realidad ha generado nuevas oportunidades para los profesionales del colectivo de la arquitectura técnica, pero también nuevos escenarios de responsabilidad y nuevos riesgos a los que están expuestos y ante los cuales se deben proteger.
Así, a los encargos profesionales más tradicionales de los arquitectos técnicos se han incorporado nuevas actuaciones como obras para la mejora en la eficiencia energética o la propia gestión de las subvenciones. Todas estas actuaciones, que están fuera del ámbito de las tradicionales reclamaciones por defectos constructivos, generan un riesgo y un nuevo nicho de reclamaciones de daños y perjuicios que pueden darse en:
- El proyecto de rehabilitación en la dirección de obra o en la dirección de ejecución material de los trabajos, y que podrían conllevar la no obtención de la subvención, o no obtención de la eficiencia energética esperada por el cliente.
- En la propia gestión de la subvención o en la tramitación de los ahorros de energía.
- En la medida de la eficiencia energética que pueda detectar el verificador.
Sin embargo, es importante destacar que no todo error profesional da lugar a la existencia de responsabilidad, ni conlleva un perjuicio económico o de otro tipo, aunque se realice una reclamación al respecto. Por tanto, para minimizar este impacto es muy importante que el técnico cuente con una póliza de Responsabilidad Civil Profesional completa y con amplias coberturas y garantías que le permita defenderse y protegerse ante estas situaciones.
Por ello, Musaat, mutua especializada en seguros de Responsabilidad Civil y de construcción que lleva más de 40 años asegurando a la profesión, cuenta con una oferta seguradora, con coberturas muy competitivas, diseñada para respaldar al arquitecto técnico ante cualquier percance que se pueda producir y garantizarle su tranquilidad. Conoce todo lo que ofrece la Mutua aquí.