- El 71% de las empresas no ofrece formación en liderazgo a sus directivos y mandos intermedios, aumentando su rotación de personal.
Sólo el 29% de las empresas ofrece formación estructurada en liderazgo a sus directivos y mandos intermedios, según el informe Global Leadership Forecast. Esta carencia tiene un impacto directo en la retención de talento: las empresas que invierten en liderazgo fidelizan hasta tres veces más empleados que aquellas que no lo hacen. En un contexto donde el 54% de las compañías ha visto aumentar su rotación en el último año, la falta de líderes preparados es un factor determinante en la fuga de talento.
De este modo, y según este mismo estudio, el 54% de las empresas ha visto aumentar su rotación de empleados en el último año, y solo el 40% de los trabajadores considera que su empresa tiene líderes de calidad. En muchos casos, la falta de confianza en los superiores influye en la decisión de cambiar de empleo.
Y pese a todo esto, en gran parte de las empresas la tendencia sigue siendo apostar por píldoras formativas de uno o dos días.
«Las formaciones exprés en liderazgo generan inspiración momentánea, y, aunque en algunos casos puedan tener cierto sentido, pocas dejan huella en la empresa. En nuestra experiencia, vemos cómo sin seguimiento ni aplicación real, el aprendizaje se acaba diluyendo en semanas», señala Dani Pérez, fundador de TalentÁrea.
A medida que las empresas buscan consolidar un modelo de liderazgo estable, surge la necesidad de una formación que no solo impacte a nivel individual, sino que se integre en la cultura de la organización.
Los programas más estructurados, con módulos progresivos y herramientas de medición del impacto, ya están empezando a posicionarse como la alternativa más popular para garantizar un cambio real y duradero.
Hacia un modelo de formación con impacto real en las empresas
Ante este escenario, las compañías especialistas en formación para líderes ya empiezan a desarrollar modelos formativos diseñados para que sus resultados se vean en el largo plazo, impregnandose en el ADN de las compañías.
En un mercado laboral marcado por el aumento de la rotación, la formación en liderazgo se perfila como un elemento clave para la fidelización del talento. Con modelos estructurados y herramientas de medición, las empresas pueden evaluar su impacto y ajustar sus estrategias para fortalecer su liderazgo interno y mejorar la estabilidad de sus equipos.