El sector metalúrgico está experimentando un cambio de rumbo en lo que respecta a su fuerza laboral. Aunque los desafíos no han desaparecido, se percibe un renovado optimismo sobre la captación y fidelización del talento, especialmente entre los más jóvenes.
Este fue el tema central del nuevo episodio de Metal Empresarial, una iniciativa impulsada por AECIM (Asociación de Empresas del Metal de Madrid), que en esta ocasión contó con la participación de tres voces clave del sector: Lorenzo Jiménez, CEO de LISI; Ana del Hoyo, directora de Recursos Humanos en ORBIS; y José Luis Esquivias, de la Escuela Empresa Salesianos de Atocha.
Durante la conversación, se abordaron tanto los logros como las tareas pendientes en la lucha por atraer perfiles cualificados y mantenerlos comprometidos dentro de un entorno laboral cada vez más exigente y competitivo.
Talento disponible, pero con nuevas exigencias
Ana del Hoyo ofreció una visión alentadora sobre el presente del mercado laboral. «Ahora sí empezamos a ver candidatos preparados y con ganas», señaló, aunque advirtió que el nuevo paradigma no solo exige formación técnica, sino también implicación y valores alineados con las necesidades empresariales actuales.
Formación profesional: clave para el futuro
Desde el ámbito educativo, José Luis Esquivias reconoció que la motivación de los estudiantes no falta, pero el interés por algunas especialidades técnicas sigue sin ser suficiente. “Tuvimos ciclos de fabricación mecánica con una demanda altísima, incluso con doble turno, pero ahora cuesta llenar siquiera uno», explicó, reflejando una desconexión entre la oferta educativa y las demandas del sector.
La fidelidad como fortaleza
Lorenzo Jiménez, al frente de LISI, destacó que en su empresa el verdadero reto es atraer talento más que conservarlo. “Casi tres cuartas partes de nuestra plantilla lleva más de 17 años con nosotros. Sabemos cómo retener, pero necesitamos más jóvenes que se animen a unirse”, afirmó.
¿Cómo se retiene el talento?
Los participantes coincidieron en que la combinación de formación continua, flexibilidad horaria e innovación es el pilar fundamental para mantener motivados a los profesionales. «Las empresas que invierten en formación reducen hasta en un 30% la rotación y aumentan su productividad», añadió Esquivias, apoyándose en datos de la OIT.
Igualdad de género: una tarea pendiente
Otro punto que cobró fuerza en el debate fue la baja representación femenina en el sector. «Nos enfrentamos a un entorno históricamente masculinizado, y es complejo revertirlo solo con formación profesional», lamentó Del Hoyo.
No obstante, iniciativas como las becas específicas para mujeres en disciplinas técnicas, promovidas por empresas en colaboración con centros educativos, están comenzando a abrir puertas. «Garantizar prácticas y una experiencia laboral real está haciendo la diferencia», celebró Esquivias.