Este lunes, 7 de abril, arrancó la Campaña de la Renta en Navarra de 2024. Más allá de que cada contribuyente mire si la renta le sale, como comúnmente se dice, a pagar o a devolver, merece la pena analizar cómo han ido evolucionando en los últimos años los ingresos fiscales.
A destacar dos aspectos importantes. El primero, que 2023 se cerró con ingresos de 2.075 millones de euros por IRPF, frente a 1.054 de hace diez años. Es decir, casi un 100% más en una década. En línea con los ingresos fiscales totales de Navarra, que en 2023 alcanzaron cifras récord.
El segundo aspecto, es que en los últimos años, excepto en 2020 debido a la pandemia, el Gobierno de Navarra está obteniendo ingresos fiscales muy por encima de lo previsto. En el último lustro, más de 1.500 millones de euros.
Es decir, que se está ingresando más que nunca y además, más de lo que estaba previsto. Ante esta circunstancia me surgen varias dudas que me permito compartir con ustedes:
Si los ingresos fiscales suben, puede deberse a que los contribuyentes, personas físicas y empresas, pagamos más impuestos que antes. O también puede ser que cada vez haya más contribuyentes y más ricos, lo que con el sistema progresivo que tenemos, justificaría la tendencia. ¿O es el resultado de una mezcla de los dos?
Otra duda es cómo se está empleando el dinero “extra” recaudado. Hace poco conocimos que Navarra está reduciendo deuda, una noticia muy positiva. Pero las cuentas no salen: los ingresos fiscales de más no se han invertido en su totalidad en eliminar deuda. Entonces, ¿en qué políticas públicas se han gastado?
Y por último, me planteo que si los ingresos fiscales son la cara de una moneda, el gasto público es el otro lado. ¿Se están gestionando nuestros impuestos con eficacia y eficiencia? ¿Existe margen de mejora en la Administración pública que permita gastar menos y aliviar a los contribuyentes de determinadas cargas fiscales?