Historia de Trinidad, Cuba
Vamos a hacer un pequeño viaje en el tiempo. Pero no te preocupes, nada de clases aburridas de historia. Trinidad, esta encantadora ciudad del centro de Cuba, fue fundada en 1514 por los conquistadores españoles. Sí, has leído bien, 1514. Para que te hagas una idea, es más antigua que muchas capitales europeas. Y aún hoy puedes pasear por sus calles empedradas y sentirte como en una película de época.
Durante siglos, fue una ciudad próspera gracias al comercio del azúcar y los esclavos. El famoso Valle de los Ingenios (que te mencionaremos más adelante) era el centro de esa industria. Por aquí pasaron riquezas, conflictos, y sí, también mucha historia dura. Pero lo increíble es cómo ha sabido conservar su esencia colonial. Casas de colores, tejados de barro, puertas de madera enormes… todo te grita “¡esto es Cuba de verdad!”
Y aunque ha pasado por sus altos y bajos, hoy Trinidad es uno de los destinos turísticos más importantes del país. No solo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, sino que también se ha convertido en el lugar favorito de muchos viajeros que buscan autenticidad, cultura y un poco de buen rollo cubano. Así que si estabas buscando qué ver en Trinidad, Cuba, ya ves que estás en el sitio adecuado.
¿Cómo llegar a Trinidad?
Ahora que ya sabes por qué esta ciudad es tan especial, toca la parte práctica: ¿cómo llegar a Trinidad si estás en España? Aunque no hay vuelos directos a Trinidad desde nuestro país, tienes varias opciones bastante cómodas.
La forma más habitual (y recomendable) es volar primero a La Habana, que es el punto de entrada principal a Cuba. Desde Madrid o Barcelona puedes encontrar vuelos directos que duran unas 10 o 11 horas, dependiendo de la aerolínea y el viento a favor. Aerolíneas como Iberia, Air Europa o Cubana de Aviación suelen operar esta ruta. Y si encuentras una buena oferta, puedes volar ida y vuelta por unos 500-700€ dependiendo de la temporada.
Una vez llegues a La Habana, lo ideal es aprovechar unos días allí y luego emprender el viaje hacia Trinidad, que es bastante habitual entre viajeros. También hay vuelos internos hasta el aeropuerto de Sancti Spíritus (la provincia donde está Trinidad), aunque son menos frecuentes y algo más caros. Otra opción que usan algunos es volar a Cienfuegos y desde allí moverse a Trinidad, que está a menos de dos horitas.
Nuestro consejo: combina tu llegada a Cuba con una ruta que te permita conocer otros lugares icónicos como Viñales, Cienfuegos o incluso Playa Girón. Trinidad, después, vale el desvío.
¿Cómo ir de La Habana a Trinidad?
Vale, ya estás en La Habana, te has tomado tu ron de bienvenida y estás listo para explorar. ¿Y ahora? ¿Cómo se llega a Trinidad desde la capital? Muy fácil y, además, hay varias opciones para todos los gustos y bolsillos.
- Autobús turístico (Viazul): Es la opción más económica y bastante cómoda. El billete cuesta unos 25 USD y el trayecto dura unas 6-7 horas. Los buses salen desde la estación central de La Habana y hacen algunas paradas en el camino. Te recomendamos reservar con antelación, especialmente en temporada alta.
- Taxi colectivo: Esta es la opción más popular entre mochileros y viajeros que van en grupo. Los taxis compartidos te recogen en tu alojamiento y te llevan directamente a Trinidad. El precio ronda los 30-35 USD por persona, dependiendo de tu habilidad para regatear.
- Coche privado o alquilado: Si prefieres libertad total y hacer paradas por el camino (Cienfuegos, Playa Girón…), alquilar un coche puede ser genial. Eso sí, el precio es más elevado, entre 70 y 100 USD por día dependiendo del coche y del seguro. Ah, y prepárate para carreteras un poco «auténticas».
Moverte de La Habana a Trinidad es parte del viaje y, si puedes, aprovecha para conocer otros rincones en el camino. Hay tanto que ver en Trinidad y sus alrededores que vale la pena tomarse su tiempo.
Qué ver en Trinidad (centro de la ciudad)
Si te preguntas qué ver en Trinidad en dos días, el centro histórico es el sitio perfecto para empezar. Es como un viaje directo a otra época, con sus calles empedradas, sus fachadas de colores pastel y ese aire nostálgico que se cuela entre cada nota de salsa que suena en las plazas. Pasear por aquí es gratuito, pero la experiencia no tiene precio.
¡Vamos con lo que no te puedes perder!
Plaza Mayor
La Plaza Mayor es el corazón de Trinidad. Aquí empieza (y acaba) casi todo. Es como el salón de tu casa pero con palmeras, museos y vistas increíbles. Si buscas qué ver en Trinidad, Cuba, este es el punto de partida ideal.
La plaza está rodeada de mansiones coloniales que hoy albergan museos, galerías y hasta alguna tiendecita de souvenirs muy mona. En el centro, un jardín con estatuas y bancos invita a sentarse y dejarse llevar por el ambiente. Por la tarde se llena de vida, músicos callejeros, turistas con cámara al cuello y algún que otro perro que parece vivir mejor que uno.
¿Un consejo? Sube a alguno de los miradores de los alrededores justo al atardecer. El dorado de los tejados con el mar al fondo es una imagen que no vas a olvidar. Aquí ya vas tachando cosas de tu lista de qué ver en Trinidad en dos días, y apenas hemos empezado.
Iglesia de la Santísima Trinidad
Justo al lado de la plaza está esta iglesia impresionante. No es solo un lugar de culto, es también una joya arquitectónica. Es la iglesia más grande de Cuba, y eso ya es bastante. Construida en el siglo XIX, sobre los restos de un templo anterior, tiene un aspecto sobrio por fuera pero muy elegante por dentro.
Lo más curioso es que alberga una reliquia muy peculiar: una imagen del Cristo de la Vera Cruz que, según cuentan, iba a ser enviada a México, pero una tormenta obligó al barco a volver y la dejaron en Trinidad. ¿Destino? ¿Capricho del clima? Quién sabe, pero ahora es uno de los símbolos de la ciudad.
Si vas con calma, siéntate un rato dentro, respira y deja que el fresquito de sus muros te baje un poco el calor cubano.
Convento de San Francisco
Si hay una foto famosa de Trinidad que habrás visto mil veces, probablemente esté tomada desde la torre amarilla de este antiguo convento. Hoy en día, este edificio colonial del siglo XVIII es sede del Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos, pero lo que más atrae a los viajeros es subir hasta su torre.
Desde arriba, las vistas son una locura: los tejados rojos del centro histórico, las montañas del Escambray al fondo, y si el día está despejado, incluso puedes ver el mar. Sí, otro nivel de mirador. Es uno de los sitios más espectaculares que ver en Trinidad.
Pero no todo es solo paisaje. Dentro del museo puedes ver documentos, fotos, uniformes y objetos relacionados con los movimientos revolucionarios en la región. Así que además de sacar unas cuantas fotos, aprendes un poco más sobre la historia reciente de Cuba.
No lo dudes: súbete, haz fotos, y luego date un paseo por el claustro, que también es muy bonito.
Museo Histórico Municipal y su azotea
Este museo, también conocido como la Casa Cantero, es uno de los edificios coloniales más elegantes del centro. Y no es para menos: perteneció a una familia rica que hizo fortuna con el azúcar en pleno auge del comercio esclavista. Hoy es un museo, pero mantiene toda esa atmósfera de su época.
Recorrer sus salas es viajar al pasado de Trinidad. Muebles antiguos, mapas, porcelanas, vestidos, documentos… todo está perfectamente conservado. Si te interesa la historia local, aquí vas a disfrutar como un niño con zapatos nuevos.
Y ahora viene lo mejor: la azotea. Subir a lo alto de la torre del museo es obligatorio. Desde allí tienes una vista panorámica de todo el casco histórico. La mezcla de los tejados naranjas, el verde de los árboles y el azul del cielo o el mar (según la hora), es simplemente brutal. Si buscabas lugares top que ver en Trinidad, Cuba, este está muy arriba (literalmente).
Ideal para hacer fotos, para sentarte un rato a disfrutar del paisaje o simplemente para quedarte en silencio admirando la ciudad.
Taberna de la Canchánchara
Vale, después de tanta caminata, toca hidratarse, ¿no? Y qué mejor lugar que esta taberna típica donde nació una de las bebidas más famosas de Cuba: la canchánchara. El nombre suena raro, lo sabemos, pero espera a probarla.
Este cóctel típico de la zona lleva aguardiente, miel y limón. Lo sirven en vasitos de barro, como se hacía antiguamente. Dulce, refrescante y con ese puntito que te dice “esto sube la temperatura”. La receta nació aquí, y desde entonces, se ha convertido en una bebida icónica de Trinidad.
La taberna es encantadora. Tiene paredes de piedra, un patio con sombra y siempre, SIEMPRE, hay música en directo. Son cubano, trova, boleros… lo que toque, pero siempre tocado con alma. La gente se sienta, se ríe, aplaude, canta. Es de esos sitios que te abrazan sin decir nada.
Un lugar ideal para hacer una pausa en tu ruta de qué ver en Trinidad, relajarte un poco y vivir la Cuba más auténtica en primera persona. Y de paso, repetir canchánchara (si tu cuerpo lo aguanta, claro).
Casa de la Música de Trinidad
Y para terminar esta parte del recorrido por el centro… la joya de la corona para los fiesteros y amantes de la música. La Casa de la Música no es una casa como tal, es un lugar al aire libre, con una escalinata enorme donde cada noche se monta una auténtica fiesta.
Es uno de los mejores sitios que ver en Trinidad, y también uno de los más divertidos. A las 8 de la tarde, empiezan los conciertos en directo. Bandas cubanas que lo dan todo, mojitos y ron por todas partes y un ambiente de “no quiero que esta noche acabe nunca”.
Lo mejor es que puedes sentarte en las escaleras gratis o pagar unos pocos pesos para tener mesa con servicio de bar. Y ojo, porque no necesitas ser experto en salsa. Aquí se baila como uno puede, no como uno debe. De eso va Cuba, ¿no?
Así que si estás pensando en qué hacer en Trinidad, Cuba cuando cae el sol, ya tienes planazo. Ritmo, sonrisas y energía que se contagia. De verdad, si no vienes aquí, no estuviste del todo en Trinidad.
Qué ver en Trinidad (alrededores)
Valle de los Ingenios
A solo unos kilómetros del centro, el Valle de los Ingenios es una de esas joyas que no todo el mundo conoce… pero que alucina cuando llega. Aquí, la naturaleza se mezcla con la historia en uno de los paisajes más bonitos de todo el país. Si te interesa la historia del azúcar (sí, suena raro, pero es más interesante de lo que crees), este lugar es para ti.
Durante el siglo XIX, este valle fue uno de los centros azucareros más importantes de Cuba. Había más de 50 ingenios (planta industrial donde se procesa la caña de azúcar) funcionando al mismo tiempo, y con ellos, miles de esclavos trabajando. Hoy quedan restos de esos tiempos: antiguas casas coloniales, ruinas de fábricas y, sobre todo, la mítica Torre Manaca Iznaga, que puedes subir para tener una vista brutal de todo el valle.
La mezcla de historia, paisajes verdes, casonas coloniales y ese toque rural hace que este lugar sea un imprescindible si estás pensando qué ver en Trinidad, más allá del centro. Y si puedes, haz la visita al atardecer.
Además, puedes llegar en tren turístico (cuando funciona), taxi o bici si te va la aventura.
Playa Ancón
¿Quieres playa paradisíaca sin el agobio de los resorts? Bienvenido a Playa Ancón. A tan solo 12 km de Trinidad, es una de las mejores playas del sur de Cuba. Arena blanca, agua turquesa y, lo mejor, tranquilidad. Nada que envidiarle a Varadero, y con el plus de estar muy cerca de una ciudad colonial espectacular.
Ideal para pasar el día entero. Puedes tumbarte al sol, darte chapuzones sin parar o alquilar un kayak o un equipo de snorkel para explorar los fondos marinos. Hay corales, peces de colores y hasta barquitos hundidos (no es broma).
Si estás decidiendo qué hacer en Trinidad, la combinación ciudad más playa es perfecta. Por la mañana te pateas el casco histórico, y por la tarde te tomas un coco en la arena. ¿Suena bien, no?
Hay opciones para comer por la zona (pescado fresco, langosta, arroces…), alquiler de tumbonas y hasta excursiones en catamarán. Así que ya sabes: si buscas qué ver en Trinidad en dos días, reserva uno de ellos para esta playa. Lo vas a agradecer.
Gran Parque Natural Topes de Collantes
Pasamos de la playa al bosque, porque en Trinidad lo tienes TODO. A menos de una hora en coche, en las montañas del Escambray, está el Parque Natural Topes de Collantes, un paraíso para los amantes del senderismo, la naturaleza y los chapuzones en ríos.
Este parque es enorme, pero los sitios más conocidos son El Cubano y Salto del Caburní. Ambos tienen rutas bien marcadas que te llevan entre árboles gigantes, mariposas, aves tropicales… y al final, como premio, cascadas con piscinas naturales. Agua fresca, pura, que viene directa de las montañas.
Es un plan muy top si buscas qué hacer en Trinidad que no sea sólo pasear por el casco antiguo. Aquí te mueves, sudas un poco (o bastante, según el sendero) y luego te lanzas al agua.
Además, el parque tiene varios miradores con vistas que te dejan con la boca abierta. De esos lugares que no salen tanto en Instagram, pero cuando los visitas, te preguntas por qué.
Sin duda, uno de los sitios clave que ver en Trinidad, Cuba, si te gusta la aventura y el contacto con la naturaleza.
Ciudad de Cienfuegos
Vale, no está justo justo al lado, pero si tienes tiempo y ganas de ampliar tu ruta, Cienfuegos es una escapada de muy aconsejada desde Trinidad. Se encuentra a 1 hora y 30 minutos en coche, y te da un contraste muy chulo con lo que ya habrás visto.
Mientras que Trinidad es colonial y colorida, Cienfuegos tiene un aire más afrancesado, elegante y algo más moderno. De hecho, la llaman «La Perla del Sur». Y no es para menos. Pasear por su malecón, visitar el Parque José Martí, o flipar con el Palacio de Valle son experiencias únicas.
Cienfuegos también es una ciudad costera, pero con un rollo diferente al de Playa Ancón. Aquí puedes ver más movimiento local, mercados, artistas callejeros y gente haciendo su vida. Es una parada perfecta si te apetece ver otro lado de Cuba que no sea ni solo historia colonial ni sólo playa.
Si estás organizando tu lista de qué ver en Trinidad en dos días y te da tiempo a añadir una escapada más, esta es una gran elección. Puedes ir en taxi colectivo, autobús o incluso negociar con algún conductor privado