Cuatro lecciones de liderazgo de CEO de la moda

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La industria de la moda vive una etapa compleja, marcada por la presión económica, la digitalización y la sostenibilidad. En este entorno, la gestión empresarial exige liderazgo real, alejado de tópicos y enfocado en la creación de valor sostenible. Cuantro CEO internacionales, Angelique de Rond de Dante6, Han Sterk de Norah, Stefan van den Berg de Girav y Javier Fernández de Gondolina Shoes comparten cómo entienden el liderazgo y qué consejos trasladan a otros directivos.

Sus experiencias revelan una constante: dirigir con visión, ejecutando con rigor y poniendo a las personas en el centro. Un modelo válido más allá del sector moda, aplicable a cualquier empresa que busque mantenerse relevante y competitiva en un mercado inestable.

Liderazgo más allá del glamour

Uno de los errores recurrentes en la visión del liderazgo en moda es asociarlo únicamente al glamour y la creatividad. Los CEO entrevistados coinciden en que, aunque la estética es parte esencial de este sector, sin visión estratégica, disciplina operativa e inteligencia emocional, ninguna compañía logra consolidarse.

Angelique de Rond lo resume con claridad: “Se requiere anticipación, capacidad de escuchar y tomar decisiones difíciles”. Para Han Sterk, el mayor error es creer que liderar significa estar en los focos, cuando en realidad “el verdadero liderazgo se ejerce en el punto de venta, escuchando al equipo y asegurando que cada prenda llegue en el momento adecuado”. La estética puede ser visible, pero la rentabilidad y la sostenibilidad empresarial se construyen desde la gestión.

Javier Fernández subraya la importancia de equilibrar creatividad y estructura: “La flexibilidad en la dirección, sin perder de vista todo el modelo de negocio, es la base para tomar decisiones acertadas y mantener el rumbo”. Y Van den Berg advierte contra el cortoplacismo: “Liderar no es perseguir modas pasajeras, sino construir confianza, dentro y fuera de la organización”.

Personas, cultura y conexión auténtica

Los cuatro CEO coinciden en que el activo más importante de cualquier organización es su equipo humano. La confianza, el compromiso y la cercanía son, según Han Sterk, elementos decisivos para garantizar resultados. “Invertir en las personas siempre da sus frutos. Si no cuidas el ambiente en las tiendas y almacenes, no tendrás marca que defender”.

Angelique de Rond añade que “sin conexión humana, incluso la visión más potente carece de sentido”. La gestión de personas no es una cuestión estética ni cosmética, sino estructural: definir una cultura corporativa clara, fomentar un entorno crítico y favorecer espacios de feedback honesto.

Fernández advierte del riesgo de centrarse únicamente en la venta inmediata, olvidando la comunidad y la historia de marca. “Hoy en día, el verdadero reto es mantenerse relevante sin ser reactivo”, algo que pasa por construir relaciones a largo plazo y resistirse a los atajos tentadores.

Enfoque, gestión operativa y decisiones conscientes

Liderar empresas internacionales implica mantener la claridad estratégica en medio de la complejidad. Van den Berg destaca la importancia de no sacrificar calidad por volumen. “A medida que una marca crece, aumenta la tentación de hacer concesiones. Pero sólo manteniendo el control en cada paso del proceso se protege la experiencia de cliente y la reputación corporativa”.

De Rond explica que, en su caso, la clave está en garantizar una experiencia de marca coherente en todos los canales, desde boutiques hasta eCommerce y red mayorista. “Cada punto de contacto debe transmitir la misma identidad”.

Por su parte, Fernández revela cómo evita las distracciones para mantener la concentración: “Me rodeo de personas que cuestionan mis ideas, evito redes sociales superfluas y busco espacios de reflexión a través de la lectura y el debate intelectual”.

Perseverancia, humildad y gestión del error

Para los directivos entrevistados, la capacidad de admitir errores a tiempo es una ventaja competitiva. Fernández considera que “la arrogancia puede costarte mucho dinero, y en la fase inicial de una empresa, incluso todo”. Por eso defiende la perseverancia como cualidad esencial, forjada en la práctica deportiva y aplicable a la gestión: “Hacer lo necesario aunque prefieras hacer lo que hacen los demás”.

Los cuatro coinciden en que no existen atajos para el éxito: solo estrategia, trabajo constante y la capacidad de ajustar decisiones sin perder la visión a largo plazo. Un liderazgo sólido se construye sobre sacrificios conscientes, talento bien gestionado y una dirección que prioriza el valor sostenible sobre los resultados inmediatos.

Fuente: Fashion United

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